6.

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—Es una linda cocina —respondió, terminando de comer.

Él sonrió. —Me refería a estar en esta casa —agregó rápidamente.

—Oh —dijo ella y luego sonrió. Se encogió de hombros—. Supongo que está bien.

—Ven conmigo —la invitó, ofreciéndole la mano. Ella la tomó y caminó junto a él hacia el exterior de la casa. —Realmente la casa es preciosa, es como un respiro, considerando que la ciudad es tan estresante.

Ella asintió. — ¿Vives aquí con Dexter?

—Sí, solo somos nosotros dos y aparentemente Emilie que regresó del extranjero. Aunque... —siguió hablando Roger—. También Dexter tiene un apartamento en la ciudad. Siempre estamos juntos.

—Eso es bueno —dijo ella, sin saber qué más decir.

—Dexter me contó sobre ti —dijo él, caminando por el gran jardín de la casa—. Dijo que te encontrabas en problemas, y no en un buen lugar.

Ella asintió. De nada valía mentir, aunque no le gustaba quedar como la pobre chica rescatada, tenía que aceptar que lo que decía era verdad. Estaba en apuros, viviendo en un mal lugar, con malas personas, en un mal trabajo, ganando poco dinero. No iba a negar lo que era tan obvio.

Aparentemente Dexter estaba haciendo un acto caritativo, el cual no debía hacer, porque al final de cuentas, ¿Qué le debía a ella? absolutamente nada. Él no era el responsable de su desgraciada vida.

—No te dejes intimidar por Dex, es un buen chico, solo que.... A veces se comporta como si llevara en sus hombros el peso del mundo.

Roger no parecía tan intimidante, al principio sí había parecido como un animal salvaje, pero ahora, solo era un hombre, solo eso.

Cuando se encerró en su habitación, quiso conciliar el sueño, pero los gritos de Emilie no la dejaban dormir, es más, dudaba que pudieran hacer que alguien más en la casa durmiera.

Se paró de la cama, y se recostó de la ventana. Su habitación tenía una vista preciosa, no podía negarlo. Respiró hondo, solo esperaba que ellos no tuvieran sexo cada noche, porque no se imaginaba esos gritos cada noche.

***

—Es increíble la fiesta que organizaré en la discoteca de la que te hablé, he reservado todo el lugar, y está excelente.

Dexter asintió, mientras revisaba algo en su laptop. —Eso es genial, cielo.

—Y sé que falta un mes pero... Me gusta hacer las cosas con antelación.

Camila apenas podía respirar en medio de ellos, solo deseaba terminar de comer pronto para así irse a un lugar alejado. Emilie parecía tan plástica, y tan extremadamente perfecta.

—Iré de compras, estoy en busca del vestido perfecto.

—Llévate a Camila, necesita algo de diversión —dijo Dexter sin mirarla.

Ella estaba a punto de negarse, pero entonces él la observó y le sonrió. Era obvio que sus intenciones eran buenas, además él ni siquiera sospechaba lo insoportable que parecía ser su novia.

No dijo ni una sola palabra de camino al centro comercial, tampoco era que necesitaba decir algo, ya que Emilie se la pasó hablando por teléfono con sus amigas. Ella estaba demasiada ensimismada para entablar una conversación con la nueva integrante de la casa.

— ¿Alguna marca en particular? —Preguntó Emilie, dirigiéndole la palabra por primera vez en el día.

Camila negó, y caminó detrás de ella. La vio probarse vestidos realmente hermosos y desecharlos, la vendedora estaba más que cansada, pero era obvio que no lo expresaba, ya que mantenía una gran sonrisa falsa.

—Puede escoger lo que quieras, y nos encontramos aquí —le propuso ella.

Camila rápidamente se paró del asiento, no porque estaba desesperada por comprar ropa, pero sí lo estaba por alejarse un rato de ella. Vagó por la tienda, tratando de encontrar un lindo vestido para la fiesta. Había encontrado algunas opciones, nada escandaloso, pero sí bonito.

También eligió zapatos, notó la mirada con el ceño fruncido que le dedicaba Emilie, y frunció aún más el ceño al ver su elección mas no dijo nada, solo pasó la tarjeta de crédito y tomó sus bolsas.

Ambas almorzaron juntas, era increíble como dos chicas podían estar una frente a la otra y aun así no mencionar la mínima palabra. Eso debía hacerla sentir incomoda, pero contrario a eso, la aliviaba, no quería tener que fingir interés en algún estúpido tema.

Cuando llegó a casa, se sorprendió al ver a Roger metido en la piscina, él estaba nadando, y al verla le sonrió. Camila hizo lo mismo. — ¿Te divertiste? —Preguntó acercándose al borde de la piscina.

Ella asintió, y caminó directamente hasta su habitación. Al entrar, soltó todas las bolsas del susto al ver que Dexter estaba ahí, mirando por la ventana con las manos en los bolsillos. — ¿Pasa algo? —Preguntó levantando sus bolsas del piso—. ¿Es normal en ti entrar así en las habitaciones de otros?

:O

Continuará... 

VOLVERÉ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora