68.

568 54 19
                                    


Cuando volvió a estar consciente, abrió los ojos y se levantó rápidamente, vio un baño a la derecha y sin pensarlo corrió hasta el retrete y vomitó. Obseró la extraña mezcla de líquidos amarillentos con sangre, era asqueroso, salió de ahí a paso lento y miró a su alrededor, estaba en un lugar que no conocía, era una habitación grande, miró su brazo, estaba vendado, al igual que sus piernas.

Había un espejo justo frente a ella, estaba sucia y tenía sangre seca en muchas partes de su cuerpo, habían roto sus pantalones, así que tenía un abierto gigante en la parte delantera de su muslo, revelando las vendas que alguien había puesto en sus heridas, su brazo dolía horrores, al igual que todo su cuerpo, su cara tenía cortadas no muy profundas, pero veía que alguien había suturado una línea en su frente.

Aún se sentía débil, apoyó su mano en la pared, sentía que iba a caer al piso, su mente estaba en blanco, quería recordar lo que había pasado, pero nada venía a su cabeza, tan solo tenía ganas de volver a la cama, maldijo lentamente y caminó nuevamente hasta la cama.

Cuando se sentó en ella, todo empezó a aparecer en su mente de golpe, nada estaba ordenado, y ni siquiera sabía cual hecho había ocurrido primero, todo era una extraña mezcla de momentos vividos, de miedo, de terror, de tristeza, de soledad y agonía. ¿Qué diablos le estaba pasando?

Sintió unas ganas incontrolables de llorar, no podía evitarlo, todo pasaba tan rápido en su cabeza que no podía reconocer nada, es más, ni siquiera sabía dividir las cosas reales de las imaginarias.

Todo a su alrededor empezó a cambiar, ya no estaba en una habitación desconocida, estaba en la casa que habitaba cuando vivía con su padre, pestañeó algunas veces, se miró el cuerpo, no tenía magulladuras. ¿Dónde estoy?

se levantó de la cama y antes de dar un paso vio a su padre entrar en la habitación, sus ojos se llenaron de lágrimas, él no había envejecido, seguía siendo aquel tipo guapo e inteligente que le enseñaba todo lo que necesitaba saber. Llevó una de sus manos a su boca, y no pudo evitar romper a llorar.

Él se acercó a ella y tocó su hombro. — ¿Qué te sucede? —Preguntó preocupado.

Ella no se pudo contener y lo abrasó fuerte. — ¿Camila? —Presionó—. ¿Qué está mal?

Pero ella no podía hablar, lo había extrañado tanto, no sabía si todo era una mala jugada de su mente, no sabía si estaba muerta, inconsciente o en otra maldita dimensión, solo quería atesorar ese momento para siempre. ¿Por qué estás llorando?

—Te extrañé —dijo ella después de unos segundos—. Te extrañé mucho.

—Siempre lo haces —dijo él con una sonrisa—. Yo también te extrañé, pero solo fui a la universidad unas horas, hoy di un examen y todos reprobaron —dijo con pesar, su ceño se frunció severamente, él siempre hacía ese gesto cuando estaba preocupado—. Tengo que revisar unas prácticas, ¿Me quieres acompañar?

Ella asintió, tomándolo de la mano, no lo quería dejar ir nunca más. Sonrió cuando lo vio maldecir al corregir un párrafo con faltas ortográficas. — ¿Me puede pasar ese bolígrafo? —Preguntó señalando la mesa.

Camila se levantó de su asiento y caminó hasta la mesa, pero cuando miró hacia atrás su panorama cambió, y vio a un hombre con una máscara de gato, se acercó a él, pero antes de poder decir algo, el hombre con mascara alzó la pistola en dirección a su padre y le disparó sin titubear.

— ¡No! —gritó, corriendo hasta él, pero no pudo llegar a tiempo, vio la sangre salir de la cabeza de su padre, mientras sus ojos vidriosos miraban a un punto en específico. Tapó su cara con ambas manos, se acercó a él y lo tomó en sus brazos, toda su ropa se llenó de sangre pero no le importó.

Cerró lentamente sus ojos y lo apretó contra su pecho. —No —dijo lentamente una y otra vez mientras lloraba—. Tú no, papá.

Todo a su alrededor empezó a ponerse negro, todo empezó a desaparecer. — ¡No! —gritó presa del pánico, trató de abrasar fuerte a su padre, deseando que él se quedara con ella, que no se fuera, que abriera los ojos y le sonriera. — ¡No! —gritó tan alto que sintió que su garganta se desgarraba al ver como el cuerpo de su padre desaparecía de sus manos y ella quedaba totalmente sola. Sola, como siempre había estado.

— ¡Camila! —Gritó alguien. Ella abrió los ojos rápidamente, y vio a Roger acercarse a ella, preocupado—. ¿Estás bien? —Preguntó acariciando su cabello—. Dime que estás bien —suplicó.

Ella asintió lentamente. Se trató de sentar pero se sentía mareada. —Has estado tres días dormida. ¿Segura que estás bien?

Camila frunció el ceño cuando recordó todo. Sintió que su garganta se apretaba. — ¿Dónde está Dex? —Preguntó sintiendo que su corazón se partía en muchos pedazos.

Roger se paró de la cama. —Se lo llevaron.

Ella sintió que sus ojos se aguaban. — ¿Está muerto? —Preguntó lentamente.

Roger negó. —Si lo hubieran querido asesinar, ya lo hubieran hecho.

— ¿Entonces qué quieren? —Preguntó preocupada.

—Control —dijo él simplemente.

— ¿Tienes un plan? —Preguntó tocando su cabeza.

Y al ver que Roger negaba lentamente, sintió que su cuerpo dejaba de responder, tocó su vientre lentamente, solo que esta vez no dijo nada para tranquilizar a su bebé, esta vez no tenía palabras de aliento para dar.

***

OMG :'O

Continuará...

VOLVERÉ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora