Cap.13 "¿Si el tiempo se nos agota?".

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Ya en nuestro presente, después de volver a casa de Bernarda y haberles contado a ella, a Renata y Jade todo lo que sucedió, ya debíamos volver al loft. Eran las siete de la tarde y el sol ya estaba comenzando a bajar. Bernarda ofreció que quién quisiera quedarse, podía hacerlo sin vergüenza, que esa siempre sería su casa. Agradecí la invitación y le dije que una de estas noches lo aceptaría, pero que en ese momento estaba muy cansada como para algún plan que no fuese llegar y dormir. Ella subió las escaleras, diciendo que iba a bañarse.

—¿Entonces qué van a hacer cuando vuelvan al pasado? —preguntó Jade moviéndose en su lugar, sentada en el suelo abrazando un almohadón. Sus ojos azules buscaban por todos nosotros, esperando por una respuesta que le agradara, pero también temía una que no.

Nos miramos entre nosotros, sin saber exactamente qué contestarle porque nosotros tampoco teníamos la respuesta. Nathan le dio una pequeña sonrisa suave, más triste que alegre, seguramente queriendo decirle que traeríamos a Elías de vuelta, pero ni él podía asegurar eso. Apreté mis labios, porque sabía que nadie quería decirle que estábamos totalmente perdidos.

—No lo sé, pequeña —respondió Cato rascándose la nuca, bajando la mirada hacia el suelo de madera. Jade apoyó la cabeza en los jeans de Cato, dándole una sonrisa reconfortante, como si intentara decirle "no te preocupes, ya sabrán qué hacer".

—Esperen, tengo otra idea —retomó Augusto y suspiré en mi lugar, esperando que de verdad fuese buena esta vez.

—No, no tú otra vez —habló Irina rápidamente abriendo los ojos. Nathan y Noel no pudieron evitar reírse, mientras Ulises se tapaba la cara con las manos, como si supiese lo que Augusto iba a decir.

—Ni siquiera han oído lo que voy a decir —respondió ofendido cruzándose de brazos, agudizando sus ojos en nosotros.

—A ver, habla —insistió Nathan, calmando su risa, la que había contagiado a Renata que acariciaba la mano de Augusto.

—¿Y si en vez de evitar la muerte de Elías... Dejamos que los Clarke del pasado crean que está muerto y así todos seguirá su curso normal? —preguntó levantando las manos en el aire, como si mostrara su punto.

Me enderecé en mi lugar. Esa no parecía una idea tan terrible. Todos dejaron de reírse y borraron sus sonrisas, pensando en sus palabras. Observé al resto de ellos, que lo miraban a Augusto o hacia cualquier punto en la habitación, analizando las posibilidades.

—Y entonces, cuando veamos que todo ya volvió a la normalidad, le decimos a Elías que puede volver a casa de Bernarda. O sea, justo antes de que él aparezca en el cuarto de Reni para darle el cristal —continuó él, queriendo que confiáramos en su idea.

—¿Pero dónde quieres que Elías se quede en todo ese tiempo que lo creímos muerto? No podemos decirle que vuelva a su casa, si aún tiene magia. Su madre se preguntará por qué está allí y no aquí en casa de Bernarda.

—Él sabrá arreglar eso. Si alguien viniera a decirme que viene del futuro, que pronto van a matarme, que la única solución de seguir con vida es hacer lo que esa persona me diga, yo lo haría. ¿Ustedes no? —insistió.

Irina y yo nos miramos dudosas. Me encogí de hombros, porque no sabía qué decir ni qué pensar al respecto. Nathan hizo un gesto de duda y abrió la boca para hablar pero alguien le ganó de mano.

—No estoy muy seguro de que intervenir sea una buena forma. Elías se espantaría y huiría de nosotros si viera que somos nosotros pero del futuro —explicó Tessa negando con la cabeza—. No dudó de mi pero muchos de ustedes no se ven como hace tres años —continuó con algo de pena, pero tenía razón. Nathan asintió con la cabeza y allí entendí que era lo que iba a decir.

Controversia (Saga completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora