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Mis piernas cortas parecían tropezarse cada cuadra con ellas mismas. Mis manos sudorosas se movían en mis jeans azules, intentando que no parecieran tan torpes. El sol estaba realmente fuerte a esta hora pero se sentía muy placentero.
Saqué mi teléfono, enviándole a mi hermano que comería en casa de Coni antes de entrar a trabajar.
El resto de las clases habían pasado en calma y no tuve ninguna prisa cuando salí de la escuela para dirigirme a la casa de Bernarda. No sabía si los Clarke estarían allí, ya que salían de clases a la misma hora que yo, pero solo importaba que Nathan estuviese allí, y con su motocicleta llegaría rápidamente.
—¿Necesitas un aventón? —preguntó una voz que ya conocía.
Levanté mi vista hacia la calle. Un auto negro conducía demasiado lento para estar en la ruta. Sin darme tiempo a procesar nada, crucé y rápidamente entré en el asiento del copiloto, que fue el que vi vacío.
Cato comenzó a conducir otra vez hacia su casa. Era la primera vez que me subía a su auto desde que lo había comprado. Volteé hacia atrás en mi asiento, ya que por la ventanilla, había visto más gente. Noel me dio una sonrisa de boca cerrada, lo que pareció más una mueca. No conseguí ver a Irina, ya que su cabeza estaba apoyada en el vidrio mirando la calle sentada detrás de mi, pero esas piernas eran de mujer.
—¿Donde está Nathan? —me dirigí al conductor una vez mas y el, sin despegar sus ojos del frente, sonrió.
—El viene detrás de nosotros —mi ceño se frunció.
Miré por el espejo retrovisor y allí vi a Nathan, conduciendo detrás de nosotros sobre su motocicleta con el casco negro cubriéndole la cara.
Dios, que sexy.
Me acomodé una vez más en el asiento y al cabo de unos segundos, el auto se detuvo. Cato se deshizo del cinturón de seguridad y oí mas de una puerta abrirse. Antes de moverse, el me tomó la mano y dio un apretón reconfortante. Luego de darle una sonrisa, mostrándole que estaba bien, bajé del auto
casi cayéndome.Mi mirada se centró en Nathan. Estaba aún sentado, quitándose el casco y bajándose de la moto.
Que sexy que se veía, maldición.
No podía seguir tanto tiempo enojada con el.
Me acerqué a él y se me quedó mirando sin expresión alguna. Me puse de puntillas para alborotarle un poco el cabello y vi como se sorprendió ante mi gesto.
—¿No puedes estar lejos de mi, no? —preguntó sonriendo levemente, tomando mi mano.
La verdad era que lo extrañaba un poco, y ya me parecía que tres días lejos de él, era demasiado para castigarlo.
—Pues la verdad es que no —se acercó a mi y besó mi mejilla
Quizá tenía miedo de besarme en los labios, quizá creía que me enojaría con él.
Eché un vistazo a sus hermanos y cuando no nos veían, tomé su nuca y lo acerqué a mi. Planté un beso rápido y me sonrió.
Se sentía tan bien estar bien.
¿Eso fue poético o estupido?
Que redundancia, Alison.
Nos adentramos en la casa y allí me recibieron todos alegremente. Al parecer, se habían olvidado del drama que hice la última vez que estuve aquí. Sonreí a todos amablemente, pero aún no me olvidaba que me debían un par de explicaciones. Jade saltó a mis brazos y le di un fuerte abrazo.
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Controversia (Saga completa)
FantasiAlison Hock, arrastrada por su hermano a un pueblo desierto llamado Hills Town, comienza a vivir nuevas experiencias. Tras conocer a los hermanos Clarke, quienes despertarán una intriga en ella, se dispone a conocerlos mas de cerca. En el medio de t...