Volteé hacia el rubio, quien se cruzó los brazos y sonreía a Nathan con autosuficiencia.
¿Que está pasando aquí?
—No te vayas a ir de aquí —le señalé el suelo, indicándole que sus pies quedaban clavados allí. El ni siquiera me miró cuando hablé, al parecer su pelea de miradas con mi casi novio era más entretenida que yo.
Tengo que dejar de usar el término "casi" novio. Parezco una loca desesperada.
Caminé hacia Nathan y me intimidó aún más cuando llegué frente a él, notando que en realidad si era demasiado alto.
—Hola —sonreí con torpeza—, yo...
—¿Que hacías hablando con el? —pregunto con furia. Su mandíbula estaba apretadas al igual que sus puños. Colocó sus manos en sus bolsillos delanteros.
Nathan no parecía un chico celoso. Bueno, tampoco es que tuviese demasiada competencia por ahí para notarlo, pero aún así, nunca lo había visto así.
—Yo solo... —trastabillaron mis palabras— ...el fue quien estuvo dejando notas en mi casillero, y quería saber porqué —dije honestamente.
Aún me sentía un poco culpable por mis repentinas y extrañas ganas de besar al desconocido frente a mi, pero Nathan no tenía porque saber eso.
—No te acerques a él —el negó con la cabeza—. Es uno de nosotros.
Mi ceño se frunció al segundo que oí sus palabras. Y cómo era de esperarse, millones de preguntas se formaron en mi mente.
Volteé hacia el y lo miré. Colocó su mano en su boca y tiró un beso al aire hacia mi. Volteó y siguió su camino.
Arrogante.
—Pero... cómo... —intenté preguntar pero Nathan se adelantó a mis preguntas.
—Se llama Tadeo. No quiere formar parte de ningún tipo de grupo, y mucho menos participar del ritual —se apoyó en los casilleros y cruzó sus brazos otra vez.
—¿Por que no? —la intriga era lo único que demostraba mi voz. Esperaba que el no notara, que estaba a dos segundos de besarlo.
No, no a Nathan. A Tadeo.
—No quiere deshacerse de su magia. Dice que es un regalo de Dios —abrió los ojos un poco y luego los revoleó—, usa su poder para su propia conveniencia. Se satisface con eso —el arrugó la nariz con asco, mientras miraba donde antes estábamos parados los dos, casi por besarnos.
—¿Cual es su poder? —pregunté con un poco de miedo por su cara y su reacción.
Dejó de mirar a la nada y me miró a los ojos.
—La tentación —mi boca y mis ojos se abrieron sin poder creerlo.
Y yo me estaba sintiendo mal por querer besarlo.
El maldito bastardo me había tentado a hacerlo. Y aunque sabía y admitía que el chico estaba bastante bien, yo no haría eso en sano juicio. No cuando podía hacerlo con Nathan.
—Espero que solo haya sido la tentación de sus poderes, y no hayas querido besarlo por tu cuenta —entrecerró sus ojos en mi.
Pude ver la diversión en sus ojos y me alegré de que el enojo se haya disipado tan rápido.
—Claro que solo fueron sus poderes —dije en tono divertido y el me miró con una cara que intentaba ocultar una sonrisa—. ¿Acaso dudas de mi? —pregunté poniendo mi mano en mi pecho dramáticamente.
ESTÁS LEYENDO
Controversia (Saga completa)
FantasyAlison Hock, arrastrada por su hermano a un pueblo desierto llamado Hills Town, comienza a vivir nuevas experiencias. Tras conocer a los hermanos Clarke, quienes despertarán una intriga en ella, se dispone a conocerlos mas de cerca. En el medio de t...