Roger tomó su teléfono, y dijo algo que ella no pudo escuchar, en menos de dos minutos, la casa estaba llena de hombres con armas. — ¡Largo de aquí! —Le gritó a Dexter—. ¡Yo me encargaré de todo esto! ¡Llévala lejos!
Pero Dexter estaba totalmente paralizado. Roger tomó su cara en ambas manos. —Yo me encargaré de esto —dijo mirándolo fijamente—. Llévala al refugio, te contactaré cuando todo esté bien.
Dexter por fin pareció reaccionar, prácticamente arrastró a Camila hasta su auto. Ninguno habló, el único sonido provenía de sus sollozos, ver a Emilie sin vida había sido una imagen tan horrible.
Estaba aterrada, y aún más después de ver el mensaje en la pared. ¿De qué se trataba todo eso? Quería respuestas, pero Dexter estaba tan afectado que sería una estupidez hablarle de ese tema en estos momentos.
Él aparcó en el centro comercial. —No preguntes —dijo él bajando del auto.
Ella siguió sus pasos, pero se quedó un poco atrás, no sabía si era Dexter el que caminaba muy rápido, o ella que era muy lenta. Él retrocedió, la tomó de la mano bruscamente y aceleró sus pasos sin soltarla.
Iba a ser extraño entrar con sangre en su ropa a un lugar atestado de personas, pero le sorprendió ver que él entraba por el área de servicio, y que totalmente atravesaba las puertas que decían "No entre. Solo persona autorizado".
Él le dio al botón del ascensor de carga, y cuando este abrió sus puertas, ambos entraron. Y en el último nivel, en donde no había absolutamente nada, en el fondo había una puerta que decía "Solo personal autorizado", Dexter pasó un pase aparentemente de identificación y la puerta se abrió, revelando unas largas escaleras.
Ella dio unos pasos atrás, porque realmente no parecía seguro entrar ahí. —Dex —susurró, pero él ni siquiera la escuchó, la tomó bruscamente de la mano y la obligó a entrar con él, ella bajó las escaleras con cuidado.
Él dio unos pasos y encendió una débil luz proveniente de una lámpara. La tomó en su mano y siguió caminando. Realmente él conocía todo el lugar. Camila observó cómo había cajas de madera, aparentemente era un depósito.
Él abrió una puerta al final del pasillo, Camila entró y se sorprendió al ver que se trataba de una habitación, era más bien como un pequeño apartamento-estudio. Tenía una pequeña cocina, un baño y una cama, con una tv en la pared. Había un pequeño sofá y dos muebles, también había un closet al lado de la cama.
Dexter cerró la puerta y se dirigió a la nevera. — ¿Tienes hambre? —Preguntó.
—No —respondió, sintiendo que sus lágrimas se aproximaban. No pudo evitar el sollozo que escapó de su garganta.
Él detuvo sus movimientos pero luego de unos segundos, respiró hondo y los retomó. Sacó sopa instantánea, le echó agua al recipiente y lo puso en el microondas. —Sé que te dará hambre —dijo él, sin voltear.
— ¿Qué está pasando? —Preguntó ella, llorando.
Él volvió a respirar hondo, y su pie empezó a moverse como si estuviera ansioso. —Date un baño, Camila, debes de estar cansada.
— ¡¿Qué está pasando?! —Preguntó gritando—. ¿Qué fue todo eso? ¿De quién estamos escapando?
Él dio algunos pasos hasta quedar cerca de ella, su cara era totalmente inexpresiva, ¿Cómo podía mantenerse tan frío ante una situación así? Ciertamente nunca lo había visto lucir tan peligroso. —Te di una orden, y la vas a obedecer —dijo lentamente.
Ella retrocedió, y se dirigió al baño. Trató de no pensar en lo que había pasado, pero las imágenes llegaron a su mente, ver a Emilie tan horriblemente muerta en el suelo, no la quería pero tampoco le deseaba una muerte así.
No pudo evitarlo y rompió a llorar. Nadie quería hablar de nada, nadie le quería explicar nada, y en el fondo ella no quería saber nada, porque sabía que no se debía tratar de nada bueno.
Salió en ropa interior y buscó en el closet algo de ropa limpia, logró encontrar una camiseta y pantalones de deporte. Ni siquiera se preocupó por taparse de Dexter, él estaba tan ensimismado que no la notaría ni aunque gritara.
Se metió en la cama, pero no pudo dormir. Lo vio comer su sopa y mirar un punto específico en la habitación, no podía creer el grado de autocontrol que tenía, Emilie era su novia, y él la adoraba, era algo que se notaba a distancia, y él no había expulsado la primera lágrima, ni siquiera había hecho una opinión, tan solo había seguido adelante con ella, en silencio.
Después de unos minutos lo vio sentarse en la esquina de la cama, y mirar al piso, ella, sin poder contenerse, gateó hasta él y recostó su cabeza de su espalda, abrasándolo.
No esperaba que él la tocara, ni tampoco que le dijera algo, ese solo contacto era suficiente para hacerle saber que estaba con él en todo esto, sin importar lo que era.
Él pareció relajarse luego de unos largos minutos. Respiró hondo y alzó la cabeza. — ¿Estás bien? —preguntó él.
Ella no pudo evitar sonreír ante su pregunta. — ¿Tú lo estás? —Preguntó de vuelta.
—No —respondió, llevando una mano hasta su pelo.
— ¿Estamos a salvo aquí? —preguntó Camila.
—Conmigo siempre estarás a salvo —respondió él, girándose y dándole un beso en la frente—. ¿Por qué no dormimos?
Ella aceptó, porque siendo honesta no tenía ganas de presionarlo, no quería darle otro problema, y presionarlo para que hablara, era agregarle más dolor al asunto, él algún día estaría listo para hablar y ella estaría allí para escucharlo.
Se acurrucó entre las sábanas, y trató de conciliar el sueño, fue difícil pero no imposible, ya que al final de cuentas estaba cansada, y aunque la imagen de Emilie flotó todo el tiempo en su cabeza, se aferró a Dexter para sentirse segura.
No quería que le sucediera lo que le había sucedido a Emilie, no quería acabar como ella. Le aterraba pensar que alguien le hiciera ese tipo de daño.
:c
Continuará
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VOLVERÉ.
Fanfiction© 2016, Samara García. Todos los Derechos Reservados. Título Original: volveré. Todos los Derechos están reservados, incluidos los de reproducción total o parcial. [Art. 56, Ley 424-06] República Dominicana.