El camino se hizo rápido ya que tanto como Blair, Samuel y Mangel estuvieron todo el camino haciendo pegos, tonterías y bromas. Intentaba estar con ellos, integrarme, pero era imposible. Rubén se me venía a la cabeza cada dos por tres. Siempre estaba en mis pensamientos.
-¿Sam, estás bien? -preguntó Blair. Me tensé cuando me llamó por mi nombre abreviado y por mi cara parece que se dio cuenta. -Samantha.
Giré la cabeza hacia la ventana y vi que ya habíamos llegado, había mucha multitud de gente. No era la primera vez que venía a un partido de fútbol, la última vez fue con mi padre a los catorce años.
-Estoy bien Blair. -dije con pesadez. No era la primera vez que me preguntaba lo mismo en todo lo que llevabamos de camino.
Me bajé del coche, y sin esperar a los demás caminé hasta la cola donde estaban las entradas para entrar. No se por que, pero estaba enfadada y quería irme los mas pronto de aquí. Los chicos se unieron a mi pero no dijeron nada. Mejor.
Pensé unos segundos lo que estaba a punto de hacer. ¿De verdad me iba a ir con él? Miré a los chicos, se estaban riendo. Luego miré solo a Samuel, estaba rojo por la risa. Sonreí al verle así.
Volví mi mirada al móvil y mandé el mensaje.
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