-No, nada de ésto va a salir bien.- me llevé las manos a la cabeza. Aaron notó mi fustración y apoyó su mano en su hombro. No la aparté, ni si quiera hice algún movimiento. Supongo que ahora mismo lo que necesitaba era el apoyo de alguien.
-Yo me encargaré de que así sea, te lo prometo. - miré a los ojos a Aaron, éste asintió muy convencido de sus palabras.
-No puedo perder a Samantha, ¿lo entiendes, verdad? Ella es mi vida. Sin ella, estoy perdido. Y no sé si con lo que le dije la otra vez me va a volver a perdonar.
-Rubén, déjame que yo me encargue de Samantha, te juro que haré que no se olvide de ti.
-¿Lo prometes?- dije inseguro.
-Lo prometo.- asentí con la cabeza y le di un último sorbo al café que me estaba tomando. Me levanté de la mesa y Aaron me agarró del brazo. -¿Te marchas?- volví a asentir con la cabeza y me di media vuelta.
Ahora necesitaba estar solo y pensar en el plan de Aaron. No sabía ni como había accedido a llevar a cabo su plan. Supongo que de tantos años que lo conozco, mi confianza y el cariño hacia él sigue así. Aaron y yo nos conocimos hace cuatro años. En un taller donde él trabajaba junto con su padre. Un día fui con una moto echa pedazos y Aaron, junto con su padre, se ofrecieron a arreglarla gratis pero con una condición: estaban faltos de personal y no es como si mucha gente quisiera trabajar en un taller, así que me arreglaban la moto si yo trabajaba con ellos. Y a partir de ese momento, Aaron y yo nos hicimos muy amigos. Le debo mucho ya que sin él yo habría acabado como un pordiosero tirado debajo de un puente y hasta las narices de droga.
Caminé con mis manos metidas en los bolsillos de mi chaqueta de cuero, con la cabeza gacha, como una hora. Sin rumbo alguno. No sabía a donde ir. Todos los sitios me recordaban a Samantha. Y eso era en lo último en lo que quería pensar. Me hacía daño el echo de haberle destrozado, de haberle echo daño de la peor forma posible. Pero era la única manera de alejarla de mi. De apartarla de toda la mierda de mi vida. De mantenerla a salvo. No le iba hablar, no la iba a observar, no la iba a seguir hasta que toda ésta mierda se solucione. No quería saber noticias de ella. No quería saber nada, porque sabía que cualquier cosa que viniera de ella me iba a desconcentrar. Y eso era lo último que quería.
Pasé por el restaurante del estúpido de Samuel. Miles de impulsos por entrar y partirle la cara al cabrón de Samuel se me pasaron por la cabeza. Me quedé unos segundos en frente de éste. Veía como una familia sonreía feliz. una pareja riendo, personas felices. Lo que yo nunca seré, feliz. Vi a una camarera con el pelo rojizo yendo de un lugar a otro, cosa que extrañé ya que ese puesto es el de Samantha. La pelirroja caminó hasta la puerta de entrada. No me aparté. Cuando salió se me quedó mirando. Cogió una cajetilla del bolsillo y se encendió un cigarrillo. Al ver que no me movía me ofreció uno.
-Vamos cógelo. - alargó su mano hacia mi. La miré y cogí el cigarrillo. Ésta se acercó, a escasos centímetros de mi, y lo encendió. Nos quedamos unos segundos mirándonos. -Con la cara que traes veo que te hace más falta que a mi.- seguíamos a escasos centímetros de nuestros rostros.
-Tu tampoco te ves muy bien.- dije con mi voz ronca. La muchacha se estremeció, pero no se apartó de mi.
-Soy Blair.- le dio una calada al cigarro y echó el humo, que me dio en toda mi cara. No me moví.
-Rubén.- le di una última calada y tiré el cigarro al suelo para a continuación pisarlo con mi zapato.- Una chica como tú no debería traer esa cara de amargada. Tienes unos ojos preciosos y una sonrisa increíble para ocultarla.
Blair se sonrojó bastante y sonreí.
-¿Estás intentando ligar conmigo?- se rió. Yo me encogí de hombros, aún con una sonrisa en el rostro.
-¿Lo estás haciendo tu?- me miró y se mordió el labio, luego se acercó a mi. Y me susurró en el oído.
-No me conoces Rubén.- me mordí el labio. Le agarré de la nuca y le di un suave beso en la mejilla.
-Nos veremos, Blair.
Sonreí de nuevo y me di media vuelta.
Me sentía raro.
ESTÁS LEYENDO
Posesivo » elrubius | COMPLETA | EDITANDO
FanficDonde Rubén Doblas es un posesivo y Samantha Jones cada vez tiene más miedo de él. «Como vea que te mira más de esa manera le mato»