030

11.2K 885 191
                                    

Rubén me miraba fijamente a los ojos. No apartaba su mirada en mi hasta que se dio cuenta de que me estaba haciendo daño y me soltó. Me metí lo más rápido que pude.

No había solucionado nada. No le había dicho nada de los mensajes. Y tampoco entendía que me quería decir con lo de que tuviera cuidado. No me había servido para nada verle porque me he quedado igual que antes.

Me asomé por la ventana para ver si seguía ahí, pero no. Se había ido.

Decidí darme un baño de agua caliente para relajarme. Apagué el móvil para que no me molestara nadie y mucho menos aquel anónimo.

En cuanto me di cuenta, ya se había echo de noche. No me había percatado de cuanto rato había estado en el agua. Me seque y me puse solo unas bragas y una camiseta larga que sólo llegaba por encima de mis rodillas. No tenía pensado cenar nada, últimamente no como casi nada, así que decidí irme a dormir ya. El móvil aún seguía apagado. Pero lo encendí porque necesitaba saber como se encontraba Samuel. Todos los días era así. Iba al hospital a verle y luego por la noche hablábamos por whatsapp. A veces me llamaba y otras y espero que esta noche sea una de las que no me llame.  No tengo ganas de hablar con nadie.

Al encenderlo me llegó solamente una notificación de whatsapp, a parte de demás aplicaciones. Abro el mensaje ya que era de un número que no conocía.

Desconocido: asi que el señor doblas te ha echo hoy una visita ;)

Samantha: como lo sabes?

Desconocido: eso importa? Mira lo que quiero que hagas es que lo invites a tu casa otra ves y le digas cuanto lo quieres y cuando este dormido le quitas el colgante que tiene en su cuello.

Samantha: no pienso hacer nada de eso.

Desconocido a enviado una foto.

Desconocido: de verdad piensas que tienes opción? Lo quiero para esta noche.

Gruñí y tiré el móvil al sofá. Esta persona estaba loca. Si no hacía lo que quería le haría daño a Samuel. Me eché los pelos hacia atrás. No iba a permitir que le volviera hacer daño a Samuel. Volví a coger el móvil y marqué a Rubén. Habíamos quedado en que vendría dentro de diez minutos.

Estaba nerviosa. Claro que lo estaba. No sabía como engañarle y quitarle el colgante. Que a todo esto no se porque una persona querría un colgante.

El tiempo se me hizo eterno. Aún no sabía que hacer. El timbre sonó y mi corazón comenzó a acelerarse rápidamente. Respiré hondo y caminé hasta la puerta. La abrí y me encontré con Rubén mirándome de arriba abajo. ¿Por qué me miraba tanto?

¡Demonios!

Se me había olvidado ponerme un pantalón y el sujetador.

Con las mejillas ardiendo y mi pulso cada vez mas acelerado, dejé pasar a Rubén. Ninguno habíamos intercambiado alguna palabra. Y eso estaba siendo que me pusiera mas nerviosa.

—¿Para qué querías que viniera? —se puso a recorrer el salón. Como si estuviera buscando algo.

—Esto... Yo... —mierda, parecía estúpida. —Quería que habláramos. Antes no he tenido la ocasión.

Rubén sonrió de lado y se acercó a mi. Muy, muy cerca. Trague saliva y lo condujo hasta mi cuarto. Ambos nos sentamos en mi cama.

—Rubén... Perdón por todo lo que te dije aquella noche. De verdad. Tu me dijiste que no fuistes y yo no te creí.

—Samantha...

—No, déjame terminar. —suspiré. —He estado todas estas semanas intentando olvidarte. Dejar de pensar en ti. Pero siempre, siempre aparecías en mis pensamientos. Con ese par de ojos verdes, tu nariz respingona y con tu sonrisa. Siempre estabas en mi cabeza.  —sonreí. —No puedo apartarte de mi vida. —me encogí de hombros. Rubén me miraba atentamente a los ojos. —Y tu tampoco puedes hacer que te quiera. —hizo una mueca, yo sonreí aún mas. —Rubén te quiero tanto como tu a mi.

Posesivo » elrubius | COMPLETA | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora