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Solo escuchaba el ruido de un motor en funcionamiento. Tenía las manos atadas a mi espalda, mis ojos tapados con una venda y mi boca igual. No podía hacer nada. Sería inútil intentar escapar. Mis ojos estaban llenos de lágrimas. Estaba ardiendo, lo notaba, tendría las mejillas coloradas de tanto llorar. Me dolía la cabeza. Era como si me hubieran estrellado algo en ella. Gruñí, pero como dije antes, fue inútil. Solo se escuchaba el ruido de un motor, lo que ésto me llevaba a que estaría dentro de un coche, o de una furgoneta. No se escuchaba voces de nadie, solo la radio con una ridícula canción.

Habrían pasado como unos diez minutos. Intenté tranquilizarme, pero no sirvió de nada. El coche, o furgoneta, paró en seco y unas puertas se abrieron de golpe. Me agarró de las muñecas y me hizo bajar con brusquedad. Anduvimos, él iba detrás mía agarrándome de las muñecas para que no escapara y a mi no me quedaba más remedio que obedecer, callar y seguir andando. Ambos nos paramos y el chico me quitó la venda de los ojos. Éstos los cerré fuertemente ya que me había acostumbrado a la oscuridad y ver la luz del sol así de repente me molestaba. Miré al chico que me había llevado aquí. No era Aaron como había estado pensando todo el camino. Fruncí el ceño y seguí al chico desconocido, que ya se estaba adentrando a un edificio abandonado. Mis ojos continuaban llenos de lágrimas, pero eso no le importaba a mi secuestrador. El chico me volvió a agarrar de las muñecas y me llevó a una habitación. Ésta estaba oscura, no había ninguna ventana y ninguna luz. Me quitó la cuerda de las muñecas y la de la boca. Ahora era mi oportunidad. En un movimiento rápido conseguí salir de la habitación. Pero al salir, un hombre me agarró de los brazos fuertemente haciéndome daño. Me estremecí y volví a la fuerza dentro de la habitación. Ambos hombres me miraron con asco y cerraron la puerta de un portazo. Luego escuché el sonido de unos pestillos. Estaba encerrada en este sitio y sin ninguna escapatoria.

Me agarré de las muñecas, dando suaves caricias. Éstas estaban rojas de haber tenido la cuerda tan apretada. Dejé escapar un sollozo y me senté en el frío suelo. Al sentarme, sentí una mano en mi hombro y me levanté lo más rápido que pude.

-No tengas miedo, Samantha, soy yo. - esa voz... Sabía perfectamente de quien pertenecía. Me acerqué más y me lo encontré. Con magulladuras por todo su rostro y lleno de sangre. Él tenía las manos atadas con unas esposas, pero él las tenía delante no como yo que las llevaba a mi espalda. 

Le puse una mano en la mejilla y se estremeció del dolor. La aparté rápidamente.

-Esto no tenía que haber sido así... Yo le prometí protegerte y ahora mira donde estamos.- negué con la cabeza.

-Esto no es tu culpa, Aaron. 

Escuché un sollozo por su parte. Estuve todo el camino maldiciénole, insultándole y estaba dispuesta a pegarle en cuanto lo tuviera delante mía. Pero todos esos sentimientos habían desaparecido al verle lleno de golpes y sangre. Él también había sido engañado como a mi. Pero había algo que no me cuadraba, ¿por qué Aaron me llevó hasta el hospital?

-Si que lo es Samantha... - se sentó en el suelo y lo acompañé.- Me obligaron a hacerte creer que Rubén estaba en el hospital.

Siento haber tardado una semana en actualizar *le tiran sillas a la cabeza* Perooooo, mi ordenador se ha roto y el que tengo ahora va tan lento que se me quitan las ganas de escribir y además ha sido la feria de mi pueblo y he salido tooodos los días y pues así no he podido actualizar. En fin, que os quería preguntar una cosa... ¿Cuantos capítulos queréis que tenga la historia? :)

Posesivo » elrubius | COMPLETA | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora