078

3.3K 285 99
                                    

Las paredes estaban pintadas con lo que parecía ser rotulador permanente rojo. Se repetía en ella, una y otra vez, la frase: "Yo tengo la culpa de todo". Era lo único que estaba pintando en las paredes. En frente de la ventana había una silla que parecía de todo menos cómoda. En ella se encontraba él. Con una camiseta blanca que dejaba ver como en su espalda tenía lo que parecía arañasos bastante notables. Mi mano aún estaba en mi boca, sin poder creer lo que estaba viendo. Sin poder creer en el daño que podría haber creado. Sin poder creer en lo que se había convertido Rubén. Éste seguía con su mirada fija en el suelo, como si de verdad no se hubiera dado cuenta de que alguien había entrado. Me fui acercando poco hacia él. No tenía ni idea de como podría reaccionar y no sabía si estaba preparada para cualquier cosa. Cuando lo tenía a muy poca distancia de mi, alzó su mirada. Me miró a los ojos y yo hice lo mismo. Hubiera preferido mil veces algo peor de lo que mis ojos estaban viendo ahora mismo. No podía creer que él fuera Rubén. Tenía que ser imposible. Sus ojos estaban tan rojos que daban hasta miedo. Su color miel de sus ojos estaba apagado, no sentía su misma mirada. La sentía oscura. Tenía unas notables ojeras, muy marcadas. Su cara estaba llena de arañasos y podía notar como caía un poco de sangre por alguno de estos. Sus labios no estaban de ese color rosado que siempre me ha gustado, ahora eran pálidos. Me fijé en su cuerpo, estaba muy delgado. Bastante, más de lo que yo estaba acostumbrada a verlo. 

Mis ojos estaban llenos de lágrimas que sabía que no podría contener por más tiempo. Rubén no sabía quien era. No se había inmutado al verme, ni si quiera una simple palabra. Juraba a mi mísma ser fuerte y no derrumbarme ahora mismo, aunque sabía que eso sería misión imposible. No podía verlo en esta situación. No sabía que hacer. 

-¿Qué... Qué te han echo?- no me salían las palabras de mi boca con claridad. Mi garganta estaba tan seca que ni si quiera sabía como había podido pronunciar palabra alguna. 

Rubén se levantó de la silla, con dificultad. Al verlo de pie noté como se le marcaban sus huesos. Estaba totalmente demacrado, absolutamente irreconocible. No pude contener las lágrimas y ya estaba llorando como si de una fuente se tratase. Rubén se puso al frente mío. Levantó su mano y comenzó a acariciar mi rostro. Observando cada detalle de éste. Yo me sentía muy mal, culpable. Estaba muy agobiada porque no sabía que hacer. Mi ángel había sido consumido por sus propios demonios y yo era la culpable de todo esto. Sin tan solo me hubiera dado cuenta antes de todo lo que lo quería, sin tan solo no hubiera sido tan gilipollas... Pero ya de nada servía arrepentirse. Rubén me miraba a los ojos, su mano se había parado en mi cuello. Luego sonrió, con una sonrisa que provocó un escalofrío por todo mi cuerpo. Alzó su otra manos y repitió el mismo proceso de antes. Ambas manos estaban paradas en mi cuello. Él seguía sonriendo de oreja a oreja. 

-Has dejado pudrirse a Rubén mucho tiempo aquí, querida. -pronunciaba con voz ronca. Mi corazón latía con más rapidez. Su respiración estaba tan cerca de la mía. Sus manos acariciaban mi cuello. -El Rubén que conocías a muerto. -no podía dejar de llorar mientras negaba con la cabeza.- Tú has dejado que él muera. Tú eres la única culpable.- Rubén estaba apretando cada vez más sus manos en mi cuello. Haciendo que no pudiera respirar con facilidad. Yo intentaba quitármelo de encima, porque sino lo hacía podría dejar de respirar en cualquier momento. Mis lágrimas seguían brotando de mis ojos. Sentía miedo. Un miedo que no era capaz de controlarlo. Miraba a sus ojos, llenos de rabia y furia. Llenos de tristeza. Llenos de oscuridad. Pude notar que él también estaba llorando. Sus lágrimas se mezclaban con la sangre que había en su rostro. Sentía como mi respiración cada vez era más débil. No sentía las mismas fuerzas como para seguir luchando e intentar que me dejara. 

-Te-te-qui-e-ro.- dije como pude. 

Dejó de apretar inmediatamente. Poco a poco fui respirando bien. Sentía un gran dolor en mi cuello. Rubén se miraba las manos, no despejaba su mirada de ellas. Luego me vio a mi. Sentía como toda esa rabia y furia estaban desapareciendo. Estaba asustado. Asustado porque no entendía nada de lo que estaba pasando. Poco  a poco se arrodillaba en el suelo. Lo oía llorar. Me puse a la misma altura de él.

-Estoy aquí, Rubén, estoy aquí.- lo abracé con todas mis fuerzas. -Estoy aquí amor. Estoy aquí.- lo abrazaba como si mi vida dependiera de ello. Era tan frágil que se podía romper en cualquier momento. Lo oía llorar y se me partía el corazón en mil pedazos. Yo seguía susurrándole que estaba aquí. Que no me iba a mover de aquí, que no lo iba a dejar. No ahora cuando más me necesitaba. -No te voy a dejar nunca, ¿me oyes? Jamás. Lo siento, lo siento, por todo, joder, por todo. 

Pasaron unos minutos y podía notar como Rubén estaba más tranquilo. Ambos estábamos uno al frente del otro. Mirándonos. Echándonos de menos. Ninguno de los dos decía nada. Observaba cada detalle de Rubén. Al igual que él hacía lo mismo conmigo. 

-Rubén... -éste ladeó la cabeza un poco. -Voy a sacarte de aquí, te lo prometo, cueste lo que cueste. 

-No quiere  que le prometas nada, Samantha.- se acercó más a mi, de nuevo, comenzó con su mano a recorrer mi rostro.- No confía en ti. Le has tratado como si fuera una puta marioneta. Como si él no tuviera sentimientos. Le has utilizado como un juguete, como un juguete al que puedas usar y tirar. ¿Cómo quieres que él te crea cuando le has prometido tantas veces que no te irías? ¿Cómo quieres que él confíe en ti cuando tú ni si quieras lo haces? 

-¿De qué hablas? Rubén, te quiero. Te quiero y quiero que me perdones por todo lo que he echo. -él volvió a sonreír. Seguía acariciando mi rostro. Se volvió acercar a mi. Ambos estábamos sentados en el suelo.

-Has acabado con todo lo bueno que tenía. Con todo lo que le hacía seguir adelante y vivir un día más. Pero ya, ¿qué importancia tiene que siga viviendo en este mundo? ¡Ya a nadie le importa el!

-¡A mi me importa! -ahora fui yo quien coloqué mi mano sobre su rostro. Notaba las cicatrices de su cara en la palma de mi mano.- Rubén, despierta joder. Te amo. 

Él volvió a ladear su cabeza hacia un lado, frunciendo el rostro. Luego volvió a mirarme de frente mientras negaba con la cabeza. Yo no podía controlar mis lágrimas, era algo imposible. Alzó su mano y la puse como si ésta se tratara de una pistola. Hizo un pequeño sonido como si hubiera apretado el gatillo de la pistola invisible. Observaba lo que hacía sin perder de vista ni un segundo. Estaba completamente ido. No podía entender absolutamente nada. ¿Cuánto daño le habían echo en este sitio? 

Luego bajó su mano y sonrió.

-Rubén está muerto.- repetió. Seguía con su sonrisa de oreja a oreja. Yo poco a poco me iba levantado, en silencio. - ¡Rubén está muerto!- notaba de nuevo la furia y la rabia. Otra vez volvía a sentir miedo. Retrocedía, lentamente, hasta la puerta. Podía notar como Rubén se estaba dando cuenta de que quería salir de ahí en cuanto antes. Se rió.- ¿Intentando escapar de mi? Querida, ¿qué ha pasado con tu promesa de que no me ibas a dejar?

-Rubén nunca se comportaría así.- dije aterrada de miedo. Sentía mil y una cosa y ninguna la podía controlar. Se estaban apoderando de mi y yo cada vez me hacía más pequeñita. 

Toqué con la espalda la puerta, haciendo un sonoro ruido. Rubén parecía enfadado y se encaminó hasta mi muy rápido. Me agarró de las muñecas con tanta fuerza que sabía que tendría una marca el día siguiente. 

-Ayúdame. 


Antes que nada, siento muchísimo la espera. Pensaba que en vacaciones podría subir más seguido pero no he tenido tiempo para nada. Estaba de un lugar para otro, así que desde ya pido perdón. Se que algunas estabais muy ansiosas por saber que pasaba y me he tardado bastante en subir un nuevo capitulo, lo siento. ¿Qué os ha parecido el capitulo? Quiero aclarar que Rubén ha cambiado muchisimo... Claramente se ve en el capitulo. Tambien quiero aclarar que Posesivo puede que ya mismo este llegando a su final :( Y me va a dar muchisima pena acabarla, real. En fin, que disfruteis muchisimo del capitulo y que os veo en el siguiente, que espero que no tarde mucho en publicarlo, pero no prometo nada. Muchisimos besos a todas las que me leeis. ♥

En multimedia, mi canción favorita de TOP. La estaba escuchando todo el rato mientras escribía. :)

Me voy a ver el video que ha subido mi bebé mientras que yo escribía el capítulo. ♥


Posesivo » elrubius | COMPLETA | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora