59.

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Él tocó su mejilla y salió del estudio, Roger estaba en la sala, tratando de calmar a Jessica. — ¿Qué diablos está pasando? —Preguntó mirando a Dexter.

—Estos dos me han visto la cara de estúpida todo este tiempo —dijo ella zafándose de su agarre y saliendo a la terraza para recoger sus ropas.

— ¿De qué hablas? —Preguntó Roger siguiéndola.

Jessica se detuvo. —No me digas que no lo sabes —dijo riendo—. También a ti te han visto la cara de idiota. Ellos dos se acuestan —concluyó tomando su ropa en la mano y saliendo de la casa.

Camila vio el odio en los ojos de Roger, mientras avanzaba hasta ellos. Y realmente se sintió culpable. Las cosas se iban a descontrolar.

Él aplaudió. —Bravo —dijo lentamente—. Excelente. ¿Qué pasó con lo de No estoy interesado en ella de esa forma, ni ahora ni nunca la veré con ojos de amor? ¿Tan rápido olvidaste eso? ¿Desde hace cuánto se están acostando?

—Roger... No es como lo piensas, nosotros no...

—Me han estado viendo la cara de idiota, siempre pensé que solo la estabas protegiendo, siempre te referías a ella como mi pequeña chica y pensé que solo querías cuidar de ella, pero no sabía que se estaban acostando. ¿Desde cuándo lo hacen?

—No es así como crees —intervino nuevamente Camila.

— ¡¿Desde cuándo se acuestan?! —Gritó—. ¿Desde hace cuánto me están mirando la cara de imbécil?

Él avanzó hasta ellos, pero Camila se puso en medio de ambos. —Roger, no pelearemos por esto, solamente pasó —dijo sinceramente—. Siento no habértelo dicho antes, solo no encontré el momento.

— ¿Sabes qué? —Preguntó alejándose—. Los dos se pueden ir al diablo, no me interesa escuchar sus explicaciones —dijo saliendo de la casa.

Camila enfrentó a Dexter. — ¿Por qué no solo elegiste a Jessica? —Preguntó enojada—. Tal solo tenías que decir su maldito nombre, eso no habría arruinado las cosas.

— ¿Ahora yo soy el culpable? —Preguntó abriendo los brazos.

— ¡Si! —exclamó ella, subiendo las escaleras.

Todo estaba mal, y no veía la forma de solucionar las cosas, ya no solo se trataba de su enojo con los chicos, ya no había unión, que Roger descubriera que ella y Dexter se acostaban solo había construido una pared más grande entre los tres.

Por un lado, quería ceder, quería tirar la toalla y hacer que ambos hombres se reconciliaran, sabía que lo podía lograr, pero eso significaría que tendría que olvidarse de saber la verdad sobre su vida.

No sabía si podría sacrificarse para poder arreglar las cosas, uno de ellos tenía que ceder, y cada vez que Dexter trataba de arreglar las cosas, las empeoraba, Roger no iba a tomar la iniciativa, eso la dejaba a ella.

Esa noche el silencio amenazó con acabar con su existencia, todo estaba tan callado que dolía, desde que los había conocido nunca se había sentido tan mal, era como si algo dentro de ella se hubiera roto y no hubiera forma de reconstruirlo.

Al otro día se levantó temprano, había buscado lo necesario para hacer una cena para todos. Si lo que necesitaban era que alguien tomara la iniciativa, entonces ella lo haría.

Ronald no le quitaba los ojos de encima, eso la estaba poniendo nerviosa. —Vamos, si tú también quieres regañarme por habértelo ocultado, ya puedes empezar.

Él tomó una manzana de la encimera y se recostó de la pared. — ¿Te puedo ser sincero? —Preguntó mirándolo.

Ella asintió. —Por supuesto.

—Lo de ustedes era demasiado obvio, así que no diré que me sorprendí, porque ya lo sabía.

—Al parecer no era tan obvio —dijo rodando los ojos.

Ronald se encogió de hombros. —Ellos no lo notaron porque no quisieron hacerlo. Está claro, Jessica no quería verte como una competencia.

— ¿Y por qué Roger no lo notó? —Preguntó, mirándolo.

—Talvez porque pensaba que si nadie lo decía, no existía. Talvez no quería saber la verdad —dijo él, abandonando la cocina.

Bien, déjame sola con el mar de dudas sobre Roger. Tiró la toalla en la encimera y llevó ambas manos a su cabeza. A decir verdad no entendía por qué él se había enojado tanto, es decir, entendía a Jessica, era la novia de Dexter, pero Roger... Debería estar feliz por ellos. No lo entendía.

Cuando la noche llegó estaba lista para recibirlos, se quedó en el comedor, esperando por ellos. Ambos llegaron al mismo tiempo, pero al parecer no habían estado juntos. —Los estaba esperando —dijo señalándole la mesa.

Ambos hombres parecían confundidos. Solo tienen que sentarse, no es tan difícil. —Preparé la cena para todos, hace mucho tiempo que no comemos todos juntos.

Dexter se sentó en el extremo contrario a Roger, las cosas iban a ser más difíciles de lo que imaginó. Los tres comieron en silencio, era el mismo silencio incomodo, solo que ahora todos estaban juntos.

—No podemos seguir así —dijo mirando a ambos—. Sé que las cosas han estado tensas desde hace semanas, pero sé que si permanecemos juntos...

— ¿Hablas de unidad? —Preguntó Roger, bruscamente—. ¿Cuál es la unidad? Porque soy siempre el último en enterarme de las cosas, y no lo digo solo por su amorío, lo digo por todas las demás veces en las que Dexter ha tomado decisiones sin antes consultármelo.

— ¿Debo consultarte todo lo que hago? —Preguntó Dexter—. Tomo las decisiones por el bien de los demás, por algo soy yo el dueño de todo estoy no tú, solo eres un tipo impulsivo al que hay que controlarlo para que no cometa alguna estupidez que arruine las cosas.

— ¡¿podrían parar ya?! —Preguntó en tono alto—. Nunca antes los había visto pelear como ahora, desde el principio vi el apoyo entre ustedes, me enseñaron a que sin importar lo que pasara debíamos permanecer unidos. Siempre se han protegido entre ustedes, y mejor aún, me han protegido a mí, a su extraña forma, pero me han protegido.

Roger resopló y se paró del asiento, Camila hizo lo mismo. —Sé que estás enojado, Roger, y asumo toda la culpa, Dexter quería contártelo, pero yo me negué y no sé por qué... Solo... Solo quería mantener el secreto, no quería hacerte daño, ni que esto afectara nuestra amistad —dijo poniéndose al lado de Dexter y abrasándolo—. Juro que nunca quise hacerte daño, lo digo en serio.

Roger los observó por un momento. — ¿Lo quieres? —Preguntó.

Camila asintió. —No sé lo que sea esto pero quiero estar con él.

—Eso no suena a amor —dijo alejándose—. Pero está bien, si quieren ser felices, solo sean felices, yo no me interpondré entre ustedes.

Y en ese momento supo que las cosas jamás serían como antes.

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Continuará... :c

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