Después de una larga explicación a Bernarda de cómo Irina y yo nos escapamos para seguir a Nathan, como Cato y Noel lo siguieron en su auto hasta Greenwood y cómo habíamos logrado rescatar a Thais, ella habló.
—Supongo que ahora si podemos realizar el ritual. —Eso nos dejó perplejos a todos.
El silencio habría sido tedioso pero aún podíamos oír las risas de Thais y Jade jugando en la sala con Augusto y Ulises. Irina y yo nos dimos una mirada rápida y vi que Nathan buscaba la de sus hermanos.
—¿Cómo? —preguntó Cato.
—Vamos chicos, todos sabían que no quería arriesgar a más nadie a las estupideces de Reynaldo. El ya no está. Y por lo que me cuentan, Elías tuvo un gran valor en querer fingir ser uno de ellos pero el tipo fue más inteligente y no debió meterse con ellos. —Bernarda bajó la cabeza negando.
Siempre había querido vengarme de Reynaldo y de todos los que habían sido culpables de la muerte de Elías. Pero nunca me detuve a pensar si había una razón para ello. Claro, hay gente que mata otra gente porque si. Porque les divierte. Porque están enfermos. Por lo que sea. Pero no era el caso de Reynaldo. El era inteligente y movía cuidadosamente sus fichas. ¿Que estaba pensando Elias cuando quiso infiltrarse en ellos? Era un plan astuto, tenía que admitirlo. Ganarse su confianza, conocer el plan y bum, cuando menos lo esperaran, nosotros habríamos ganado.
Y si, ganamos, pero con uno menos de los nuestros.
Ahora sabía el por qué. No justificaba lo que Reynaldo le había hecho, pero al menos, ahora sabía el motivo y no era un simple desquicio del tipo. El tenía un motivo pero no era para matarlo.
—Entonces... —Noel comenzó a hablar pero ella lo interrumpió.
—Entonces ya no hay mal acechándonos. Nadie puede salir herido. No más fugitivos, no más búsqueda de reclutas ni peleas. —Movió la cabeza con una mueca. —No más muertos. —Abrí mi boca sin poder creer lo que estaba diciendo. Era como sacarnos un gigante peso de encima. —Pero no tardará en descubrirnos alguien más. No queremos más sacrificios por aquí, tenemos que deshacernos de la magia cuanto antes. Solo si aún quieren eso.
Todos asintieron rápidamente, menos yo.
No quería decir que me había encariñado con mi magia, pero la verdad es que si. Era muy extraño para mi descubrirla corriendo por mi sangre pero me había acostumbrado a ella. Ya era normal para mi tener visiones, ver volar objetos, Augusto convirtiéndose en muchos o Noel apareciendo frente a mi para asustarme. Me había sentido cómoda en este extraño mundo y tenía que nada fuese real cuando terminara. Nada sería igual.
Los Clarke se irían. Por ende, dejarían de ser los Clarke. Solo Bernarda usaría ese apellido. Cada uno volvería a su vida normal, con sus respectivas familias a sus rutinas. Solté un suspiro y todos me miraron. Pude ver el dolor y la tristeza en sus ojos.
Y entendí que estaba siendo egoísta. Yo había disfrutado la parte bella de la magia; reírme de lo divertido, aprender con Cato que el sabía lo que hacía, entrenar con ellos que eran pacientes conmigo y tomarme mi tiempo para domesticar mis poderes. Pero no ellos. Ellos tuvieron que aprender cayéndose, siendo golpeados, perseguidos y secuestrados repetidas veces solo por tener magia en su sangre. Fueron víctimas de ratas que solo querían aprovecharse de sus poderes para hacer un mal, y ellos no tenían la culpa.
Ellos no tuvieron a quien les enseñara a entrenar, como Cato lo hacía conmigo. Estoy segura que salieron heridos muchas veces. Cómo mi entrenador decía, "la práctica hace al maestro." Ellos tenían una familia a los extremos del país. Extrañándolos y queriendo estar con ellos. Y yo no podía sentir lo mismo porque no tenía con quien ir. No sabía lo que era que alguien me extrañara y me necesitara de vuelta.
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Controversia (Saga completa)
FantasíaAlison Hock, arrastrada por su hermano a un pueblo desierto llamado Hills Town, comienza a vivir nuevas experiencias. Tras conocer a los hermanos Clarke, quienes despertarán una intriga en ella, se dispone a conocerlos mas de cerca. En el medio de t...