27.

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Camila bajó a desayunar temprano, no tenía ganas de quedarse encerrada todo el día, buscaría una solución para su vida, no quería volver a estar enjaulada y sin opciones, eso la estaba enfermando.

Los chicos estaban comiendo, ella tomó su asiento habitual, en medio de ellos. No dijo nada, realmente no tenía ganas de entablar una conversación con nadie.

Ellos hablaron por unos segundos más, pero luego se quedaron en silencio, sospechaba que la estaban mirando, pero eso no la afectó, siguió con la mirada fija en su plato.

— ¿Estás bien, bebé? — preguntó Roger, acariciando su mano.

Ella lo miró. Asintió. —Bien —respondió.

—Siento lo de anoche... Yo... No quiero que te vayas de aquí.

Camila le sonrió. Roger era un amor, él no había sido el culpable de nada, y sin embargo se disculpaba, apreciaba eso. —No me iré —dijo apretando su mano y brindándole una sonrisa.

Se levantó de la mesa, pero entonces sintió que Dexter tomaba su mano, lo observó. —Puedes trabajar conmigo, vendrías a la empresa, puedo conseguirte algo que hacer... Puedes ser mi asistente.

— ¿Quieres que te sirva café y te avise cuando sea hora de comer? Prácticamente eso hacía en el trabajo que arruinaste, así que no —dijo zafándose de su agarre.

—Ven conmigo —intervino Roger, mirándola—. Trabaja conmigo en lo que consigues otro trabajo, será divertido.

Dexter miró a su amigo como si hubiera perdido la cabeza. —Por supuesto que no —respondió rápidamente—. Ella no irá contigo.

— ¿Por qué? —Preguntó Camila.

Roger frunció el ceño. —Exacto, ¿Por qué? Así no estará encerrada en casa todo el día, y podrá buscar trabajo en lo que quiera.

— ¿Solo lo haces para que no esté encerrada en casa? —Preguntó Dexter bruscamente.

Camila miró a ambos hombres, los cuales se miraban fijamente. No sabía exactamente lo que estaba pasando, y siendo sincera no entendía la actitud de Dexter. A veces era tan receptivo, comprensivo, y tierno, y otras veces parecía un maldito ogro estúpido.

— ¿Qué pasa? —Preguntó parándose justo delante de Dexter, él se había levantado y pretendía irse, pero ella puso una mano en su pecho—. ¿Por qué te molesta que trabaje con él?

Dexter se quedó observándola unos segundos, luego se alejó de ella. —Si quieres trabajar con él, entonces hazlo —dijo antes de salir del lugar.

Camila miró a Roger. — ¿Qué diablos le pasa? —Preguntó.

Roger tomó un vaso de jugo y se encogió de hombros. De los dos, Roger siempre se tomaba las cosas con calma, él siempre tenía la actitud de "Todo me importa una mierda".

—Sí quiero trabajar contigo —dijo con una sonrisa.

—No le llames trabajar, solo pasaremos el tiempo, y nos vamos a divertir, trabajo suena a aburrido. ¿Me das unos segundos? —Preguntó, dándole un beso en la frente y alejándose de ella.

Lo vio entrar al estudio, en donde Dexter también estaba. Por más que Roger quisiera hacer parecer las cosas fáciles, sabía que algo estaba pasando. Se quedó parada en el mismo lugar, pero luego de unos minutos escuchó cómo Dexter gritaba alterado.

Talvez él solo estaba exagerando, pero la verdad era que no quería causarle problemas a Roger, no era un secreto que el que tenía el control absoluto de todo era Dexter, no quería ser la causante de que ellos se enemistaran.

VOLVERÉ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora