74.-

664 54 16
                                    


Camila estaba tan sorprendida, ni siquiera pudo quitar la vista de él, trataba de encontrar algo en su mirada, pero él no estaba arrepentido, ni triste, ni decepcionado, en sus ojos llameaba la rabia, una rabia que nunca había visto.

— ¿Qué diablos estás haciendo? —Preguntó Roger, llegando hasta él y golpeándolo. Dexter se tambaleó, pero rápidamente tomó la compostura, escupió sangre de su boca, era como si no hubiera sentido el golpe.

— ¿Eso es todo lo que tiene, hijo de perra? —Preguntó caminando hasta Roger, tomándolo del cuello y pegándolo de la pared—. Tú. Me. Traicionaste. —Acentuó cada palabra.

—No, Dexter —dijo Roger, poniéndose rojo por la presión que ejercían en su cuello—. Suéltame —rogó.

Dexter negó. —No hasta que acabe contigo. No te imaginas por todo lo que pasé y todo por tu culpa.

Camila no esperó un segundo más, se levantó del piso, tomó un palo de golf que descansaba en una esquina, dentro de un lindo cesto color blanco, caminó detrás de Dexter, y lo golpeó con toda su fuerza en la cabeza.

Su cuerpo cayó a sus pies, y sus lágrimas empezaron a salir. Roger cayó al piso y tosió varias veces. Ella se arrodilló junto a él y lo ayudó a parar. —Hiciste lo correcto —le dijo él, poniendo una mano en su hombro.

Camila lo abrasó con fuerza, sintiendo que su corazón se partía en muchos pedazos, era como si todo la hubiera golpeado al mismo tiempo, lo que hizo con santana, lo que le pasó a Ronald, y Dexter.

—Tengo que llevarlo a la habitación —dijo él, halando a Dexter por los brazos y arrastrándolo por el piso.

Camila lo siguió, abrasándose a sí misma. Se sentía tan desolada, todo había salido mal, nunca esperó que la respuesta de Dexter fuera volverse contra ellos.

Roger lo desnudó, y ella contuvo la respiración al ver todas las marcas que cubrían su cuerpo, incluyendo la herida que había empezado a cicatrizar de forma horrible en su pierna. Él tenía marcas de haber sido azotado, todo su cuerpo tenía verdugones rojos, que cruzaban por todo su pecho, y se extendían hasta su pierna.

Roger lo giró y notaron que tenía verdugones aún más horribles que marcaban toda su espalda, en algunos lugares tenía heridas que habían cicatrizado por sí solas.

Camila buscó en el baño vendas, gasa, paños y llenó un recipiente con agua, encontró un botiquín de primeros auxilios debajo del lavamanos, cuando se levantó, se miró en el espejo, tenía toda su mejilla roja, tocó la marca, sus ojos se aguaron, negó lentamente, tomó todo lo que encontró y se lo pasó a Roger, mientras él se encargaba de sus heridas, ella limpió su cara con el paño húmedo.

Él tenía bolsas oscuras debajo de sus ojos, uno de ellos estaba hinchado, al igual que su boca, acarició su cabello, y respiró hondo. —Estaremos bien —dijo Roger, sobresaltándola.

Ella lo miró, él tenía las marcas de las manos de Dexter en su cuello. — ¿Qué le hicieron? —Preguntó sintiendo su labio inferior temblar—. ¿Por qué reacciona así?

Roger echó alcohol en su pierna y se encogió de hombros. —La pregunta sería ¿Qué no le hicieron? A esas personas le importa una mierda la vida del otro, tenemos suerte de tenerlo de vuelta.

— ¿Por qué dice que lo traicionaste? —Preguntó mirándolo.

Roger se tensó y no habló. Contrario a eso, dedicó toda su atención en limpiar la herida de Dexter, cuando ella quiso volver a preguntar, sintió que Dexter empezaba a moverse, y contuvo la respiración.

—No despertará aun —dijo finalmente Roger, acomodándolo en la cama—. Está muy cansado, no ha dormido en días, talvez ni siquiera ha comido algo. Tenemos que darle tiempo.

Ella asintió, salió de la habitación delante de Roger. —No quiero que te le acerques, es más, entra a una habitación y descansa, me encargaré de él.

Ella le hizo caso, entró en una de las habitaciones, se asió y buscó algo de ropa limpia, lo único que encontró fue una vieja camisa azul, estaba desgastada, pero estaba limpia, así que le servía.

Entró a la cocina y buscó algo de comer, aunque casi amanecía y estaba cansada, no podía dormir, tenía imágenes de personas muertas en su cabeza, aún tenía miedo de que en cualquier momento entraran en la casa y los mataran.

Encontró una caja de cereal, la abrió pero se derramó en el piso, se arrodilló para recoger el desastre, y una sombra cayó sobre ella. Sintió su corazón latir de forma desbocada. Miró hacia arriba con miedo y vio que Dexter estaba ahí, en toda su altura, con el pelo recogido, la cara lavada, ropa limpia y algo de barba, que lo hacía ver todavía más intimidante.

Él la observó unos segundos, pero su atención se desvió a Roger, él acaba de entrar en la cocina, cuando Dexter apuntó directamente a su cabeza, Roger alzó las manos, claramente lo había tomado desprevenido. —Dex, baja esa arma —dijo lentamente.

Dexter negó. Se acercó a él, y pegó la pistola en su frente. — Tú y yo tenemos que hablar, afuera —le dijo en tono autoritario señalándole la salida.

Roger se quedó parado en el mismo lugar. — ¡Ahora! —Gritó Dexter con rabia.

Camila corrió hasta ellos y empujó a Roger colocándose frente a Dexter, tomó la pistola y la presionó contra su frente. —No le vas a hacer daño —le dijo firme—. Si quieres matar a alguien, entonces hazlo, mátame —dijo tragando forzado, y sabía que esa era una movida arriesgada, pero necesitaba traerlo de vuelta de alguna forma, necesitaba que él viera el mal que estaba haciendo, necesitaba hacerlo entrar en razón.

Cerró los ojos, preparándose para lo peor, pero después de unos segundos, los abrió, él había bajado el arma y la miraba fijamente. —Dex —susurró ella, suavemente, pero se mantuvo en el mismo lugar por cautela.

Miró por la ventana de la cocina, el sol ya había salido. Era un nuevo día, un nuevo comienzo, sin embargo todo se sentía como una cadena de malos sucesos que no parecían tener fin.

Se escuchó un golpe en la puerta, rápidamente Dexter la empujó detrás de él, ¿Primero la golpeaba y ahora la protegía? Vio a Roger sacar la pistola, y en ese momento entendió que él había estado listo para atacar, pero no lo había hecho porque no quería causarle daño a Dexter.

Ambos hombres se encaminaron a la puerta, ella se quedó detrás, sintiendo su corazón martillear, tenía un mal presentimiento, algo estaba detrás de ellos, algo mucho más peligroso de lo que creía y no lo quería vivos. 

****

Adivinen ¿Quién crees que es? :O

Continuará...

VOLVERÉ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora