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—En la playa —respondió, mirándolo.

—Yo fui el de la idea —dijo Roger, levantando la mano—. Es mi culpa.

Dexter se cruzó de brazos. —Sube a tu habitación, hablaré contigo en un momento.

Camila se cambió de ropa, respiró hondo cuando vio a Dexter entrar en la habitación, él estaba listo para discutir, pero ella solo tenía ganas de dormir y relajarse, no tenía ánimos para recibir una reprimenda, él no era su padre.

—Estuve preocupado por ti —dijo, cerrando la puerta detrás de él—. ¿Por qué no me avisaste?

—Parecías ocupado.

—Nunca estoy ocupado para ti, lo sabes. ¿Por qué saliste con él? —preguntó tratando de acercarse, pero ella retrocedió.

— ¿Qué te pasa? —Preguntó mirándolo—. Me parece normal salir con Roger, es como si saliera contigo.

—No es lo mismo, yo cuido de ti.

—Roger también lo hace. Además, no soy una niña, sé cuidarme sola.

—Lo que viste en la habitación... Yo... Camila...

Ella negó. —Está bien, no tenemos una relación y siempre ha sido de esta forma, yo fui la culpable por apresurar las cosas, no debí hacerlo.

Él parecía triste por sus palabras, y ella no podía entenderlo. No estaba peleando, ni gritando, ni mucho menos llorando. Mientras estaba en la playa, mirando el agua bañada de oscuridad, lo entendió. Supo lo equivocada que había estado desde el inicio.

Sabía que nada iba a salir bien, y aun así, lo arriesgó todo, puso en juego su corazón y le ofreció su virginidad como si fuese un premio, cuando él nunca le había pedido algo así. No podía enojarse con él, por comportarse como siempre lo hacía. Ella lo había conocido así.

Desde el inicio había sido una tonta enamorada, lo había visto como a un chico imposible, y se le había escapado la verdad: Dexter era su guardián, la protegía de las cosas malas, le prohibía hacer cosas que él entendía que le harían daño, le ponía reglas, y le daba premios cuando se portaba bien, eso no sonaba a un hombre enamorado, eso sonaba a un hombre protector, a un guardián.

Realmente se sentía mal por demostrar la falta de afecto que había tenido en su vida, después de la muerte de su padre no había conocido a un hombre que se preocupara por ella, uno que en verdad quisiera ayudarla.

Tener a Dexter tan cerca solo sirvió para confundirla, y hacerla creer que eran de mundos iguales, y que estarían juntos. Era hora de ver las cosas como eran, y dejar de creer que todo lo que pasaba por su mente podía ser real.

No era una niña, y no tenía que demostrárselo a nadie, no tenía que tener sexo para ser adulta, ni tener una relación, ella ya no era una adolescente que podía culpar a sus hormonas, o talvez decir que sus pensamientos se debían a una etapa de su vida por la que todos pasaban.

Ya bastaba de excusas. Era una chica adulta, tenía muchos años siéndolo, cuando le tocó quedarse sola y buscar trabajado para tener dinero, en ese momento se convirtió en una adulta y debía de dejar de esperar que alguien la protegiera y la ayudara.

—Lo que tuvimos estuvo mal desde el principio —dijo sinceramente.

—Yo... No quiero, es decir...

—Lo sé, Dexter. Está bien. No te estoy culpando de nada.

—Voy a dejar a Jessica.

—Eso sería un grave error —dijo mirándolo—. No creo que pueda seguir tu estilo de vida, deberías quedarte con ella, al menos Jessica entiende cómo funcionan las relaciones contigo, y está dispuesta a cualquier cosa por ti, ella sabe que en cualquier momento lo de ustedes puede acabar y cuando ese momento llegue, ella solo pondrá la mira en otra parte.

—No quiero que estés triste, yo...

—No estoy triste. Solo estoy cansada.

—Pídeme lo que sea para verte feliz.

Ella sonrió. —Quiero que olvides todo lo que pasó entre nosotros, quiero que dejemos esto atrás, y volvamos exactamente a nuestros roles, tú eres mi guardián gruñón y yo soy la chica rebelde que trata de contrariarte todo el tiempo, volvamos a ser amigos, necesito eso. Necesito tener a mis dos chicos favoritos, y sentirme especial por estar en medio de ambos y saber que los dos me quieren.

— ¿Eso es lo que realmente quieres? —Preguntó Dexter, mirándola fijamente.

Ella asintió. —Es lo que quiero.

—Está bien —dijo él, saliendo de la habitación.

Y aunque sus ojos se llenaron de lágrimas y tuvo la necesidad de llorar, sabía en el fondo que había tomado la decisión correcta.

***

A su entender ¿Camila tomó la decisión correcta?

Continuará...

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