Escuchó pasos y rápidamente guardó ambas pruebas en una de sus gavetas. Dexter entró en su habitación, tenía una sonrisa radiante, pero después de unos segundos dejó de sonreír. —Camila, ¿Todo bien? —preguntó preocupado—. ¿Qué pasa?
Estoy embarazada, y no qué diablos haré. —Nada, es solo que estoy cansada, —dijo fingiendo una sonrisa que no llegó a sus ojos.
Él se quedó observándola unos segundos. —Supe que saliste...
Camila se encogió de hombros, realmente no tenía muchas ganas de hablar, su cabeza estaba en otra parte, en un lugar muy lejano.
—No sabía que te gustaba el helado de chocolate, dijiste que el de vainilla era tu favorito, y vi que compraste...
Ella volvió a encogerse de hombros. ¿En serio hablarían sobre helado? Respiró hondo. —Lo escogí —dijo sin saber que más agregar. Tenía cosas más importantes en las que pensar, pero tampoco podía sacarlo de su habitación, no quería que él le hiciera preguntas, solo quería estar sola un buen rato.
Sabía que él estaba tratando de mantener una conversación, pero siendo sincera, ella era la habladora, la que siempre tenía algo que decirle o la que decía cualquier cosa al azar, él estaba esperando que ella no dejara morir la conversación, pero era inevitable, no podía pensar en otra cosa que no fuera su embarazo, su terrible y desafortunado embarazo.
Ni siquiera sabía cómo reaccionaría Dexter, es decir, no lo conocía tan bien para saber si la noticia le parecería bien o no, suponía que se enojaría, por Dios, se trataba de Dexter, él era tan impredecible.
El seguía hablando, le explicaba algo que había pasado en la oficina, pero ella solo podía retener la última palabra de cada oración, no entendía lo que decía, solo veía que sus labios se movían, y escuchaba una que otra cosa. Entre ratos sonreía porque lo veía sonreír, entonces sabía que debía aparentar que estaba escuchándolo.
Ella esperó hasta que él se quedara en silencio, realmente apreció verlo sentado en su cama, hablándole de su día a día, se veía tan hermoso, él era muy grande, era como si ocupara todo el espacio de su afeminada habitación, lo observaba recostada del armario, no quería sentarse. No podía sentarse.
Lo podía imaginar como padre, se vería muy tierno sosteniendo a un niño, pero la verdad era que no sabía si él quería ser padre, y bueno, se trataba de Dexter, podía sorprenderla de forma positiva o negativa. Pero siendo franca, no esperaba que reaccionara bien.
Y no lo culpaba, si ella estuviera en su lugar también se enojaría, actualmente estaba enojada con ella misma por ser tan estúpida, no podía imaginar las cosas que él le diría. Ni siquiera tenía el valor para mirarlo a los ojos y decírselo. No podía hacerlo.
—Dexter... ¿Te gustan los niños? —Preguntó de repente.
Él negó. —Para nada, solo sirven para estropear los planes.
Ella alzó las cejas. — ¿Entonces no piensas ser padre nunca? —preguntó y sabía que estaba en una línea peligrosa, pero necesitaba saberlo, porque todo dependía de ello.
Él frunció el ceño. —La verdad es que nunca he pensado en serlo, no quiero tener un niño, y lo más probable es que si alguna chica saliera embaraza de mi la haría abortar, no quiero ser el responsable de otra vida, es un trabajo bastante complicado, además no necesito niños en mi vida.
Ella sintió que sus ojos se aguaban. ¿Y qué esperabas, estúpida? Él no se iba a alegrar. Él no quiere ser el padre de tu bebé, Camila. Hizo un esfuerzo inhumano para que las lágrimas no escaparan de sus ojos, su cara estaba a punto de mostrar la tristeza que estaba sintiendo, pero se mantuvo firme.
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VOLVERÉ.
Fanfiction© 2016, Samara García. Todos los Derechos Reservados. Título Original: volveré. Todos los Derechos están reservados, incluidos los de reproducción total o parcial. [Art. 56, Ley 424-06] República Dominicana.