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Los meses pasaron rápido, la paz había regresado a casa, con excepción de Jessica, ella era como un dolor en el dedo pequeño del pie, una incomodidad. Cada día la soportaba menos. No entendía como los tres podían hacer un trío, le parecía la cosa más asquerosa del mundo, es decir, Jessica y Dexter eran novios, ¿No se debería sentir incomodo Dexter al ver a Roger teniendo sexo con ella? Era algo que no entendía.

Tenía cita en la peluquería y todos esos lugares, ya que una noche antes de noche buena era la fiesta en Gilleos Company y ella asistiría. Esta vez, ella misma había hecho su itinerario, lo que menos quería era encontrase con Jessica y pasar todo un día con ella, eso sería como estar en el infierno.

Fue de compras sola, y se probó varios vestidos, y zapatos. Ronald pasó por ella y cuando llegó a casa, se sorprendió al ver a Jessica lista para la fiesta. Miró su reloj, eran las seis de la tarde.

Se apresuró a subir a su habitación y se vistió, había comprado un vestido dolor mostaza, el cual llegaba un poco más arriba de sus rodillas y tapaba totalmente sus brazos, lo había combinado con un cinturón color naranja y zapatillas color mostaza. Se soltó el pelo y se maquilló un poco.

Estaba totalmente contraria a Jessica, la cual llevaba un vestido corto color blanco, y tacones rojos. Su vestido era totalmente desnudo en la espalda. Su pintalabios color rojo la hacía ver como una chica peligrosa.

—Pareces una monja —se burló Jessica.

Camila rodó los ojos. —Estás vestida como una puta y no te digo nada.

Ella vio a Jessica abrir la boca, pero en ese momento ambos chicos bajaron las escaleras, Roger llevaba una camisa azul oscura bajo el traje negro, y Dexter iba totalmente vestido de negro. Jessica ni siquiera esperó a que él bajara bien las escaleras cuando lo tomó de la mano.

Eso la hizo rodar los ojos, no esperaba que Dexter y ella fueran juntos, así que Jessica podía empezar a relajarse. Roger la hizo dar una vuelta y eso la hizo sonreír. — ¿Lista? —Preguntó con una sonrisa. Camila asintió.

Todos entraron en el gran salón de fiesta dentro del edificio corporativo. Había una orquesta de música en la esquina, mucha comida, y mozos por doquier. Muchas personas rodearon a Dexter, era algo que se veía venir.

La mayoría se estaba tomando fotos, ella se tomó una con Roger y otra sola. Observó cómo Jessica apretaba a Dexter en las fotos, él sonreía pero no parecía cómodo.

Sus miradas se cruzaron, y él caminó hasta ella para tomarse una foto juntos. Camila sonrió y se recostó de su cuerpo, siempre se sentía cómoda a su lado. Él la abrasó y se quedó más tiempo del debido con ella en brazos.

Estaba agradecida de que su vestido fuera algo ancho, ya que había repetido tres veces en los bocadillos, estaban deliciosos, no podía contenerse. Y también los pasteles, y los dulces, incluso había una fuente de queso y una de chocolate, era como el cielo.

—Si sigues así no alcanzarás aprobar el próximo menú —dijo Dexter, sonriéndole.

— ¿Habrá más comida? —Preguntó asombrada.

—Este solo es el inicio.

— ¿Quieres bailar? —La invitó él, extendiendo su mano.

Ella asintió. Observó todo a su alrededor, las luces se habían apagado, y la orquesta tocaba una música suave. Se sorprendía que de entre todas las canciones que habían tocado, justamente la invitara a bailar una canción lenta. Miró a su alrededor en busca de Jessica, pero ella estaba muy entretenida tomando alcohol junto con otras chicas. Lo que la preocupó fue la mirada de las demás mujeres, especialmente una rubia, la cual la miraba como si la quisiera asesinar.

Tomó su mano y caminó con él hasta la pista de baile, había pocas parejas bailando. Dexter le sonrió, la tomó por la cintura y la pegó hacia él, mientras que entrelazaba su otra mano con la de ella. — ¿Te gusta la fiesta? —Preguntó él.

—Es bonita —respondió mirándolo.

—Lo es —agregó él, dándole una vuelta—. Al igual que tú esta noche.

Ella sonrió, a veces cuando él se quitaba la armadura de tipo estricto y serio, amaba la forma tierna en que la trataba. A veces la trataba como si fuera una chiquilla molestosa, pero otras veces la miraba como si ella fuera una chica especial.

Se recostó en su pecho, y cerró los ojos cuando él la abrasó con ambas manos. Él era como su ángel guardián, aunque pelearan todo el tiempo, y aunque él se comportara como el protector más gruñón del mundo, sabía que al final podía contar con él.

Pretendía dar las gracias, cuando sintió que la música acabó, se quedó observándolo. Eso había pasado rápido, vio a la rubia que la había mirado mal, acercarse a ellos. — ¿Puedo bailar contigo? —Se ofreció.

— ¿Ya cambió eso de que son los chicos que sacan a bailar a las chicas? —preguntó Camila, y se arrepintió al instante, por lo brusca que había sonado.

Dexter rio, y eso no la ayudó. Se alejó de ellos para evitar decir otra cosa inapropiada. Después de una hora disfrutó bailando sola la música que un Dj empezó a tocar, la banda se había retirado y la música electrónica invadió el lugar, todos estaban en la pista bailando.

Dexter había dado un lindo discurso y después de eso había desaparecido. Miró su reloj, ya era media noche, ella había bebido de forma moderada, Roger estaba hablando con unos chicos, y Jessica parecía estar borracha, estaba sentada mirando todo a su alrededor.

Ella tomó más pastelitos y luego de unos minutos fue al baño, se sentía algo acalorada, su maquillaje debía ser un desastre. Entró al baño y se miró al espejo, no se veía tan mal, pretendía irse cuando escuchó a alguien en el último cubículo, la puerta estaba incluso abierta.

Frunció el ceño, miró a los lados, no había nadie más, se acercó para ver de dónde provenía el sonido, cuando escuchó como la chica gritaba Oh Dios tan fuerte que si no hubiera sido por la música alta, toda la fiesta la hubiera escuchado.

Ella retrocedió unos pasos, y se quedó totalmente petrificada al ver a la rubia que la había fulminado con la mirada, arreglarse el vestido, la miró y alzó una ceja, era una total descarada.

Camila pestañeó al ver a Dexter salir del cubículo, arreglándose los pantalones. Su sonrisa murió al verla. En ese momento sintió asco. — ¿Qué te pasa? —Le preguntó cuando quedaron solos—. Tienes novia, no deberías estar acostándote con cualquier chica que se te cruzara por el frente, está mal. No eras así cuando te conocí.

—Lo de Jessica y yo...

—Sí, como sea, no me expliques —dijo ondeando la mano en el aire—. Solo espero algún día encontrar a un hombre que sea fiel y no sea como tú —dijo más para sí misma que para él, saliendo del lugar.

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PD: El vestuario de camila es el de la foto. 

Continuará...

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