Capítulo 78 "La entrega"

42 5 0
                                    

Supuse que Zara no sería capaz de romper la carta y la leería con cautela hasta el último renglón, a pesar de ser una carta mía, por ello rescaté cada uno de nuestros recuerdos vividos en el último año y, le hablé de mis planes sobre esperar a la persona indicada para mí hasta poner punto y final. Luego tomé uno de los mejores dibujos que tenía de ella y lo guardé junto con la carta en un sobre que hice con otra hoja blanca que tenía a mi alcance. La guardé en mi mochila y, me decidí a acostarme a dormir; sabiendo que aquella carta iba a provocar sentimientos encontrados en Zara de la misma manera que lo hizo conmigo.

Al día siguiente llegué a su casa muy temprano en la mañana antes de ir a la escuela y, deposité el sobre que hice dentro del buzón de correspondencia que revisaba el ama de llaves cada mañana para recoger el periódico y los sobres de los pagos de los señores.

Emocionado cuando dejé la carta dentro del buzón y, cual niño pequeño, esperé afuera de la casa a que saliera el ama de llaves a recoger el sobre y, una vez que la vi alejarse con éste, sonreí nervioso. Pero ya no había marcha atrás, unos minutos habían pasado y seguramente Zara ya tenía el sobre en sus manos o quizá estaba dentro de su habitación. Así que tomé mi camino usual a la escuela, iba cantando y feliz de haber podido escribir una carta que transmitiera por completo mis sentimientos hacia ella.

Llegué a la escuela con la novedad de que Jimena y Danny me esperaban acompañadas por Alan y Alonso, justo afuera de la escuela para hablar conmigo según decían. Estaba yo tan contento, que sin pensarlo dos veces les dije que no había problema, que podíamos ir a platicar aunque me saltara la primera clase. Ellos ni siquiera lo pensaron y ya me estaban casi secuestrando para llevarme al auto de Alan y empezar a cuestionarme. Asustado por el curso que estaban tomando sus preguntas, tragué saliva antes de sonreír indiferente a sus preguntas.

J: Que has estado haciendo?
D: En donde estuviste ayer?
O: Salí con alguien...
J: COMO?!
D: CON QUIEN?!
O: creo...que no tengo porque darles explicaciones a las amigas que me dieron la espalda siendo que sabían que yo no he sido el que ha fallado...
J: es verdad...y... lo sentimos mucho, pero...estamos preocupadas...
O: no entiendo porque...
D: Zara ya no es la misma de antes desde que terminó contigo...
O: lo has dicho bien...ella terminó conmigo...
J: Parece que no has escuchado... Zara...ya no es la misma... ha cambiado... ya no quiere saber nada de nosotras, ya no sale con nadie... ya no come...no duerme... no habla...solo llora...
O: creo... que ella lo merece después de todo lo que me causó...
D: si...es verdad que cometió un error al tratarte así, pero...no te equivoques... ella no merece sufrir... un error lo comete cualquiera y al menos ella lo reconoció...
O: Si... vaya error! Te engañé con otro... eso no es un error...eso es un descaro
J: si... tienes razón... no la estamos justificando... sabemos que hizo mal... pero...debes entendernos... ella ahora mismo...está que se muere... debes ir a verla... por favor...
O: no me va a recibir...
D: sólo te está esperando a ti...
O: le he mandado una carta esta mañana...eso debe ser suficiente...
J: no lo creo...ella te necesita Oliver... se ha puesto muy mal físicamente... necesita que alguien la reanime y solo tú puedes hacerlo...
O: que vaya a buscar al otro...
D: Oliver... entendemos tu disgusto...pero solo tú puedes ayudarla...aunque...no te obligaremos a nada...es tu decisión, nuestro deber era informarte de lo sucedido y...ya lo hemos hecho...

Me fui a la escuela después de haber hablado con Danny y Jimena, en una absurda conversación que no había tenido el sentido necesario para mi... escuchar que Zara estaba sufriendo lo que yo alguna vez sufrí, me llenaba de angustia, de miedo y a la vez me sentía extrañamente feliz de que al menos se estuviera poniendo en mi lugar. El resto del día pensé en aquello que escribí en la carta... aquella carta que le demostraba aún mis fervorosos sentimientos y que esperaba que fueran suficientes para reanimarla e invitarla a buscarme de nuevo... al menos eso esperaba... cuando recibí un mensaje de la misma Zara... mis manos temblaron en el momento en que mis ojos reconocieron su número... abrí el mensaje con mucha delicadeza y entrecerrando los ojos, en espera de buenas noticias... 


El arte de amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora