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Metí mi libro de Biología con furia dentro de mi casillero. Odiaba a la profesora Coxon por reprobarme. ¿Acaso hice algo para enfadarla? Bueno, si hablaba en sus clases. Y si, quizá no siempre hacia sus tareas. Tal vez, solía llegar tarde a su clase sin querer. Esta bien, a propósito. Pero eso no le da el derecho de... esta bien, debería odiarme. Mi antiguo libro no había hecho demasiado ruido que demostrara lo enfadada que estaba, así que tomé el otro que tenía en la mano y lo revolee dentro.
—¿Tu libro te ha hecho algo?—me paralicé al escuchar su voz.
Lo primero que se me cruzó por la cabeza, fue que había vuelto a clases. No vino por mínimo dos semanas, y los profesores ya lo empezaban a dar por desaparecido. Lo segundo que mi mente tuvo el placer de admirar, es que lo escuchaba un poco mas relajado, las veces que solía hablarme era con rudeza y con monosílabos. No olvidemos los monosílabos. La tercera y ultima, pero no menos importante, fue que el me estaba hablando en un pasillo. El nunca me hablaba fuera de clases. Era la primera vez que lo hacía fuera del salón. No sabía si salir corriendo o simplemente hablarle.
Cerré mi casillero y ahí estaba él, apoyado con los brazos cruzados y una sonrisa ladeada.
Maldición, ¿por que me hacía esto?
Llevaba una playera blanca que restaba sus brazos y un gorro de lana negro que hacia contraste con su cabello castaño. Tenía este un poco mas largo y podía notar su piel un poco mas bronceada.
—No estoy de humor Nathan —le dije frustrada.
Estaba tratando de ocultarle mi asombro por el hecho de que me había hablado en los pasillos. Porque una vez más, tenía que demostrar que no me sorprendía y que no debía ser motivo de sorpresas. El debía poder hablarme en cualquier lugar que quisiese. Quizá no quería que la gente me involucrara en los estúpidos chismes que rondan sobre el, pero lo que el no sabía, era que me importaban menos que una mierda.
No sabía en cual de las dos personalidades estaba en este momento.
Quizá estaba siendo el enfermo sordo que era los primeros días en la clase de la profesora Coxon. Que me daba miradas penetrantes y espeluznantes. Que lo único que hacía era escribir en su estúpido cuaderno.
O...
Quizá estaba siendo el estúpido rompe corazones que podía ser. El tonto galán que hacía chistes de doble sentido tirado sobre la cama en mi habitación. El que me guiñaba un ojo y se trepaba por mi ventana.
¿Quien estaría siendo Clarke ahora? ¿El autista sordo? ¿O el trepa ventanas idiota?
Sea cual sea, ambos me volvían loca y me hacía querer besarlo.
¿Yo pensé eso?
—¿Te ayudo con eso? —levantó las dos cejas y traté de no sonreír. ¿Hablaba de mi humor?
Si, definitivamente. El trepa ventanas idiota.
—Ja. No. Muchas gracias de todas formas —apreté mi libro contra mi pecho—. Reprobaré biología —suspiré frustrada mientras me apoyaba de lado sobre mi casillero, el cual me puso la piel de gallina, ya que estaba frío.
—Pero aprobamos el trabajo que hicimos juntos —lo vi fruncir el ceño. Que lo mencionara, solo me hizo recordar el día que se fastidió conmigo por hacerle perder el tiempo en la estúpidas hojas de las células.
Se veía tan jodiadmente bien cuando hacía eso.
—Si, pero reprobé el siguiente. Y era el setenta por ciento de la calificación —el hizo una mueca.
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Controversia (Saga completa)
FantasyAlison Hock, arrastrada por su hermano a un pueblo desierto llamado Hills Town, comienza a vivir nuevas experiencias. Tras conocer a los hermanos Clarke, quienes despertarán una intriga en ella, se dispone a conocerlos mas de cerca. En el medio de t...