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Iba a hacer un comentario, pero su vista se desvió, revelando a la única persona que no quería ver ahí: Santana. Él vestía una camisa holgada color crema a juego con pantalones de tela del mismo color, sonrió ampliamente y alzó su copa en su dirección.

Camila sintió el abraso protector de Dexter, aun así Santana empezó a caminar hasta ellos. Bien, esa fiesta iba a ser un problema.

No solo vio a Santana acercarse a ellos, sino que algunos hombres más caminaban hacia ellos, no tenían escapatoria, solo esperaba que el momento incomodo pasara rápido. Particularmente seguía sintiendo pánico al estar cerca de Santana, recordaba la experiencia poco satisfactoria que había vivido cuando decidió pasarse unos días en su casa, no quería repetir esa experiencia otra vez.

—Dexter —dijo Santana con una sonrisa de oreja a oreja—. Veo que te decidiste a hacer público lo que era obvio.

El señor que estaba detrás de Santana observó a Camila de arriba abajo. —No sabía que te gustaban tan... Jóvenes —dijo la última palabra mirándola directamente a los ojos.

Dexter observó a ambos hombres, no sonreía, se mantenía serio. — Lo que haga con mi vida privada no es asunto de ustedes—dijo bruscamente.

Santana alzó los brazos en señal de rendición. —En esto tienes razón, querido amigo —dijo alzando su copa de champagne—, pero un buen cotilleo no le hace daño a nadie. Solo estamos curiosos.

La música empezó a sonar, era lenta. — ¿Me concedes este baile? —Preguntó santana mirándola fijamente—. Sería un honor bailar contigo.

Dexter negó. —Lo siento, pero ella bailará conmigo.

— ¿Por qué será que no me sorprende? —Preguntó el señor detrás de santana—. Pareces su guardián, y no su novio.

Camila no soportó ni un segundo más sus comentarios burlones. — ¿Por qué no vamos a bailar? —Preguntó tomando a Dexter de la mano, alejándolo del molesto grupo.

Mientras se acurrucaba en el pecho de Dex, notó que la cumpleañera bailaba con Roger, él no parecía querer hacerlo, mantenía una sonrisa forzada, pero ella no parecía saberlo, ya que se pegaba más contra él y le sonreía como una niña tonta.

Era extraño no ver a Roger interesado en otra chica, su cara reflejaba aburrimiento, algo que no pensó que sería posible, ya que él era el primero en ligar con las mujeres, eso le daba a entender que había algo malo con él, algo más profundo que un simple disgusto con Dexter.

Se moría de ganas por saber lo que exactamente le pasaba, pero él había construido un muro a su alrededor, tan alto que era casi imposible penetrar. — ¿En qué piensas? —Preguntó Dexter, sacándola de sus cavilaciones.

Ella se encogió de hombros, y lo mantuvo sencillo. —Parece que Roger está enojado, ha estado algo extraño últimamente.

—Ya se le pasará —dijo él, besando su sien, pero ella sabía lo dudaba, era como si él hubiera tocado fondo, y no de una forma buena, se veía tenso, pero lo que más le preocupaba era la profunda tristeza que sus ojos reflejaban.

A la medianoche sentía que se iba a caer, había perdido el equilibrio dos veces, se suponía que no iba a beber tanto, pero primero fue una sola copa, y después vino la otra, y después otra, y el resto fue historia. Estaba algo borracha, pero no lo suficiente para no saber que no debía alejarse de Dex ni un segundo.

Sentía sus manos en su cintura, él hablaba con alguien, al cual le había preguntado su nombre dos veces, porque no lograba recordarlo, estaba acurrucada en el pecho de Dexter, dándole la espalada a las personas con las que hablaba, se sentía muy cómoda en sus brazos, además el parecía sentir lo mismo, porque lejos de querer soltarla, reafirmaba su agarre en ella.

Parpadeó algunas veces, necesitaba ir al baño, se despegó de sus brazos, pero en el justo momento en que lo hizo las luces se apagaron, por un momento pensó que empezarían a disparar y los matarían a todos.

Se quedó paralizada por unos segundos, y sintió que todo el aire volvía a su cuerpo, cuando dos luces blancas enfocaron a la cumpleañera, la cual estaba al lado de su padre e iban a cantarle la canción de cumpleaños.

Quiso reírse de lo que había sucedido, pero observó algunas caras, las cuales estaban preocupadas al igual que ella, incluso algunos guardias de seguridad tenían su arma en la mano. Era obvio que el hecho de que se apagaran las luces había asustado a mucha gente.

Fue al baño y se miró en el espejo, estaba viendo casi doble, realmente estaba mal, quería frotarse los ojos, pero si lo hacía arruinaría su maquillaje, bostezó algunas veces y secó sus lágrimas, quería ir a casa, tenía mucho sueño.

Cuando caminó de vuelta al centro de la fiesta, la luz de la luna reflejó a dos personas, al principio no les prestó atención, pero entonces reconoció a Roger, él tenía una de sus manos en su pelo, parecía preocupado, frunció el ceño y pretendía acercársele, cuando vio el humo salir de los labios de la otra persona. Enfocó la vista y se asombró al ver que se trataba de Santana. ¿Por qué ellos estaban hablando alejados de todo?

Un frio recorrió su columna vertebral, no sabía lo que estaba pasando, pero sospechaba que no era nada bueno. 

***

Se viene algo grande. Por cierto, no falta mucho para entrar a capítulos finales :c

Continuará...

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