Capítulo 103 "wow"

68 6 0
                                    

Pasaron un par de semanas de mi entrada a la universidad y cada día me sentía mucho más a gusto dentro de esta, sentía que en verdad me encontraba haciendo aquello que tanto me gustaba hacer como lo era dibujar, pero al mismo tiempo estaba perfeccionando mis técnicas y logrando un mejor desempeño como artista y persona misma.

Estando completamente enfocado en mis materias y mi desarrollo profesional, comencé a olvidar mis problemas poco a poco, ya no estaba pensando únicamente en mi corazón roto o en mi confusión por no lograr nada con Nallely, simplemente me estaba dejando llevar por la corriente.

Estando un día sentado afuera de la biblioteca de la universidad, Sergio llegó a visitarme porque habíamos quedado de ir al bufete de pizzas juntos y, mientras platicabamos un momento antes de irnos, Leonora apareció volviendo loco a mi amigo.

L: Oliver! Que bueno que no te has ido!
S: -wow! Hooola.....holaa...
- Leonora, él es Sergio...Sergio ella es Leonora.
S: vaya! La famosa Leonora... Disculpame pero cuando me habló de ti... mi amigo olvido mencionar que eras taan sexy...
- Sergio!
L: jajaja gracias Sergio...
S: no hay de que, linda.
L:Bue...no.. Oliver de casualidad tomaste mi cuaderno de Serigrafía...
- ooh....dejame revisar en mi mochila....
L: si...por favor....
-Si...que pena..aquí lo tienes
L: gracias...
S: oye guapa...quieres ir al bufete con nosotros?
-Sergio!
L: muchas gracias pero ya tengo que irme....
S: ou..que mal...pero aceptarás en otra ocasión, no?
L: seguro....nos vemos mañana Oliver.
-Si...hasta mañana

Leonora, a quien le gustaba ser llamada Lea, se despidio de Sergio y mi con un beso en la mejilla antes de irse. Esperé entonces aquellas palabras de mi mejor amigo reclamandome por no haberle dicho antes que ella era una chica tan guapa, sus palabras estuvieron atacándome todo el camino hasta llegar al bufete en donde el resto de nuestros amigos (los novios de mis amigas) nos esperaban para comer.

Era muy común que Sergio se fijara en el aspecto físico de las chicas que conocía y, aunque no era de los que sólo salían con ellas por ser lindas sino eran inteligentes, comenzó a hacerme preguntas respecto a la forma de ser de Leonora.

S: a poco Leonora estudia lo mismo que tu?
-Si...asi es...
S: entonces es una cerebrito del dibujo?
-jajajaja si...sabe dibujar muy bien, ha tomado clases antes.
S: y... Es estudiosa?
-Si...muy dedicada en el estudio.
S: vamos bien...vamos bien.... Y no tiene novio, verdad?
-Jajajaja no...creó que no.
S: perfecto... Aunque no comprendo cómo es que un bombón como ella no tiene novio aún....
-Pues...prefiere estudiar por ahora... eso me ha dicho.
S:mmm...haré que cambie de idea.
-ah si?
S: si...ya lo verás...

Después de que fuimos a comer con los chicos, me fui a casa acompañado por César, quien iba camino al parque para ver a Noemí, mientras llegábamos a éste, platicamos un poco acerca de como iban las cosas con mi pequeña mejor amiga y, me sentí contento al escuchar que todo marchaba muy bien con ellos.

-Pues...Noemi y yo ya casi vamos a cumplir 9 meses de novios.
-wow...9! Tan rápido?
-si...lo se...la verdad se me han ido de volada... Cada día que pasamos juntos me enamoro más de ella.
-me da gusto escuchar eso a pesar de los problemas que ha habido...
-pff! Ni me digas...hemos estado a punto de terminar en más de dos ocasiones, pero afortunadamente sólo han sido malos entendidos.
-que bien que han sabido superarlo.

Llegamos al parque y me seguí de largo hacia mi casa mientras observaba a mi alrededor cómo todos los rincones que conocía de ese parque al lado de Zara y de mis amigas, habían cambiado con el paso de los días, pareciéndome increíble aquello, sentí la necesidad de buscar ese árbol debajo del cual pasé con Zara una de mis mejores citas; mi sorpresa fue inevitable al ver aquel bello sitio ocupado por una inconfundible figura sentada en el piso con los pies recogidos y supuse...llorando, dudé por un momento si debía o no acercarme pero mi corazón se vio afectado por esa escena y...poco a poco camine hasta donde se encontraba sin decir palabra alguna, cuando estuve a unos centímetros suyos, le vi levantar la cabeza lentamente hasta posar su mirada directamente con la mía, yo simplemente sonreí antes de escuchar sus palabras temblorosas y dubitativas preguntandome la razón de mi presencia...






El arte de amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora