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Apreté los libros en mi pecho, sabiendo la clase que me esperaba. Cerré mi casillero con fuerza e hice sobresaltar a Dante que estaba detrás de el.
—Maldita sea, casi me matas del susto —dije poniendo una mano en mi pecho que subía y bajaba.
—Lo siento —se rascó la nuca un poco nervioso—, quería preguntarte...si crees que... tu piensas que.... —se atragantaba con sus propias palabras y no le estaba entendiendo nada.
—Dante, escúpelo —le dije en un animo de que solo lo dijera y ya.
—Si crees que es momento para pedirle a Coni que sea mi novia —sonreí al darme cuenta de que se trataba, y a la vez me lleno de ternura—. Es estúpido, yo... —comenzó alejarse de mi y tuve el reflejo de detenerlo rápidamente.
—No, no, no, no, no —chillé, dándole a entender que no tenía nada de que avergonzarse y queriendo darle mi respuesta—. Creo que si es el momento pero debes hacer algo especial para ella —el asintió algo sonrojado—, que no lo olvide —le sonreí esperando contagiarle mi sonrisa.
—Gracias Ali —funcionó, ya que plantó un beso en mi mejilla y salió corriendo.
Feliz por el buen acto que acaba de tener, caminé sin ganas a la clase de biología. Empecé a enumerar las cosas que podía hacer mientras pasaba la hora, pero algo me detuvo cuando entre al salón.
Nathan estaba allí.
Estaba allí. Sentado. Escribiendo en su cuaderno.
Para variar.
Me obligue a no ser una idiota y caminé lo más despreocupada que pude hasta mi asiento. Me senté y deje mis cosas. Creí que el iba a decirme algo, pero no lo hizo. Y no me sorprendía.
Debatía si hablarle o no, pero a la mierda.
—Oye —el me miró—, gracias por lo del viernes —su ceño se frunció. —Ya sabes, cerca del Cafe de Stan —parpadeó varias veces.
Me sentía muy estúpida al no poder tener una conversación fluida, y aún más, al notar que el parecía más confundido de lo que esperaba.
Mi corazón latía mas rápido de lo normal y no sabía si era porque había subido las escaleras antes de entrar o por estar cerca de el.
—No se de que estas hablando —el negó con la cabeza. Mi ceño se frunció.
Mi mente ya había formulado muchas teorías en mi cabeza previamente. Que el me dijera "Agradécemelo y olvídalo" o "No dejé que te mataran para matarte yo" o quizá "Te salve porque me gustas y quiero que te cases conmigo."
Bueno, la última no era una opción viable.
Pero sin duda, a mi cabeza nunca se le ocurrió que Nathan se hiciera el desentendido sobre lo que había pasado y dijera que no sabía de lo que le hablaba. ¿Acaso sufría amnesia?
—Tu... tu me ayudaste, cuando esos tipos me perseguían en la calle —levantó las cejas y se me quedó mirando unos segundos en los que quería desaparecer. Me sentía estúpida relatando una historia que el ya conocía.
—Lo siento. No era yo. —Y sin más volvió la vista a su cuaderno.
Genial Ali, puedes tranquilamente ganar un premio por la mas idiota del mundo.
Estuve toda la clase de Biología pensando. Yo podía jurar que era su voz. Pero no entendía como había desaparecido así como así del lugar.
Tantas preguntas que tenía en la cabeza. Ahora si que Nathan me daba miedo. Estaba cerca de el y no sabía si hablarle o callarme. Acercarme o alejarme.
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Controversia (Saga completa)
FantastikAlison Hock, arrastrada por su hermano a un pueblo desierto llamado Hills Town, comienza a vivir nuevas experiencias. Tras conocer a los hermanos Clarke, quienes despertarán una intriga en ella, se dispone a conocerlos mas de cerca. En el medio de t...