—Hubieras buscado otro lugar antes de traer toda esa mierda a casa, a nuestra casa —dijo y como si la hubiera sentido, miró hacia las escaleras—. Ve a dormir —dijo y ella entendió que eso era una orden.
Ni siquiera trató de preguntar qué pasaba, era obvio que ellos tenían problemas más graves con los que lidiar, con lo que sea que hubiera dentro del contenedor. Subió nuevamente las escaleras, y miro por la ventana. No sucedía nada.
Pero luego de unos minutos, cuando iba a volver a la cama, vio como una camioneta negra aparcaba en casa y de ella se desmontaban tres hombres, parecían peligrosos.
Sin poder aguantar más tiempo sin saber, salió de la habitación, y pretendía bajar las escaleras cuando vio a Ronald apoyado de la pared del frente de su habitación. —Supuse que no te contendrías.
Camila rodó los ojos con disgusto. —Retrocede y entra a tu habitación.
Ella se cruzó de brazos. — ¿Me darás órdenes ahora?
—Camila —dijo él suavemente—. Este no es tu asunto.
—Ronald —dijo con enojo—. No diré que tú me ayudaste, es más diré que yo misma te presioné para que me dejaras averiguar lo que pasaba.
—No haré tal cosa —dijo él cruzándose de brazos, y dando algunos pasos al frente.
— ¿Qué hay en el contenedor? —Preguntó directamente—. Si me dices qué hay dejaré de hacer preguntas y me encerraré en mi habitación hasta mañana.
Ronald sonrió. —Son autos, Camila. Ahora ve a dormir.
Ella caminó hasta quedar a centímetros de él, achicó los ojos. —Estás mintiendo. Si solo son autos, ¿Por qué tanto misterio?
Él respiró hondo, a decir verdad, no sabía cómo él podía siempre estar tan quieto, nada perturbaba su paz. Era alto y musculoso, de piel oscura y ojos negros, a veces daba algo de miedo, pero en el fondo podía ver que no era mala persona.
—Ronald... Por favor —rogó, juntando sus manos como si fuese a rezar.
Él iba a decir algo pero en ese momento, Dexter salió enojado del estudio, los tres hombres que habían entrado a la casa, lo seguían. — ¡No tenías que traerlo aquí! ¡Esta es mi casa! —gritó Dexter, girándose.
Uno de los hombres sacó una pistola y apuntó a su cabeza. —No me vas a gritar todo el maldito rato, ya te dije que fue una complicación.
Roger apuntó con un arma al hombre que apuntaba a Dexter. —Baja la maldita pistola, imbécil —dijo con dientes apretados.
Uno de los hombres extraños, tocó el brazo de su amigo, y señaló a las escaleras. Todos miraron hacia arriba, y Camila se congeló cuando vio que todos miraban en su dirección.
Ronald se tensó, era la primera vez que lo veía de esa forma. Él tocó la pistola que ella no había notado que llevaba. —Ve a tu habitación, ahora —dijo en tono firme—. Y no se te ocurra salir de ahí.
Ella obedeció y se encerró en su habitación. Sus manos temblaban, se quedó pegada a la puerta, estaba aterrada, por ella, y por todos. ¿Qué pasaba si uno de esos hombres lastimaba a Dexter o a Roger? Incluso Ronald podía salir herido.
Sintió que sus lágrimas arropaban sus ojos y se odió a sí misma por ser débil y llorar de miedo, pero no lo podía evitar, todo era más grave de lo que pensaba, se preguntaba qué diablos tenía el maldito contenedor y por qué Dexter estaba tan enojado.
Claramente había expresado que odiaba el hecho de que el contendedor estuviera en la casa. Pero, ¿Por qué? ¿Qué había dentro que hacía que Dexter se enojara tanto?
No escuchó ningún sonido, eso hizo que se calmara, nadie había sabido lastimado. Se paró en la ventana, no había nada, ningún movimiento, lo que la hacía saber que todos seguían adentro.
Hasta que esos tres extraños no se fueran ella no estaría tranquila, era claro que ellos eran los malos, pero a decir verdad, ya no sabía si Dexter pertenecía a los buenos o no.
Vio que Ronald entraba a la habitación. —Ven conmigo y no hagas preguntas.
Ella asintió. ¿Cómo podría hacerlas? Estaba asustada, y era claro que estaban en peligro, lo podía sentir. Él la tomó de la mano y bajó las escaleras rápidamente.
Camila no vio a nadie en la casa, ambos entraron al estudio. Ella frunció el ceño, y luego de unos segundos escuchó como el camión empezaba a moverse y entonces lo entendió. Ellos no querían que ella viera lo que estaba dentro del contenedor.
Su habitación le ofrecía una vista clara de lo que sea que estuviera dentro del camión, y la habían llevado al estudio para que no pudiera ver nada de eso.
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Ustedes no entienden qué rayos está pasando, camila tampoco, yo menos...
Continuará...
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VOLVERÉ.
Fanfiction© 2016, Samara García. Todos los Derechos Reservados. Título Original: volveré. Todos los Derechos están reservados, incluidos los de reproducción total o parcial. [Art. 56, Ley 424-06] República Dominicana.