33.

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Camila volvió a la fiesta. Realmente no estaba enojada, solo algo decepcionada de los hombres en general, no entendía cómo podían acostarse con varias chicas al mismo tiempo y aun así no sentir remordimiento.

Notó que Roger estaba solo en una esquina, frunció el ceño, era raro que él estuviera en total calma, es decir, era un torbellino andante, se sentó a su lado y le brindó una sonrisa. — ¿Qué haces aquí solo? —Preguntó.

—Ya no lo estoy —respondió sonriendo.

Ambos se quedaron en silencio, solo mirando todo a su alrededor, vio a la rubia que había follado con Dexter, estaba en una esquina, mirándolo como si él fuera un gran pedazo de chocolate, incluso mordía su labio, era como si quisiera volver a estar con él desesperadamente. Él ni siquiera parecía notarlo, tenía a Jessica en sus brazos, mientras hablaba con otros dos hombres.

Respiró hondo. Todo eso acabaría mal, al final las relaciones de una sola noche, solo ayuda a que más chicas terminen desilusionadas y con el corazón roto. — ¿Qué se siente que no te guste nadie en especial? —Le preguntó a Roger.

Él podía acostarse con todas y no sentir nada, no sabía cómo lo hacía, pero él no involucraba su corazón en nada. Podía decirle a una chica que la amaba y ser el más cariñoso, y al otro día ni siquiera recordar su nombre.

— ¿Qué te hace pensar eso de mí? Sí me gusta alguien es especial.

Ella abrió los ojos como platos — ¿En serio? —Preguntó totalmente asombrada—. ¿Y qué pasó?

Él se encogió de hombros. —Creo que perdí la oportunidad con ella.

Camila pretendía preguntarle de qué chica estaban hablando, pero él se paró de su asiento y la tomó de la mano. —Vamos a bailar —le dijo con una sonrisa.

Ella se quedó unos momentos observándolo. Había visto hace un segundo tristeza en sus ojos, lo podía jurar, y tan rápido como vino la mirada, fue reemplazada con su habitual sonrisa, lo que hacía pensar que había mucho más en Roger de lo que la gente podía ver.

—Lo siento dijo lentamente—. Esa chica se lo pierde —dijo rodando los ojos.

Él soltó una carcajada y la arrastró a la pista de baile. Pasaron al menos una hora bailando las canciones rápidas que el Dj estaba poniendo. Cuando ambos se detuvieron, vieron a Dexter acercarse a ellos. — ¿Nos vamos a casa? —Preguntó Camila.

Él asintió, tomando a Jessica de la mano y saliendo del lugar.

De camino a casa, Jessica discutía con Dexter, le reclamaba porque había mirado demasiado a la rubia de la fiesta, y él fue tan descarado que le juró que entre ellos no había pasado nada.

Dios, en serio. ¡Los había encontrado follando!

Se alegró cuando bajó de la camioneta y entró a casa. Miró su reloj, eran las dos de la mañana. Oficialmente era noche buena, no sabía qué harían en casa, pero lo que sea que hicieran tendría que averiguarlo en la mañana, porque todos entraron a sus respectivas habitaciones.

La navidad solía ser una época feliz, pero no para ella. Desde que su padre había muerto, no había podido disfrutar de una feliz navidad, su abuela no tenía espíritu navideño, así que en esos días, solo se sentaba a ver una película e imaginar que su vida era como esas películas antiguas de navidad.

Después, cuando quedó totalmente sola, entendió que las personas que la rodeaban ni siquiera sabían que era noche buena. Miró la foto de su padre, no pudo evitar las lágrimas que se desbordaron por sus mejillas. Lo extrañaba tanto.

VOLVERÉ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora