Cap.39 "Está decidido".

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Caminé por el pasillo, arrepintiéndome de no haber fingido un mal estar de estómago o algo parecido para no venir.

—Hola— volteé hacia el. Era la tercera vez que intentaba acercarse a mi en la semana y esta no sería la excepción cuando yo lo ignorara.

Su sonrisa no desapareció cuando le di un mal de ojo, se alborotó un poco el cabello y se apoyó en el casillero al lado del mío, mientras me veía sacar cosas de allí.

—¿Que quieres ahora? —pregunté fastidiada.

Aún estaba enojada con Tadeo porque había usado sus poderes para que yo lo besara. Y si no quería que nadie muriera, debía mantenerse lejos de mi porque Nathan no tendría compasión con el.

—Venia a pedirte disculpas —me puse recta y le presté atención. No esperaba eso. —Lamento haberte tentado —sonrió de lado, usando un doble sentido de la oración.

—Tu no me tentaste —levantó las cejas—. O sea, si, pero... —me trabé con mis propias palabras— ...solo usaste magia, no hubiese cedido en ningún momento si no la hubieses usado.

—Pruébame— se acercó a mi aún sonriente. Puse una mano en su pecho, deteniéndolo.

—Retrocede —dije rápidamente—. ¿No quieres que Nathan se enoje contigo, verdad? —pregunté intentando asustarlo un poco.

—No les tengo miedo a los Clarke, ni a nadie que viva en casa de Bernarda —me sorprendió un poco que supiese de ella.

—Pues deberías —afirmé, teniendo seguridad en la fuerza que podían tener para golpear. El, sin embargo, se encogió de hombros.

—No van a hacerme daño —subió una pierna para apoyarla en el casillero, en típica pose de chico malo.

—¿Como estás tan seguro?—pregunté intrigada.

¿Este chico sabía algo que yo no?

—Me necesitan para el ritual —mi ceño se frunció en el, sin entender a qué se refería.

—Creí que no querías renunciar a tu poder —le dije rápidamente, haciéndole saber que alguien me lo había contado, porque no había sido el.

—No voy a renunciar a mi magia —dijo como si yo acabara de decir una locura—. Es un increíble don. Y el mío en particular, me sirve bastante. —Dos chicas pasaron por allí y el las miró como si fuesen un pastel de chocolate. Guiñó un ojo mientras se mordía el labio inferior y ellas se reían coquetas a él. Revoleé los ojos por su estupidez.

Tadeo no necesitaba de su poder para tentar a las chicas. El era muy atractivo y podría llevarse a la cama a cualquier chica que quisiera, así que, no entendía porque necesitaba tanto su magia. Supongo que le daba otros usos aparte de ese. Los cuales no tenía ganas de saber.

—¿Y entonces, como es que formarás parte del ritual? —ya me estaba impacientando el hecho de que diera tantas vueltas para hablar, y me di cuenta que se había quedado mirando las chicas irse.

Golpeé su hombro, desesperada de saber y volteó a verme quejándose.

—Ay mujer, tranquila. Me pueden compartir —entrecerré los ojos en el, dándome cuenta que había sido un error golpearlo cuando veía a otra chica, era obvio que el usaría eso para su beneficio propio diciendo que yo estaba celosa.

Cuando la realidad era que me importaba menos que nada.

—Solo voy a ayudar cuando se enfrenten a otros clanes, para que nadie salga herido. Oí que Reynaldo ha juntado bastante gente, solo le falta un recluta o dos —desvió su mirada de mi y la clavó en algún punto en el suelo—. Será un baño de sangre.

Controversia (Saga completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora