8.

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Ella era la única que no encajaba con todos, ya que se quedaba en casa todo el tiempo, Dexter la había invitado a la ciudad con él, pero no tenía ganas de ir, sentía que le estorbaría, los había visto trabajar a ambos y siempre se veían concentrados.

Así que había tomado algunos libros del estudio de Dexter y estaba analizando cual curso tomaría. Finalmente se había interesado por pintura. Dexter solo quería que ella se tomara las cosas con calma, apenas tenía 19, podía empezar la universidad en cualquier momento. Quería que hiciera algo por diversión, y exactamente le había hecho caso.

Tan solo duraba tres meses y era en un instituto cerca de Gilleos Company. Al inicio de la semana se había alistado, y había empacado sus cosas en su linda mochila color celeste.

Roger la llevó al instituto que impartía el curso de pintura. Él fue una distracción para las demás adolescentes en el lugar. Rápidamente algunas chicas trataron de entablar una conversación con ella para saber si Roger estaba o no disponible, eso la hizo sonreír.

No supo qué responder al principio porque claramente no le había preguntado si tenía alguna novia, aunque a juzgar por las apariencias, él parecía estar soltero.

El primer día supo que eso de pintar no era lo suyo, aunque no negaba que se divertía bastante tratando de seguir las lecciones al pie de la letra. Cuando el reloj marcó las seis de la tarde, salió del instituto, y esperó ver a Roger, pero contrario a eso, vio la camioneta negra aparcada, y dentro estaba Dexter.

Sonrió y subió al asiento. — ¿Te divertiste? —Preguntó él, mirando al frente.

—Fue divertido— aceptó suspirando.

Él aparcó frente a un restaurante y aunque ella quiso opinar sobre cualquier cosa, descubrió que cuando él estaba cerca, todo era extraño, es decir, cuando estaba en casa, él solía ser tan amable, y divertido, pero ahora que estaba en el trabajo, estaba revestido de profesionalidad, y se preguntaba si también se reiría de cualquier chiste tonto que ella pudiera hacer.

Decidió quedarse en silencio, él parecía estar cómodo sin iniciar ninguna conversación, solo le habló para cosas básicas como ¿Qué te apetece comer? ¿Te gusta el lugar? ¿Quieres postre?

Después de eso, ninguno habló. Cuando llegó a casa y se encerró en su habitación, respiró hondo. Era bueno librarse de la tensión que había entre ellos.

En los demás días fue más de lo mismo, iba al instituto, tomaba clases, y finalmente alguien iba por ella, la mayor parte de las veces lo hacía Roger, algunas otras era Dexter, y en ocasiones, lo hacía algún chofer designado.

Siempre prefería que lo hiciera Roger, él era tan relajado y divertido, no era que Dexter no lo fuera pero a veces parecía como si llevara una carga extremadamente grande, y lo entendía, dirigir una empresa no era tarea fácil.

Roger solía desviarse del camino a casa, y llevarla a cualquier lado a pasar el rato, claramente lo hacía con buenas intenciones, iban a comer helado, pizza, otras veces solo se sentaban en un parque, él decía que al final del día cuando salía del trabajo solía ir a algún lugar para despejar su mente, y botar el estrés antes de regresar a casa.

Aunque la casa se sentía como hogar algunas veces, Dexter en ocasiones solía encerrarse con Roger en el estudio y solo se escuchaban cálculos y cálculos, llevar el trabajo a casa no era algo muy saludable.

En las ultimas semanas había habido mucha actividad en casa, ya que Emilie había llevado a unas personas para que la ayudaran a decorar su fiesta, y aunque la actividad no era en casa, sino en un club en la ciudad, todos los planes se llevaban a cabo en casa.

Ella ni siquiera intentó participar, es más, cuando escuchaba que la decoradora llegaba a casa, se encerraba en su habitación. Emilie y su grupo eran diferentes a ella, eran tan plásticas, parecían haber sido sacadas de una película.

El día de la fiesta todo parecía una locura, empezando porque Emilie había gritado porque al parecer las cosas no estaban saliendo como esperaba. Además estaba lloviendo.

La chica que fue a arreglar a Emilie también arregló a Camila, claro que, solo tardó una hora con ella, y le había hecho de todo, pero con Emilie había pasado el día completo.

En la noche, abrió lentamente la puerta de su habitación y observó a Dexter, el cual estaba vestido formal, con su pelo castaño cobrizo perfectamente peinado hacia atrás, Roger estaba a su lado, y ambos se quedaron asombrados la ver a Emilie entrar a la sala.

Estaba absolutamente preciosa. Llevaba un vestido blanco corto, con un gran escote y la espalda desnuda, su pelo estaba recogido en una cola alta, y el maquillaje. Dios, su maquillaje era perfecto. Sus zapatos eran dorados. Ella sería la reina de la fiesta, eso era seguro.

—Lleva a Camila —le recordó Dexter a su amigo, poniendo una mano en su hombro.

Ella cerró suavemente la puerta y se paró frente al closet, aunque había comprado un vestido y zapatos para la fiesta, luego de probárselos frente al espejo, pensó que eran demasiado para ella. Necesitaba algo más sencillo, así que había sacado al menos diez vestidos de los que había conseguido Dexter para ella.

Finalmente optó por un vestido rosa que dejaba su espalda al desnudo, llevaba zapatos negros de plataforma y una cartera pequeña color negra, su pelo había sido laceado y su maquillaje resaltaba el color azul de sus ojos.

Salió a la sala y se paró frente a Roger. —Supongo que es hora de irnos —dijo tímidamente. Él se quedó observándola por unos segundos, segundos que para ella fueron horas. No pudo evitar sentir que sus mejillas se calentaban.

Aun en el auto, sentía como él, de vez en cuando se quedaba mirándola fijamente. —Me veo bien ¿Verdad? —preguntó para liberar algo de tensión.

Él sonrió y se mordió el labio, mas no la observó. —Perfecta —susurró lentamente. Y eso en vez de liberar tensión lo único que había logrado era acumular más.

Cuando llegó a la fiesta, se sintió algo intimidada por el lugar, la decoración era bastante elegante, había un pastel gigante y un veintitrés en globo dorado flotando en el fondo. Pero lo que más le aterraba era todas las personas estiradas que había en el club.

Roger se alejó de ella, cuando unos amigos lo abordaron. Camila respiró hondo y miró al frente, hizo puño sus manos y caminó hasta el área de los dulces, había malvaviscos, pastelillos, y también una fuente de chocolate.

Tomó un pastelillo y miró a la chica cantando en el karaoke, todos se divertían, pero ella estaba sola. ¿Cómo se iba a divertir así? Respiró hondo y casi saltó del susto al sentir una mano desliarse lentamente por su espalda.

—Yo mismo elegí este vestido —dijo Dexter detrás de ella.

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Les puedo asegurar que el otro cap traerá sorpresas ¿Alguna se atreve a adivinar? 

No, mejor aún, si alguna me adivina, subo dos capítulos seguidos, ¿Se atreven? 

Continuará...

VOLVERÉ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora