18.

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Un mes había pasado desde que le habían dado el último adiós a Emilie, efectivamente no hablaban del tema, nadie decía ni media palabra, pero en su interior sentía cierta paz.

Había pensado que su cuerpo lo habían envuelto en bolsas negras y había sido tirado en algún lugar lejano, justo como en las películas, pero se había equivocado. Emilie descansaba en el cementerio, y tenía una lápida, como todos los demás.

Estuvo pensando seriamente en irse, en alejarse de ellos y sus secretos, pero sinceramente no tenía otro lugar mejor al que ir, no tenía familiares, ni nada por el estilo, su único pariente era su tío David, y prefería mil veces comer tierra y dormir en la calle antes que estar cerca de ese hombre.

Su padre y él nunca se habían llevado bien, y cuando su papá murió, David se apareció en casa sin mostrar ninguna expresión, diciéndole. Irás con tu abuela. No dijo lo siento, no la abrasó, no dijo palabras de consuelo. No dijo nada.

Estaban en Julio, era verano, y a menudo todos salían a actividades de la empresa, Dexter se había ausentado en las últimas semanas, pero cómo no hacerlo, Roger le había contado que se había enredado con una nueva chica.

Era increíble como él tenía la habilidad de conseguir un nuevo reemplazo tan rápido, pero no lo juzgaría, ni mucho menos se metería en sus asuntos, él era un hombre libre e independiente, podía hacer lo que se le viniera en gana.

Ella pasaba la mayor parte del tiempo en su estudio, leyendo algunos libros, ya que no tenía una mejor cosa que hacer, Roger trabajaba casi todo el día, y cuando ambos hombres estaban en casa, se la pasaban juntos, mirando algo en la tv, o hablando sobre algún tema encerrados en el estudio. Así que volvía a sentirse sola, con la diferencia de que esta vez, estaba en una jaula de oro.

Estaba pensando que podía iniciar la universidad, pero no tenía ni idea de qué estudiar, y prefería postergar su entrada dos o tres años más, que tomar una carrera apresurada y estar lamentándose por los próximos veinte años. Cuando estuviera totalmente segura de lo que quería ser en la vida, entonces estudiaría.

Ronald la había llevado de compras una que otra vez, pero ella no era el tipo de chicas que solamente con ir a un centro comercial y comprar, se sentía feliz. Ella quería algo más, necesitaba algo más, pero no se podía quejar, ellos estaban siendo demasiados generosos con ella sin razón alguna, tenía que estar agradecida.

Esa noche habían organizado una fiesta en el área de la piscina. Vendrían muchas personas, y eso la ponía algo nerviosa, porque solo le hacía recordar lo torpe que había sido en la fiesta de Emilie. No quería parecer una estúpida chica de nuevo.

Se quedó en su habitación, observando por las ventanas como organizaban toda el área de la alberca, una chica estaba supervisando todo, e indicaba a los demás, en donde poner las mesas y la comida.

Suspiró con cansancio. Sería una larga noche. En eso de las ocho de la noche, buscó algo ligero que usar, se fijó que en la piscina había muchas chicas en bikini, pero ella no era partidaria a mostrar su cuerpo en un lugar atestado de personas, así que ni siquiera pensó en ponerse un traje de baño debajo.

Trenzó su pelo, y bajó a paso lento, realmente no quería estar en la fiesta, pero debía demostrar que no era una total antipática, al menos delante de todos los demás, ya que la relación de ella con los chicos se había vuelto algo inestable después de la muerte de Emilie.

Les tenía aprecio a ambos, no lo podía negar, pero se había mantenido algo alejada, no estaba de acuerdo con la idea de que existieran secretos a los cuales ella no tenía acceso, considerando que vivía con ellos.

Con Roger las cosas habían sido más fáciles, porque a decir verdad, era imposible estar enojada con él. Era dulce, y muy divertido, es más, si no hubiera sido por él, su vida hubiera sido mucho más aburrida. Dexter era buen chico en el fondo, pero era experto en mantenerse en silencio, y no incluirla en ningún plan.

Saludó a algunas caras que había visto en la fiesta de Emilie, pero casi todo el mundo era desconocido para ella. Alguien tapó sus ojos, y no tuvo ni siquiera que tratar de adivinar, para saber que se trataba de Roger.

— ¿Te estás divirtiendo?

Ella quitó sus manos de su cara, y se giró para observarlo, él solo llevaba pantalones cortos, y los accesorios lumínicos que todos llevaban encima. —Acabo de llegar— respondió encogiéndose de hombros.

Una chica con uniforme pasó por su lado, con una bandeja de pastelillos, ella tomó uno, teniendo cuidado en no tirarlo todo como la vez pasada. —Es una bonita fiesta —admitió, mirando todo a su alrededor.

Vio a Dexter caminar hacia ella, tenía una gran sonrisa. —Te quiero presentar a alguien —dijo tomándola de la mano.

Continuará

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