Capítulo 50 "Reacción"

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Permanecí realmente molesto por lo sucedido en la fiesta de Danny durante un par de días, no les dirigí la palabra ni a Zara ni a Noemí y aunque en verdad me sentía mal por no hablarles, a mi novia y a mi mejor amiga, estaba seguro de que en esta ocasión yo tenía razón en estar molesto.

Mi enojo sin embargo, no duró demasiado porque aquellas dos chicas eran mi fortaleza y yo las necesitaba para seguir adelante en mi día a día. Después de pensar en arreglar las cosas con ellas al tercer día de lo sucedido, esperé a Zara en la prepa para el turno vespertino pero sólo encontré a Danny y Jimena y sus respectivos novios para decirme que Zara no había asistido a clases desde aquel día de nuestra discusión.

Fui entonces al parque aquel en que solíamos juntarnos y, tampoco vi a Noemí dando clases como siempre, sólo estaban Vania y Vero platicando con los chicos que asistían a clases. Extrañado por la ausencia de Noemí, cuestioné a mis amigas.

-Hola chicas.
Va: hola Oliver
Ve: Hola, que tal?
-Necesito hablar con Noemí, la han visto?
Va: mmm... Salió con César
-mmmm bien, les puedo preguntar algo?
Ve: si, claro.
-Les ha dicho algo de lo que sucedió?
Va: si, nos contó todo con lágrimas en los ojos...
-cómo?
Ve: ha estado llorando estos días a cada rato porque dice que arruinó tu noviazgo.
-Cielos... Que?
Va: si, dijo que por su culpa tu y Zara discutieron y que Zara esta destrozada pensando que la odias.
-pfff! Si, discutimos pero no es su culpa... Ella no arruinó nada.
Ve: será mejor que aclares todo con ellas si no quieres que se arruiné en verdad.

Tras escuchar las palabras de mis amigas, mi corazón se retorció, era verdad que estaba molesto pero yo no planeaba terminar con Zara por ello y, mucho menos culpaba a Noemí por arruinar mi relación, mi relación no estaba arruinada. Yo tenía que arreglar las cosas con ambas, no podía perder a las dos personas más importantes para mi.

Esa tarde pensé que, desafortunadamente me había convertido en el malo de la historia al ser tan duro con mi mejor amiga y sobre todo con mi novia, no había pensado lo que decía y era posible que ellas no quisieran saber nada de mi en ese momento. Me sentí verdaderamente mal, destrozado y muy triste, nuevamente estaba en un lío que se estaba saliendo de mi control, aunque esta vez, no dejaría que se saliera... Algo debía hacer y debía hacerlo cuanto antes. 


El arte de amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora