Capítulo 28 "¡Despertaste!"

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No supe en qué momento me quedé dormido y dejé de prestar atención a lo que escuchaba a mí alrededor, pero supongo que permanecí así durante un buen rato, ya que, cuando recobré el sentido, en la habitación se escuchaban un montón de murmullos que perturbaban el silencio. Fascinante fue percatarme de que eran voces solamente de mujeres, pensé entonces que si no era mi madre y tampoco las enfermeras, debía ser Noemí y posiblemente alguna de sus amigas.

Comencé a sentir un intenso dolor de cabeza y poco a poco la luz empezó a entrar por mis ojos cuando éstos se abrieron unos pocos centímetros con delicadeza para evitar el flashazo de luz en ellos, inesperadamente mi mirada se desvió hacia el lugar en el que se encontraban las voces que antes había escuchado, sin necesidad de girar la cabeza distinguí perfectamente que eran 4 mujeres las que se encontraban sentadas en el sillón de espera a unos pasos de la cama; ninguna se percató de que yo había abierto los ojos sino hasta que produje un corto gemido inexplicable.

Fascinado quedé cuando la silueta de quien parecía ser una Noemí despeinada y con pijama se giró para ver hacia donde me encontraba y dejó ver tras de sí la maravillosa y perfecta figura de una Zara demacrada, sentada abrazando sus rodillas como si se estuviera lamentando de lo sucedido. En el momento en que Noemí se dio cuenta de que estaba consciente, su voz lanzó un grito chillón que hizo que Zara levantara la cabeza.

& ¡DESPERTASTE! ¡DESPERTASTE!

Noemí corrió de inmediato a mi encuentro, Zara permaneció en su lugar como en un repentino shock que le impidió moverse. A ambos lados suyos, se encontraban dos chicas más, una de ellas parecía tener la misma edad que Noemí y la otra lucía un poco mayor, quizá de la misma edad que Zara.

Los ojos de Noemí se llenaron de lágrimas al acercarse a mi justo antes de que ella se detuviera en seco y regresara sobre sus pasos hasta donde se encontraba Zara para tomarla de la mano y obligarla a ponerse de pie para caminar a mi encuentro.

Me quedé mirando fijamente a los ojos de ambas, primero miré a Noemí por unos segundos, ella me sonrió asintiendo; como dándome a entender que todo estaba bien.

Luego miré a Zara sosteniendo unos segundos mi mirada sobre esos flamantes ojos llorosos que me observaban, le miré mientras ella agachaba la cabeza mostrando que se sentía mal por lo sucedido.

Mis ojos comenzaron a derramar un par de lágrimas por ver la escena que tenía ante mis ojos, eso fue justo antes de que mis labios pronunciaran su dulce nombre "Zara..."

El arte de amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora