Posesivo » elrubius | COMPLETA | EDITANDO

041

Tras confesar que estaba completamente y sin lugar a dudas enamorada de Rubén, ambos nos quedamos dormidos. Al día siguiente, al despertarme vi que Rubén no estaba a mi lado y me preocupé. Intenté levantarme pero me dolía. Sonreí como una tonta al recordar lo que pasó anoche. Posé mi mirada a las sábanas y vi una mancha roja. Mi sangre. Mi sonrisa cambió a una cara de asco. Escuché un ruido y me levanté corriendo de la cama y caminé, con un poquito de dolor , hasta donde se escuchaba el ruido.

—Al fin despiertas. —Rubén se acercó a mi y me dio un beso en la frente.

—Pensaba que te habías ido. 

—Nunca me voy a ir de tu lado, Samantha. Siempre, siempre voy a estar conmigo. — asentí con la cabeza. 

Dio media vuelta siguió preparando el desayuno. Se me hacía tan raro vernos así. No era la primera vez que lo veía hacer el desayuno, pero toda ésta situación me parecía extraña. Pero estaba feliz, muy feliz.

—Voy a darme una ducha. — dije a Rubén dándome media vuelta. Él me agarró del brazo y me hizo girar sobre mis talones.   

 —Espera, un momento.— ¿No te arrepientes de nada no?

Lo miré con dulzura. Sabía que estaba preocupado. Me acerqué a él y le acaricié la mejilla.

—Nunca me arrepentiría de lo de anoche y de nada. —le guiñé un ojo y esta vez, si que puse rumbo para el cuarto de baño.

Comencé a desnudarme y recordé aquel día en el que era casi la misma situación. Rubén haciendo el desayuno y yo duchándome cuando él otro y dijo que me había visto desnuda.

Sonreí y me metí en la ducha. Abrí los grifos y el agua comenzó a caer por todo mi cuerpo. Cerré los ojos y dejé mi mente volar.

Estuve bajo la ducha, sin hacer nada como unos tres minutos.

Escuché la puerta abrirse y sabía que era Rubén.

—¿Rubén? —no contestaba pero estaba escuchando como se quitaba los pantalones. Reí. —Se que eres tu.

Me asomé por la cortina y vi a Rubén de espaldas. Sonreí y le eché un poco de agua. Éste se giró y corrió hasta mi.

—No tendrías que haber echo eso. —ya estaba dentro de la ducha conmigo, me arrebató la alcachofa por la que salía agua y comenzó a echarme por todo el cuerpo.

No sabía como lo había echo, pero conseguí quitarle la alcachofa y ahora era yo quien no paraba de lanzarle agua. Rubén me agarro de la cintura y acercó nuestros cuerpos. Dejé la alcachofa caer en el plato de la ducha y lo besé. Lo besé con deseo. Como anoche. Él no tardó en corresponderme el beso. Me cogió de las piernas y me subió. Mi espalda estaba apoyada en la pared y con mis piernas le rodee la cintura y nuestros cuerpos quedaron mas unidos.

Rubén pasó de mi boca a mi cuello. Lo devoraba. Y eso me encantaba. Me agarró del pelo y yo hice lo mismo con el suyo. Ahora era yo quien daba mordiscos en su cuello.

En un movimiento rápido, Rubén dio una embestida. No me lo esperaba y grité. Después reí por la cara que había puesto Rubén y asentí para que siguiera.

Esta vez era mucho mas rápido y mas fuerte que anoche cosa que me gustaba muchísimo más.

Cuando estaba a punto de llegar al orgasmo, el timbre del piso de Rubén son.

—Me cago en la puta. —dije cabreada. Rubén se rió y me dio un beso en la nariz.

—Te prometo que esta noche nadie nos va a interrumpir. —cogió una toalla y salió del cuarto de baño.

Yo terminé de lavarme el pelo y el cuerpo y salí. No sabía donde estaba mi ropa ya que al despertar, Rubén parecía que se la había llevado a no se donde. Así que no me quedó mas remedio que bajar con la toalla enroscada en mi cuerpo.

—¿Quién e...? —me callé de inmediato cuando vi a una mujer en frente de Rubén llorando.

Rubén me miró y luego miró a la chica. Y esta hizo lo mismo.

—Joder, ¿me dejas con un puto bebé y te vas con otra? —se secó las lágrimas y se acercó a Rubén un poco mas. —Eres un cabrón, un hijo de puta. —le dio una bofetada. Yo no sabía que hacer. Estaba paralizada en el sitio. —Y tú, —me señaló y se acercó a mi—, tú no te encariñes mucho con él porque a la mínima te deja tirada en la calle.

Se dirigió hasta la puerta y antes de salir por esta miró con cara de odio a Rubén y susurró un gilipollas. Finalmente, salió por la puerta.

Yo me llevé las manos a mi boca y me di media vuelta para subir arriba y coger mis cosas.