11.

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Dexter estaba mirando algunos papeles en el estudio, era más de media noche. En los últimos días había dormido poco. Realmente era una cosa común en él, no dormir cuando estaba preocupado.

Algunas cosas estaban colapsando, muchas de las relaciones que su padre le había pedido mantener estaban en un punto de quiebre. Y no es que tuviera que estar de acuerdo con todos siempre, pero no se sentía bien haciendo negocios con ellos. Y secretamente sospechaba que estaban tramando algo en contra de él.

No podía predecir un golpe que aún no había sucedió, pero tenía ese mal presentimiento. Había decidido cortar por lo más sano que había encontrado, y aunque ellos al principio no parecieron estar contentos porque uno de sus distribuidores de Drogas se marchara, al final habían aceptado. O al menos eso habían hecho creer.

Pero Dexter no creía en nada, mucho menos en ellos. Apretó sus ojos, solo tenía que estar listo para lo que fuera que viniera, sabía que su padre estaría muy enojado, pero su padre ya no estaba a cargo y no dependía de él tomar las decisiones.

Vio una silueta en la entrada, trató de relajarse pero no pudo. Aunque Emilie estuviera casi desnuda, no podía ir a la cama, no podía dormir, y prefería pasar las horas en el estudio. Ese era su espacio.

Emilie no avanzó hasta él, solo se cruzó de brazos, y se recostó de la puerta. — ¿No crees que ya es suficiente por hoy?

—El día apenas comienza —respondió Dexter, guardando algunos papeles.

—Sabes a lo que me refiero —dijo ella, enojada.

—Ve a la cama, preciosa —dijo él, mirándola.

Ella asintió, aún seguía enojada. — ¿Sabes qué? —Preguntó en tono alto—. Si no quieres dormir nunca, está bien. Es tu maldito problema —dijo estrellando la puerta al salir.

Él respiró hondo, se paró del asiento y se sirvió whisky, ella no entendía. Nunca lo hacía, pensaba que todo se trataba de un juego, de un capricho. No sabía en el problema que estaban todos metidos por acabar la relación con un grupo peligroso.

Escuchó que la puerta se abría y estaba listo para obligar a Emilie a dormir, pero era su amigo Roger. Él no parecía tener ganas de dormir, ya que le acercó y también se sirvió whisky.

—Empezaste desde temprano hoy —dijo él con una sonrisa.

Dexter asintió, tomó un libro y se sentó nuevamente en el asiento.

—No tienes que fingir que leías un libro, sé lo que te tiene preocupado. Ya he reforzado la seguridad, estaremos bien.

—Iré a hablar con Charles —dijo Dexter, respirando hondo.

—Yo no haría eso si fuera tu —empezó a decir su amigo, jugando con su vaso de Whisky—. Vi a tu padre ayer y está bastante cabreado contigo por esto.

Dexter gruñó. — ¿Por qué no me dijiste nada? ¿Por qué fuiste a verlo?

Roger lo miró fijamente. —Solo le estaba preguntando lo que pasaría ahora, Charles está preocupado por ti. Él es viejo en esto, y dice que no se aproxima nada bueno.

—No podía permitir que ellos siguieran...

—Sí, lo sé. Sé que se habían manchado demasiado las manos de sangre, entiendo por qué rompiste las relaciones, pero no sabemos a qué nos estamos enfrentando, nunca habíamos tenido problemas con esos hermanos, nunca nos habíamos ido en contra de personas tan peligrosas, Dexter.

—Solo hay que mantenernos con los ojos bien abiertos, no voy a permitir que algo malo le pase a Emilie o a Camila.

Su amigo se quedó en silencio. —Quería hablarte sobre Camila.

Dexter respiró hondo, solo esperaba que no fueran más problemas, porque no podía lidiar con todo al mismo tiempo, ser una figura pública y dirigir una empresa exitosa, mientras se escondía de unos mafiosos que podrían estar pensando en matarlo, hacer que Camila se sintiera como en casa, y también hacer que su relación con Emilie no muriera. Eran muchas cosas al mismo tiempo. —No me digas que Camila se quiere ir —dijo en tono cansado.

Roger negó. —Es solo que... No sé cómo te puedas tomar esto, pero quiero ser sincero contigo.

—Te gusta Camila —intervino Dexter.

Su amigo asintió. —No quiero simplemente acostarme con ella, solo me gusta y no sé si eso te haga sentir incómodo. Solo quiero tener tu aprobación para ir detrás de ella.

Dexter se encogió de hombros. — No es mi asunto, Roger. Puedes estar con quien quieras.

— ¿Estás seguro? —Preguntó su amigo, mirándolo fijamente.

—No estoy interesado en ella de esa forma. Ni ahora ni nunca la veré con ojos de amor.

:O

Continuará...

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