Capítulo 123 "Collar de corazón"

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Estando decidido a lograr una reconquista del corazón de Nallely me propuse a preparar una sorpresa con mis propias ideas, basadas en lo que conocía de mi novia. Lo único que hice fue comunicárselo a Noemí para asegurarme de que  Nallely no se preocupara y quisiera huir.

Cuando por fin terminé la preparación de la sorpresa, no la llame ni le mandé mensaje, simplemente fui a buscarla al lugar en que convivimos por primera vez después de bajar del camión, el gimnasio, mismo lugar y mismas condiciones...

Llegue a su partido y me senté a esperar a que terminara para no interrumpir, vi y sentí las miradas amenazadoras de más de uno de los jugadores de su equipo y, finalmente la vi a ella lucirse con un par de pases increíbles que nos dejaron boquiabiertos a todos.

Durante el medio tiempo aproveché para bajar a la cancha..... sin que nadie se diera cuenta, me acerqué a ella por la espalda y la abracé, la levanté del suelo ligeramente, recibí un codazo en respuesta antes de que volteara a verme.

-Bájame! qué haces? suéltame! ya bájame! Agggh! Oliver!!

A pesar de recibir sus patadas y de verla lanzar manotazos al aire, la ligereza en su cuerpo me permitió caminar en reversa sin detenerme para apartarla del grupo, antes de soltarla me aseguré de tener espacio suficiente para separarme de ella en caso de estar por recibir un segundo golpe. Una vez que la bajé me puse en posición de defensa con ambos puños al frente preparado para defender mi cara de cualquier agresión de su parte.

-¿Pero qué te pasa? ¿porqué hiciste eso? Estaba escuchando a mi entrenador...

-Lo siento Nalle pero tengo algo que decirte...

-Pff! pues más te vale que sea importante porque sino te golpearé...

-Más? si por poco me sofocas...

-Ay no seas nena! no fue para tanto!

-En fin... a lo que venía...

-Si..ya habla que me están esperando... andale! qué esperas?

-Ya voy... ya voy...

Un poco apesadumbrado y con movimientos más torpes de lo usual, saqué de la bolsa de mi pantalón un collar, el cual tomé con mis manos temblorosas de cada extremo y se lo puse en el cuello; ésto lo hice acercándome de frente a ella a unos centímetros de su cuerpo que respiraba agitadamente.

Acerqué mi cabeza a su hombro para poder cerrar el broche con precisión, estaba tan nervioso que por pocos segundos creí que arruinaría el momento al no poder atar el collar; pero una vez que lo logré, me quedé en aquella posición sólo sintiendo su cercanía y percibiendo su respiración en mi cuello.

No le dije nada y ella tampoco dijo nada ni opuso resistencia, simplemente me dejó ponerle aquel extraño y único collar en forma de corazón y permanecer a unos centímetros de distancia durante varios minutos que congelaron el lugar sólo para nosotros.

Cuando por fin me decidí a separarme, la miré directamente a los ojos, pero ella no me miró, desvió la mirada por unos instantes hacia el collar, sonrió; sólo entonces me observó y se acercó...



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