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Me desperté por el incesante sonido del móvil. Gruñí y miré la hora: 20:45. Era tardisimo. No sabía como podía haber dormido tanto. Miré las notificaciones de whatsapp, eran todas de Samuel. Bufé y bloqueé el móvil no tenía ganas de hablar con nadie. Fui hasta el cuarto de baño y me miré en el espejo, parecía un mapache, litaralmente. Tenía unos pelos de loca y todo el rímel se me había corrido. Cogí una toalla y me metí en la ducha. Rubén diciendo que lo intentaramos no paraba de sonar en mi cabeza. ¿Debía hacerle caso? No sabía la respuesta.

Mi móvil volvió a sonar.

—Maldita sea. —dije bajo la ducha. Como sea de nuevo Samuel le iba a mandar bien lejos.

Termino de ducharme, me seco y me pongo el pijama. Miro el móvil y por sorpresa mía es Blair. Frunzo el ceño y abro su chat.

Blair: sam, ha ocurrido algo con Samuel. Ven a su casa.

Fruncí el ceño nuevamente. No entendía nada. Entonces me metí en el chat de Samuel y lo entendí todo perfectamente. Me llevé la mano a la boca y me maldije a mi misma por haber pensado de mandarle a la mierda como me mandara mas mensajes.

Me puse rápidamente unas mayas negras y una camiseta, la primera que he pillado.

Cogo las llaves y salgo escopetada hasta casa de Samuel.

(...)

—¿¡Blair joder, que coño ha pasado!?
—Sam, lo he encontrado así en la puerta del restaurante. Joder no se quien ha sido, no se nada. —se llevó las manos a la cabeza. —Yo no sabía que hacer y lo he traído aquí.

—Está bien Blair, está bien. —la abrazé. —Llama a una ambulancia.

Miré a Samuel, inconsciente en el sofá de su casa. Tenía la cara ensangrentada y llena de magulladuras.

—No se quien ha podido hacer esta barbaridad. —Blair estaba apunto de echarse a llorar. Sacó su móvil y marcó el número de la ambulancia.

—Yo sí. —cogí las llaves y salí del departamento dando un portazo.

—¡Sam! ¿A dónde vas? —escuché decir a Blair detrás mía. La ignoré y le mandé un mensaje a Rubén.

Samantha: tengo que hablar contigo, te espero en frente de mi casa.

Fui directa a casa. Estaba enfadada, en cualquier momento iba a estallar. La sangre me hervía dentro de mi.

Llegué a casa y ya estaba Rubén sentado en el porche de esta. Sonrió al verme.

—Te juro que no me creía cuando has dicho que querías hablar conmigo. ¿Me vas a dar una oportunidad entonces, muñeca? —se acercó a mi y me agarró de la cintura. Le aparté de un empujón. Él se quedó con la boca abierta.

—¡Estas loco joder! ¡Putamente loco! —le grité tan fuerte como podía. Algunas personas que pasaban se nos quedaban mirando, pero no me importaba. —¡Quiero que te vayas de mi vida, joder! ¡Desaparece una vez! —no me había dado cuenta de que estaba llorando. Le volví a empujar. —¿¡Porqué le has echo eso a Samuel!? ¿¡Por qué coño no me dejas ser feliz!? ¿¡De verdad era necesario darle una paliza!?

Posesivo » elrubius | COMPLETA | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora