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— ¿Sabes? Es extraño verte tan tranquila, ¿A dónde fue a parar mi niña revoltosa?

No soy una niña, Dexter. Ya no.

Eso la hizo sonreír tristemente. —No ha ido a ninguna parte —respondió lentamente.

Se separó de sus brazos, no soportaba estar tan cerca y tener que comportarse como si nada entre ellos hubiese pasado, peor aún, no soportaba el hecho de que él lo hubiera olvidado todo y le dolía verlo actuar como si nada hubiese pasado entre ellos.

Para ella fue especial, y para él, solo un recuerdo pasajero, algo que no valía la pena recordar. Sintió un nudo en la garganta. Él se quedó observándola con el ceño fruncido cuando se paró de repente. —Iré a ver una película —dijo sin mirarlo. No podía hacerlo.

Entró a la cocina y sonrió al ver el enorme pastel de color rosa que había en el centro de la mesa. Antes de que pudiera preguntar, vio a Roger cantarle feliz cumpleaños, Jessica solo aplaudía, no pudo evitar reír.

Todos comieron pastel, y Roger empezó a bailar con ella, lo curiosos era que no había música, pero él se movía como si conociera exactamente la canción que estaban tocando.

Luego de una hora, el grupo se dispersó, ella encendió la tv, y lo más interesante que pudo encontrar fue la película titulada "I don't know how she does it" (No sé cómo ella lo hace). Se recostó en el sofá, no pasó mucho tiempo, antes de sentir a Dexter sentarse a su lado y abrasarla.

Ella acomodó su espalda contra su pecho y siguió viendo la película, la conexión entre ellos era especial, no podía describirla, pero cuando estaban juntos era como si encajaran.

Era una masoquista, no entendía cómo podía hacerle la herida, y luego sanarla. Le había roto el corazón, y sin embargo estaban juntos como si nada hubiese pasado, pero aún, ella se sentía bien estando entre sus brazos. Era ilógico.

Debería estar enojada, irritada, triste, y aunque así lo estaba en el interior, al mismo tiempo añoraba estar cerca de él. Si pudiera borrar las últimas veinticuatro horas lo hubiera hecho, pero no podía.

Y tenía en su mente la cara de arrepentimiento de él, la veía a cada segundo, era como si la persiguiera, cuando cerraba los ojos, ya no estaba su linda sonrisa, sino esa expresión asustada, llena de pánico que él le había dado.

Escuchó gemidos, lo curiosos era que los únicos desaparecidos eran Jessica y Roger, se preguntaba si no molestaba a Dexter escuchar que su novia se estaba acostando con su mejor amigo. Los gemidos se hicieron más fuertes, y de repente pararon, una puerta se abrió y Jessica salió de la habitación tapando su cuerpo solo con la camiseta de Roger.

Ella se recostó del marco de la puerta. — ¿Te importaría unirte a nosotros, Dex? —Preguntó mordiéndose el labio.

Camila observó a Dexter y notó que él se debatía entre ir o no ir, lo más probable es que ella fuera la culpable de su duda. —Está bien —le dijo mirándolo—. Ve con ellos. Estaré bien aquí.

Él pareció dudoso, pero finalmente aceptó. Camila respiró hondo cuando estuvo totalmente sola. Quería decir que estaba aliviada, pero eso era una mentira. Aún se sentía mal.

Escuchó nuevamente los gemidos, y algo que rompió aún más su corazón fue escuchar la risa de Dexter. Él estaba disfrutando estar con ellos, sin embargo cuando estuvieron juntos, no lo escuchó reír, siempre se mantuvo rígido. Sintió que las lágrimas se apilaban en sus ojos, pero se negó a dejarlas salir.

VOLVERÉ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora