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Notaba el cansancio en mis piernas. Mi respiración era entrecortada y lo peor de todo es que estaba tan oscuro que no sabía ni hacia donde estaba yendo. Estaba tan asustada que ni si quiera me atrevía a mirar hacia atrás para saber si Rubén me estaba siguiendo o no. Tan asustada que por mucho que estuviera cansada y agotada de correr, no iba a parar. Porque tenía miedo, miedo de que Rubén me cogiera como tantas veces había echo ya en ese estado en el que ahora mismo se encontraba. No quería volver a sentir ese dolor tan espantoso porque no estaba segura si volvería a poder soportarlo. 

Sabía que estaba corriendo por el bosque que estaba detrás de la cabaña, tenía entendido que este bosque era enorme y que las probabilidades de perderte a no ser que fueras con un guía eran bastantes altas. Así que pensé con toda la claridad que me era permitida en este momento y fui frenando poco a poco, no dejaba de moverme, simplemente corría mas lento. Me fijaba. con la poca luz y claridad que había, por los sitios por donde pasaba. Este bosque estaba rodeado por una carretera que llegaba al pueblo, si conseguía encontrar la carretera podría llegar al pueblo y allí llamar a alguien. 

Tenía la sensación de que sería girarme y encontrarme con Rubén, pero hacía rato que no escuchaba nada. 

Me paré porque no podía más, mis piernas estaban temblando. Me paré en el sitio y de allí no me moví. Habrían pasado unos veinte segundos y yo aún seguía quita, sin moverme. No sentí nada, ningún ruido.

Me di cuenta de que estaba sola, que había estado huyendo de nada ni nadie. No sabía que estaba llorando hasta que sentí como la lágrima se colocaba perfectamente en la comisura de mis labios.

¿Qué coño estaba pasando? ¿Cómo todo había cambiado de la noche a la mañana? ¿Por qué me tuve que enamorar de alguien como él?
No sabía que hacer ahora. No tenía ni la más mínima idea de volver a la cabaña. Tampoco es como si quisiera volver allí. No quería encontrarme con Rubén. Su lado agresivo está tan presente en estos momentos que me daba miedo cualquier cosa que hiciera. 

Todo había estado yendo tan bien. Por fin estaba conociendo ese lado de Rubén que tan escondido tiene. 

Tenía tantas dudas ahora mismo, miles de pensamientos y preguntas se me pasaban por mi mente. ¿De quién era esa sangre en sus manos? ¿Cuál había sido su intención de venir hasta aquí? ¿Por qué me seguía haciendo ésto? 

¿Por qué no, simplemente, cogía las maleta y me marchaba lejos de todo el mundo? De toda mi vida anterior. Estoy tan confundida y asustada. Joder, ¡estoy en un puto bosque en la mitad de la nada en Noruega! Y para colmo me estaba congelando de frío. No llevaba móvil, no tenía absolutamente nada. Joder. No quería acabar de esta forma. Yo tan sólo quería ser feliz. Feliz con la persona de la cual estaba enamorada. Pero todo se había complicado.

Decidí recorrer los pasos que había echo para llegar hasta aquí. Sólo se escuchaba el viento, las ramas de los árboles moverse y de vez en cuando el sonido de algún pequeño animal sin importancia. 

(...)

No sabía ni cómo, pero después de una larga caminata llegué a la cabaña. Caminaba a paso lento, asegurándome de que Rubén no se encontraba allí. Estaba congelada de frío, mis pies abarrotados de nieve que me calaba por mis calcetines. No me sentía en lo absoluto mis pies, de hecho no sabía ni cómo había podido andar todo lo que había andado sin desfallecer en el suelo. Mis labios estaban agrietados, mi nariz roja, mis manos igual y congeladas. Estaba en la mismísima mierda. Me di cuenta de que el coche no se encontraba donde solía estar siempre. 

Sentí un gran alivio, eso significaba que Rubén no estaba en la casa. Entré lo más rápido que mis piernas y pies me permitieron. Cuando salí de la cabaña recordaba perfectamente que el fuego de la chimenea se había apagado. Ahora mismo estaba encendido. Escuché la puerta cerrarse tras de mí. Di un salto del susto y miré hacia atrás inconscientemente. La cabaña solo estaba iluminada por el fuego de la chimenea. No veía nada. Tan solo escuché una voz. 

-Por fin has llegado, la verdad pensaba que te había pasado algo. 

Y de repente sentí como mi cuerpo pesaba cada vez más, como mi cabeza dolía, como el frío había calado todo mi interior. Como mis piernas dejaron de funcionar, cayendo al suelo. 

Estaba desmayándome. Desmayándome con un jodido psicópata en frente mía.  




LO SIENTO MUCHO, TAN SOLO PEDÍ DOS DÍAS Y VOSOTRAS LO ACEPTASTEIS SIN PONER PEGAS DESPUÉS DE HABER ESTADO BASTANTES MESES SIN SUBIR Y CUANDO DIGO DOS DÍAS, ME TIRO UN MES SIN SUBIR NADA. LO SIENTO DE VERDAD. NO PUEDO DECIR NADA MÁS... ESPERO QUE PODÁIS PERDONARME Y QUE NO OS VAYÁIS DE POSESIVO... :(

Posesivo » elrubius | COMPLETA | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora