9.

915 55 9
                                    



—Yo mismo elegí este vestido —dijo Dexter detrás de ella.

Ella se dio la vuelta y quedó eclipsada por su mirada. Él le sonrió como siempre lo hacía. ¿Cómo un hombre como él podía estar con una chica como Emilie? Ella era plástica, pero él... Él era real.

—Es una buena fiesta —dijo él tomando una copa de champagne cuando el mozo pasó por su lado.

Ella también hizo lo mismo, pero fue muy brusca al hacerlo y terminó tirando las demás copas de la bandeja. —Lo siento —dijo rápidamente, tratando de ayudarlo a arreglar el desastre, pero el mozo le dedicó una mirada asesina, al tiempo que limpiaba un poco su camisa, la cual estaba mojada.

Notó como algunas personas la observaron, algunas chicas estaban riendo y otros solo la miraban, podía leer sus pensamientos, era obvio que no pertenecía ahí.

Ella sintió que sus lágrimas se avecinaban, retrocedió unos pasos y notó la mirada de Dexter fija en ella, tenía el ceño fruncido. Suponía que debía de sentirse avergonzado de ella. —Yo... —empezó a decir.

Él le sonrió. —No pasó nada —dijo tranquilizándola.

Ella le sonrió de vuelta. Claramente él no tenía la culpa de lo que había pasado. Él no era un desastre, ni estaba en un lugar pretendiendo algo que no era.

Escuchó como el coordinador de la fiesta llamó a todos, especialmente a Dexter para decir unas palabras para Emilie, él se alejó de ella y caminó hasta el centro, todos reían por las locuras que contó Roger.

—...Cuando vi ese cuerpo solo pensé. ¿Amigo, un ángel cayó en esta casa? —Dijo Roger.

Todos rieron, incluso Emilie, la cual estaba acurrucada en el pecho de Dexter.

Camila sonrió y deseó algún día poder ser parte de un grupo así, tener a esos dos hombres lindos queriéndola.

—...Y desde ese momento supe que sería mi chica.

Todos dijeron un "Awww", al escuchar las palabras de Dexter. Siendo sincera, él era el novio perfecto. Emilie sopló la velas cuando todos le cantaron feliz cumpleaños, finalmente besó a Dexter, haciendo que todos gritaran emocionados.

La música volvió a sonar y todos fueron a la pista de baile. Ella aprovechó ese momento para ir al baño. Entró a un cubículo y sintió como su garganta se apretada. No se trataba de envidia o algo por el estilo, es solo que no encajaba ahí, no quería estar entre todos ellos. Se sentía como un pez fuera del agua.

Respiró hondo y solo deseó que las horas pasaran rápido para volver a casa. Pretendía salir cuando escuchó a Emilie entrar, muchos pares de pies también entraron, escuchó sus voces, al parecer eran sus amigas.

— ¿Quién es la chica que estaba con Roger? —Preguntó una de ellas.

— ¿La que tiró las copas? —Preguntó otra riendo—. Esa chica es torpe.

Emilie respiró hondo. —Es el experimento de Dexter, su pequeña obra de caridad, me contó que la chica vivía prácticamente en una ratonera, ya sabes, es muy pobre y eso le dio pena a Dex, así que la está ayudando.

—Es tan obvio que no es de estos lados —dijo una de ellas—. Ni si quiera sabe caminar con tacones, ¡Parecía un ganso! —Exclamó, haciendo que todas estallaran en carcajadas.

Camila sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas. Esperó hasta que todas se hubieran alejado para salir y mirarse frente al espejo. Sus lágrimas habían arruinado un poco su delineado perfecto. Tomó toallas de papel y trató de arreglarse.

¿A que diablos estaba jugando? Dexter solo sentía lastima por ella. Demasiada lastima. Y ella odiaba cuando los demás la compadecían. Regresaría a casa, y en unos días recogería sus cosas y se largaría a su vida. A su real vida.

Cuando salió, notó que Dexter tenía a Emilie en sus brazos, ambos bailaban en medio del club. Localizó a Roger, el cual estaba tomando una cerveza. —Quiero irme a casa —dijo directamente.

Él frunció el ceño. — ¿Qué? —Preguntó mirándola fijamente. Una chica se acercó a él, y prácticamente lo arrastró a la pista de baile.

No podía contar con Dexter, tampoco con Roger. Así que se iría por su propia cuenta, se escabulló por la multitud y salió al exterior, tenía que encontrar un taxi. Observó a Ronald, él era el chofer de Dexter, se le acercó. —Llévame a casa —dijo firme.

Él ni siquiera parpadeó, solo dio la vuelta y subió al auto. Ella respiró hondo. Se metió en el asiento trasero y se abrasó a sí misma, mientras sentía que una lágrima resbalaba por su mejilla. Tenía tantos años corriendo de un lugar a otro, apenas tenía diecinueve, ¿No era justo que tuviera una vida normal? Pero eso había dejado de ser una opción cuando asesinaron a su padre.

Aún no podía creerlo. Había visto a los hombres con mascara, y luego había escuchado los disparos, se precipitó hasta la habitación y no se preocupó por su vida. Ella no importaba, pero su padre. Oh Dios, su padre era un buen hombre. No lo merecía.

Cuando estuvo en su habitación se desmaquilló y arrojó su vestido lejos, se asió y se colocó su pijama, se sentó en la cama, no tenía ganas de dormir. Aunque se sentía cansada, su cerebro estaba ocupado recordando todo lo que había vivido en las últimas horas.

Era la primera vez que se sentía tan inferior. Tan inútil, tan inservible. Y pensó que talvez, solo talvez estaría bien ser como una adolescente normal, con típica preocupaciones y no ser una pobre chica, la cual generara lastima.

Recostó su cabeza del espaldar de la cama y cerró los ojos, no sabe cuánto tiempo pasó así, pero cuando los volvió a abrir, vio a Dexter sentado en la cama, él tenía una mano en su tobillo. Le brindaba esa sonrisa amable, y eso la hizo pensar lo equivocada que había estado. Él no estaba tratando de ser educado, él le tenía lastima. Sentía pena por ella.

— ¿Qué pasó, Camila? —Preguntó lentamente—. ¿Te sientes mal?

Ella retiró el tobillo de su alcance y se enderezó un poco. —No —respondió simplemente.

— ¿Entonces por qué te fuiste? —Preguntó él.

—Estaba cansada —respondió ella, encogiéndose de hombros.

Pero sus ojos nunca dejaron de mirarla fijamente. Eso la hacía sentir incomoda. Él parecía estar examinándola, como si pudiera sacar la verdad de su interior, como si pudiera saber todo lo que pasaba por su mente, como si supiera lo que la hacía sentir ese vacío en el pecho.

Dexter respiró hondo. —Seme sincera, Camila. ¿Emilie te dijo algo malo? ¿Alguien lo hizo? ¿Alguien te dijo algo malo? Conozco a Emilie y a sus amigas, sé cómo pueden ser algunas veces, ¿Alguna te dijo algo?

Camila se quedó observándolo. Él definitivamente era un buen chico, el problema era que no quería que la viera como un perrito lastimado, quería que la viera como una chica normal. —No —respondió lentamente, acomodándose en la cama y dándole la espalda.

Sintió como él se paraba de la cama y se alejaba de ella. —Buenas noches, Camila —dijo en un susurro.

—Buenas noches, Dexter —dijo ella apretando los ojos y deseando que las últimas veinticuatro horas desaparecieran para siempre.

:c

****************************************

Continuará..

PD: Realmente ninguna adivinó lo que iba a pasar D:



VOLVERÉ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora