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Maratón 2/3

Estaba desesperada. Le había mandado como unos diez mensajes a Rubén y no había manera de que los leyera. Sabía que se había conectado pero ni si quiera había sido para ver mis mensajes. Caminaba de un lado hacia otro esperando alguna respuesta por parte de alguien. Si Rubén era capaz de matar a Aaron no me lo perdonaría jamás. Joder, estaba frustrada y lo peor de toda esta mierda era que no le podía hablar sobre ésto a nadie. No podía desahogarme con nadie. Y con la única persona que podía, pasaba de mi. Dudé en si mandarle algún mensaje a Aaron o incluso llamarlo. Pero sabía que sería una tontería. 

Mi desesperación iba cada vez en aumento. Rubén no me contestaba y había pasado más de una hora. Decidí salir de allí. Necesitaba despejarme y olvidar por unos segundos esta jodida situación. ¿Por qué mi relación con Rubén no podía ser como una normal? ¿Por qué no podía ser como la de Samuel? A veces deseaba que Rubén fuera simplemente, un chico más. Que tenía su trabajo normal y que no tuviera esos trastornos que a veces le entraba. Pero luego me ponía a pensar, ¿y si ese Rubén jamás me hubiera gustado? Yo estoy enamorada de éste Rubén, del Rubén con problemas y trastornos mentales. Porque en algo me parecía en él. Y es que ambos estábamos jodidos con problemas de nuestro pasado. 

Sin darme cuenta me había plantado en casa de Blair. Quizás era una buena idea pasar algo de tiempo con ella y olvidarme un rato de todo. Toqué el timbre y una sonriente Blair me abrió la puerta pero nada más verme su sonrisa desapareció. Fruncí el ceño ya que me parecía muy raro que hubiese echo eso.

-¿Qué haces aquí?- dijo saliendo de la casa y encajando la puerta tras de ella. Tenía los mofletes colorados y los pelos un poco revueltos.

-¿No puedo visitar a mi amiga?

-Oh, claro que sí, pero es solo que ahora me pillas un poco ocupada. - se le notaba nerviosa y no paraba de mirar hacia la puerta, como si temiera de que alguien saliera de allí.

-Ya entiendo... Estás con un chico.- sonreí y ella me miró temorizada.

-¿Q-Qué?

-Oye Blair, no pasa nada. Es normal.- me eché a reír por la reacción que estaba teniendo.- Lo entiendo, me voy.- le di un beso en la mejilla y me di media vuelta, cuando iba a salir de su parcela escuché una voz que deseé con todas mis fuerzas que no fuera la que yo creía que era. Con miedo me giré lentamente, asustada por quien iba a ver. 

Samuel.

Sin camiseta.

Sin pantalones.

Solo en boxers.

-¡ERES UNA PUTA!- grité a todo pulmón y noté como unas lágrimas descendían por mi rostro. Blair cerró los ojos y Samuel se metió rápidamente a la casa. Me giré y empecé a correr lo más rápido que mis piernas me permitían.

-¡Sam, espera! ¡Puedo explicártelo!- pero ya era demasiado tarde.

El daño ya estaba echo. 

Esta noche subo el último capítulo del maratón. Comentad porfis!!

Posesivo » elrubius | COMPLETA | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora