Capitulo 135 "Pequeña..."

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Fueron varios segundos los que permanecí en silencio procesando las palabras dichas por Noemí, mi corazón latía rápidamente mientras mi mente daba giros inesperados uno tras otro intentando acomodar las ideas y las palabras mismas que estaba por decirle a mi pequeña mejor amiga buscando no herirla.

Cuando por fin tuve la certeza de que lo que estaba por decirle era lo correcto, me puse frente a ella para poder mirarla a los ojos y tome una de sus delicadas y frías manos entre las mías para poder hablarle con claridad.

-Pequeña.... Aunque no lo creas, entiendo a la perfección cómo es que te sientes y no te juzgo por sentirte así, ya que incluso yo he llegado a sentirme de esa misma manera un poco antes que todo esto llegara a este momento...
-En..se...rio?
-No tendría porque mentir... Desde el primer día en que te conocí, esa conexión instantánea, esa forma de abrirte a mi, de hacerme sentir comprendido sin necesidad de decir nada, con una simple mirada y una sonrisa, esa manía de estar a mi lado en las buenas en las malas y en las peores...
-Loquito...
-Esa sinceridad con que nos comunicamos desde el inicio, la confianza que me brindas día con día, el que estés orgullosa de mis logros y me reprendas cuando he errado, pero sobre todo el que me aceptes tal y como soy...eso es lo que me hace sentir especial a tu lado....

Su mirada bajo por un segundo, su voz entrecortada me hizo ver que estaba al borde del llanto y no me equivoque al abrazarla entonces, ya que sus lágrimas corrían cual caudales abundantes por sus mejillas empapando mi camisa, cosa que no me importó.

-Loquito....yo también me siento de esa manera y por eso es que me...me..
-Lo siento...no quiero que llores, no sufras por mi culpa...
-No...no...no es tu culpa...
-Sabes... Lo siento...perdón si te presione quiza al insistir en que me aconsejaras y me consolarás ante lo que viví con Zara y con Nallely...
-No...no...no es así... No me presionaste a nada...yo sola comencé a dudar después de que César me dijera que todo el tiempo estoy pensando en ti y me preocupo por ti pero no intento confundirte de nuevo sólo...sólo...
-Loquita... Yo se que me quieres y la verdad yo también te quiero, me honra pensar que quizá tu cariño va más allá pero....temo que lo último que quiero es que sufras porque no siento lo mismo....eres alguien muy importante, incondicional para mi, eres la actriz principal de mi vida, porque eres mi alma gemela...
-Alma gemela?
- Mas que mi mejor amiga....casi como mi hermana pero más que eso.... Eres tan madura y a la vez tan inocente que día a día me sorprendes...porque eres capaz de comprender hasta mi más absurda estupidez
-Oliver....

Me dolía ver que sus lágrimas se derramaban una tras otra y simplemente la abracé para tratar de calmar su dolor, era más que probable que aquel sentir de mi pequeña mejor amiga sólo fuera algo pasajero y que, como yo, ella sólo estuviera confundida acerca de lo que realmente sentía por mi.

-No he querido herirte...lo siento loquita... Pero tu sabes mejor que nadie que no estoy en el mejor momento para decir lo que siento por alguien...
-Lo se y no te culpo...tienes razón, disculpame por hablar de esta manera en este momento...
-No...no te sientas mal, al contrario me da gusto que confíes plenamente en mi como yo lo hago contigo...
-Arruiné nuestra amistad, cierto? Tontamente arruiné lo nuestro....
-No, no...no digas eso pequeña, dime todo lo que tengas que decir hoy porque mañana todo estará en el pasado y volverá todo a la normalidad... Lo prometo...

Estuvimos hablando varias horas uno al lado del otro, me dijo todo cuanto necesitaba decirme y yo de igual manera lo hice...me sentía apenado por haberla hecho pasar amarguras por culpa de mis tonterías, porque ella conocía todo sobre mi incluso mejor que yo...

Cuando por fin decidimos regresar a nuestras casas, ella ya no lloraba, estaba sonriendo feliz por haber pasado ese momento conmigo. La llevé hasta su casa y allí me despedí de ella con un beso en la mejilla y un abrazo; luego partí hacia mi casa pensando en lo que había vivido al lado de esa pequeña mujer que me demostraba ser fiel día y noche, me aceptaba y me quería de la misma manera en que yo la quería a ella, mi mejor amiga...

El arte de amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora