Capítulo 138 "El concurso parte 2"

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La tercera y última fase de este concurso, consistió en realizar un dibujo de nuestra propia invención, mismo que debía poseer la singular característica de tener como modelo a alguna persona que existiera en la vida real; pese a que tenía plena confianza y seguridad por haber hecho el dibujo de mis amigos y mi familia una y otra vez y conocía hasta el más mínimo detalle de todos, mi mente se bloqueó impidiéndome recordar a alguno de ellos.

Faltando poco menos de hora y media, mientras trataba de desbloquear mi mente, en ella apareció la figura de mi musa quien por vez primera me había invitado a dibujar cada curva y cada borde de su cuerpo, había pasado más de un año desde que la había dibujado por última vez y aún recordaba cada detalle con especial ahínco.

A pesar de que estaba seguro de que volver a dibujarla podría despertar en mí aquellos sentimientos que había jurado ocultar para no volver a desatar la tormenta de incertidumbre, ella fue mi modelo una vez más, la facilidad con que dibujé su esbelta y pulcra figura me sorprendieron cuando mis manos comenzaron a trazarla con fineza y agilidad.

Terminé mi dibujo poco antes de que sonara el timbre que delimitaba los últimos minutos para afinar detalles, me aseguré de haber finalizado sin ningún error y luego dejé el lápiz sobre la mesa en espera de que fueran a recoger mi último dibujo para llevarlo a los jueces; para esta fase, se pedía que cada participante explicara un poco acerca de aquella obra que se había realizado; nervioso esperando a que fuera mi turno, aguardé al lado de Lea en completo silencio hasta que ella rompió el hielo.

-¿Y bien? ¿Cómo te ha ido en este último dibujo?
-Mmmm...no lo sé... en realidad creo que me faltó afinarlo un poco más...
- Pff! No seas perfeccionista Oliver! Seguro te quedó mejor que a mi... sabes que no suelo dibujar a las personas, salvo como caricaturas...
-Jajajajaja... es cierto! Recuerdo el último dibujo que hiciste de mi... me dibujaste cabezón...
-Si...ese no era caricatura, así estas en realidad...
-jaja muy graciosa!
-Tu empezaste jajajaja... pero bueno... sí creo que perderé por este último dibujo de mi mamá...por cierto... tu a quien dibujaste?
-Ammm...yo...este.... Oh mira! Hay refrescos por alla! Vamos!
-Oliver! No me cambies de conversación! A quien dibujaste?
-Pff... lo sabrás de todas maneras cuando veas el dibujo...
-Si pero quiero saberlo para poder identificarlo antes de que pases a explicarlo...
-Podrás identificarlo...eso es seguro...

A pesar de que quise cambiar mi dibujo, de que desee que se les perdiera en el camino hacia el auditorio o se arruinara por azares del destino, mi dibujo fue expuesto frente a todo el auditorio provocando suspiros, halagos y palabras de todo tipo justo como aquella vez en que Zara expuso su autorretrato hecho por mí en la clase de artes de la preparatoria, en ese momento me puse igual de nervioso y tragué saliva cuando se me pidió pasar a explicarlo; miré hacia todos lados buscando refugio, mismo que encontré en la mirada de Noemí, pero sobre todo en la sonrisa de Lea.

Esta última sonreía genuina y delicadamente observando mí dibujo pasar casi como último de la lista, cuando comencé mi explicación acerca de que Zara era mi musa del arte desde hacía más de 1 año, me sorprendí de ya no sentir ese arduo deseo de ver su perfección a pesar de haberla plasmado en el dibujo, puse decir claramente hasta el último detalle que dibujé de ella con seguridad y sin sentir temor de que alguien fuera a juzgarme por haber realizado aquella obra de arte basada en mi ideal, en esa mujer que alguna vez robó mi corazón e impregnó mis sentidos de forma arbitraria.

Miré en todo momento el rostro iluminado de Lea que asentía con la cabeza sonriendo y quizá, solo quizá entendiendo lo que yo apenas estaba comprendiendo cuando hablaba de Zara, alguien que había sido mi musa del arte por varios meses y me había cambiado la vida en un solo instante, capaz de poner mi mundo de cabeza una y otra vez con una mirada, un beso o una simple palabra saliendo de sus labios.

Menuda sorpresa la que recibí al ser premiado con el tercer puesto en aquel concurso, no gané el premio mayor pero yo ya sentía ser un ganador por el simple hecho de haber logrado comprender que había sido gracias a ella que mi vida era lo que era en ese momento. Sonriendo llegué hasta donde se encontraban mis padres, los padres de Lea, Lea y el resto de mis amigos, todos ellos me felicitaron por mi perspicacia al dibujar a Zara una vez más en lugar de elegir a cualquier otra de mis amigas, pero nada pudo más con mi felicidad que verla aparecer de pronto detrás de todos mis amigos, no la vi de frente e incluso podría dudar que fuera ella, pero su silueta, su perfecta y sensual figura caminó hacia la salida del edificio en que fue aquel concurso como salida de mi dibujo....   



El arte de amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora