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Maratón 3/3

Blair y Samuel estaban liados. Blair y Samuel juntos. Cogí lo primero que pillé y lo estrellé contra la pared. ¿Cómo me podían hacer echo eso? Todo lo que había vivido con Samuel había sido una estúpida mentira. Yo confié en él, le conté mis secretos. ¡Confié en él, maldita sea! Puede que le hiciera daño haciéndole creer que le quería como algo más que mi amigo, pero le quería, joder, le quería muchísimo como amigo. Había sido la única persona después de mucho tiempo que estuvo conmigo, defendiéndome. Y Blair... había llegado al punto de considerar a Blair como una y única de mis mejores amigas. ¿Cómo ha podido ser así de puta?

Estaba enfadada, echa una furia y lo único que quería era partirle la cara a Blair y a Samuel pero eso no iba a aliviar mi dolor. 

La puerta del piso de Rubén sonó y deseé con todas mis fuerzas que fuera Rubén porque en este momento  lo necesitaba, necesitaba decirle cuanto agradecía que hubiese aparecido en mi vida y darle las gracias por no alejarse de mi como el resto de las personas hacían. Mis deseos se hicieron realidad y Rubén fue quien apareció por la puerta. Corrí hasta él y lo abracé con fuerza, como nunca antes le había abrazado. Pero él no me correspondió al abrazo. Me separé de él y lo miré. Él miraba hacia otro lado.

-¿Qué pasa?- tenía la voz entrecortada de haber estado llorando antes. Ahora no podía soportar otra cosa.

-Samantha yo no te quiero.

-¿De qué estas hablando?- estaba apunto de ponerme a llorar. Rubén no me estaba ni mirando a los ojos.

-Que todo esto ha sido un juego. Yo nunca te he querido. Solo quería follar contigo.

-¡¿De qué coño estás hablando?!- me acerqué a él y le empujé.

-Quiero que te vayas y me dejes de una puta vez en paz.

Me había echado a llorar. Agarré de la cara a Rubén y hice que me mirara.

-Mírame y dime que todo ésto que estás diciendo es una puta broma porque te juro que no puedo vivir si no estás a mi lado.- me miró a los ojos y pronunció aquellas palabras que hicieron que mi corazón se rompiera en mil pedazos. 

-Vete y no vuelvas jamás.- lo miré unos segundos más. 

Sentía que no podía respirar bien. 

-N-no p-puedes hacerme e-esto... No...- negaba con la cabeza mientras mis lágrimas descendían por mis rostro con cada vez más rapidez. Rubén me agarró del brazo y me sacó fuera de su casa.

-Adiós Samantha.- y cerró la puerta.

Me deslicé por la pared llorando a mares y diciendo todo el rato su nombre.

-¡Rubén!- grité desesperada. 

Pero él nunca volvió abrir la puerta. 

Fin del maratón. Espero que os haya gustado. Siento que hayan sido tan cortos, pero al subirlos tan seguidos, lo compensaba. Me ha gustado ésto de hacer maratón, es posible que lo haga de nuevo más adelante. ¿Qué creéis que va a pasar ahora? ¿Alguna sospecha de porqué Rubén dice que tiene la culpa de todo sobre los tipos esos? ¡Se abren las apuestas! Os quiero mil babies. ♥♥