Cap.21 "No toleraría perderte."

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Bajé las escaleras con pasos ligeros. De alguna extraña manera, me sentía de buen humor esta mañana, y no sabia como eso podía ser posible si dentro de veinte minutos iba a estar entrenando con los Clarke.

Renzo estaba tomando lo que parecía ser un café mientras leía algo en su celular. Tomé un tazón de cereales, lo llené de leche y me senté frente a el.

—¿Que sucede? —pregunté intrigada cuando lo vi restregarse la cara con frustración. —¿No has dormido bien? —indagué recordando que ayer se había levando como tres veces de la cama para ir al baño, tomar un vaso de agua o simplemente sentarse en el sillón a ver un poco de televisión hasta que se durmió allí, donde lo encontré hacia media hora.

— No pude dormir —pude ver las grandes ojeras debajo de sus ojos cuando se quitó la mano del rostro—. Mucho café, quizá —sonrió tratando de quitarle importancia, pero yo sabia que había algo que le quitaba el sueño.

—¿Esta todo bien? —lo observé mientras volvía a llevar la cuchara a mi boca. El solo asintió con la cabeza. Noté que estaba dudando decirme algo, así que lo animé. —Dime que sucede —le supliqué.

Renzo y yo solíamos contarnos todo. O bueno, casi todo. A excepción de lo sobrenatural que ronda mi vida, o sea, los Clarke, el lo sabia todo.

—Iris llamó anoche —abrí los ojos y detuve mi mandíbula de masticar—. Dijo que me extrañaba y que lamentaba la forma en la que nos despedimos —parpadeé un par de veces, asimilando lo que me había dicho.

Iris había explotado cuando Renzo le dijo sobre nuestra mudanza. Ella insistió en que podían resolver quien sabe qué juntos, pero el dijo que tenía que estar aquí. Iris le dijo varias veces que se mudaría con nosotros, pero el se negó. En parte lo agradecía, sería extraño vivir con ella entre nosotros. Pero por otro lado, lo consideré un tiempo y le pedí a Renzo que la dejara venir con nosotros, a lo que volvió a negarse. Iris comenzó a creer que se trataba de otra cosa, que el ya no la quería o quizá que tenía otra chica. Cuando la realidad, era otra. Pero yo aun no la sabia, porque mi hermano se negaba a contarme porqué me trajo aquí.

—¿Y tu que le dijiste? —Todavía estaba en shock, seguramente la leche había comenzado a escurrirse por las comisuras de mis labios. Cerré la boca y continúe masticando, tenía menos de diez minutos para terminar ese tazón.

—Que la extrañaba también, por supuesto. Quiere... que volvamos a estar juntos. —Mi sonrisa se hizo gigante, sin importarme que la leche saliera de entre mis dientes. Mi hermano lejos de reírse, me miró con asco.

—¿Y? ¿Le dijiste que si verdad? —Sin darme cuenta, me había levantado de la silla. El me miró con un poco de decepción.

—Le dije que lo pensaría —caí desplomada en mi silla—. Es difícil llevar esto a la distancia, Ali. No quiero privarla de que conozca a alguien que la haga feliz —se excusó con algo que tenía sentido, pero yo sabia como darlo vuelta.

—Es que ella ya conoce alguien que la hace feliz —lo señalé mientras el fruncía el ceño, negando con la cabeza, como si fuese una idiota.

—Hablo de alguien que este cerca suyo, Alison. No lo sé, tengo mucho que procesar. Lo pensaré y luego la llamaré —negué con la cabeza mientras lo veía levantarse de la silla con su taza vacía.  

Mi celular sonó y noté un mensaje de Nathan. Sonreí y lo abrí.

"Estoy en la esquina."

Dejé mi tazón en el lavabo y tomé mi mochila donde estaba mi botella de agua, una toalla y unos guantes que Noel me había regalado.

—¿A dónde vas? —preguntó Renzo.

Controversia (Saga completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora