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Sentí unos labios sobre los míos que hizo que me despertara. Rubén volvió a darme otro beso y sonreí.

—Buenos días. — abrí los ojos con dificultad ya que la ventana estaba abierta y entraba todo el sol.

—No pensaba que te fueras a quedar. Ha sido toda una sorpresa encontrarme junto a ti.

—¿Y te ha gustado? —bostecé y me incorporé de la cama. Rubén estaba de pie, solo llevaba sus calzoncillos negros.

—Me ha encantado. —volvió a besarme y sonreí de nuevo. —Por cierto, te queda muy bien mi camiseta.

—Puede que me la quede. — Rubén sonrió y se dirigió hasta el baño.

Yo me levanté de la cama y agarré el móvil, tenía un mensaje.

Desconocido: tienes que decirle eso a Rubén Samantha.

No tenía duda alguna de que se trataba de Aaron. Todo mi buen humor y mi sonrisa había desaparecido por completo recordándome que tenía que hablar con Rubén sobre muchas cosas. Bloqueé el móvil y me dirigí hasta el baño. Rubén estaba dentro de la ducha. No me escuchó entrar así que opté por meterme junto a él. Me quité su camiseta despacio y sin hacer ruido, luego las bragas y coloqué ambas cosas en la tapa del váter. Abrí la mampara de la ducha y Rubén se sobresaltó. Al verme me agarró de la cintura y me besó apasionadamente. Me separé un poco de él y comencé a lavarme el cuerpo.

—¿Te pasa algo? Hace unos segundos estabas genial y ahora te separas de mi.

—Rubén he estado hablando con alguien. — su rostro palideció y me asusté. Estaba a punto de agarrarme del brazo, como siempre hacía pero me separé más de él. Ya no podía separarme mas puesto que había llegado al fin de la ducha. —No es lo que piensas.

—Te escucho.

—Ahora cuando desayunemos, ¿vale?  —él asintió confuso y se dio media vuelta, quedando de espaldas a mí. Rodé los ojos y ambos nos duchamos en silencio.

Cuando los dos terminamos, Rubén se vistió en silencio y caminó hasta la cocina, sin decirme aún ni una sola palabra. Me quedé en su habitación, con la toalla enroscada por mi cuerpo y sentada en su cama. Haber... ¿cómo iba a empezar? "Eh Rubén, un tipo me ha dicho que has matado a dos personas" Me llevé una mano en la frente. No sabía como iba a hablar con él sobre esto. No sabía ni como empezar. Caminé hasta el armario de Rubén y me coloqué otra de sus camisetas, unos calzoncillos suyos que se me quedaban como unas bragas y fui hasta la cocina, donde Rubén ya me estaba esperando con unas tostadas echas.

-Bien, te estoy esperando a que me expliques que es lo que pasa.-  dijo serio mirando a sus tostadas. Me senté en frente de él y agarré mermelada para huntármela en la tostada.

-¿Te acuerdas cuando te dije que  fui a por café y tú te volviste loco creyendo que había ido a ver a Samuel?- él asintió.- Pues en realidad alguien me agarró por sorpresa.- los puños de Rubén se cerraron y vi como todo su cuerpo se tensó.- Era uno de los que dices que han vuelo, Rubén... Me dijo que fueras a verle, que no seas un cobarde... Yo, yo no quería decírtelo porque no quería que te preocuparas. Estabas mal y no iba a dejar que ese tío te amargara más de lo que estabas en ese momento.- agaché la cabeza. Rubén me la alzó con su mano  y me miró a los ojos.

-¿Sabes quién era? ¿Te dijo su nombre?

-Aaron.

Rubén arrastró la silla haciendo un desagradable ruido y salió de allí murmurando barbaridades por su boca. Yo me levanté y fui hasta él corriendo. 

-Rubén, escúchame... - dije intentando que no hiciera lo que quería hacer Le agarré del brazo y él se apartó con fuerza.

-No me toques.- di un paso hacia atrás. Lo mejor en éste momento era dejar que se tranquilizara solo.

-¿Qué vas hacer?- pregunté con miedo por saber la respuesta. Él me miró fijamente y serio a los ojos y dijo algo que me dejó helada por completo.

-Matarle.


Posesivo » elrubius | COMPLETA | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora