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017

Dedicado a: AyLuFe

Habían pasado como una dos horas y no sabía nada de Rubén. No me contestaba el mensaje que le puse, y las tortitas que había echo habían desaparecido ya que mi hambre no aguantó tanto a la espera de Rubén. No paro de mirar cada segundo si me ha contestado o no o tan solo si me ha leído el mensaje, cosa que no ha echo y se ha conectado. Oh Dios, ahora soy yo la que parece una acosadora. Me echo el pelo hacia atrás y me levantó de la mesa, los platos no se iban a recoger solos. Mientras estoy lavando los platos, con música de fondo, el timbre de cosa suena. Me pongo nerviosa y corro hasta la puerta.

—¡Hola! — vaya no era quien me esperaba.

—Hola.— dije un poco borde.

—¿Estabas ocupada o algo? Si quieres puedo irme y eso... —dijo agachando un poco la cabeza.

—Ya que has venido no te voy a decir que te marches... —le invité a entrar y resoplé cuando cerré la puerta, realmente quería que fuese Rubén y no Samuel. Caminé hasta el salón donde estaba esperándome Samuel.

—Al leer tu mensaje diciendo que no venías al trabajo pensaba que te pasaba algo, que estabas enferma, o algo parecido. —soltó una risita.

Al enviarle el mensaje a Rubén, le había dicho a Samuel que no iría hoy al trabajo. Porque como tonta pensaba que Rubén se vendría conmigo y estaríamos todo el día juntos.

—Tenía una visita importante y pensaba que se quedaría más rato. —Samuel solo asintió. La verdad es que no sabía que es lo que hacía Samuel aquí.

—La verdad es que no he venido a preguntarte el por que... Conociéndote me lo habrías dicho mañana y te habría dicho que no pasaba nada, —hizo una pausa—, he venido porque quería preguntarte una cosa...

—Claro, dime.

—¿Te gustaría venir esta noche conmigo a un restaurante? No se... Si no quieres lo entenderé, pero ya que lo del partido no salió bien pues...

No sabía que decirle. ¿Quería ir con él a algún lado? No estaba segura. Por un lado, no pasaría nada, solo sería una cena de dos amigos que se están conociendo aún más, pero por otro lado estaría Rubén. Siento que si voy con Samuel es como si estuviera engañando a Rubén.

Dios me estaba volviendo loca. Yo no siento nada por Rubén y jamás lo sentiré.

Cuando estaba apunto de contestarle a Samuel con un si, el timbre volvió a sonar. Caminé hasta la puerta y la abrí.

—Siento no haber venido antes o no haberte contestado antes pero tenía unos asuntos que resolver. —se rió y se encaminó hasta el salón. Estaba paralizada, no tenía ni idea de que pudiera venir.

¡Samuel y Rubén no pueden verse!

Corrí hasta el salón y vi a Samuel mirando a Rubén, analizandolo. Rubén estaba con los puños cerrados.

—Muy bien, veo que me remplazas muy fácilmente. —me miró con cara de asco y al pasar por delante de mi para irse me dio con el hombro y hizo que me tambaleara un poco.

Yo solamente quería morirme en este mismo momento.