Controversia (Saga completa)

Especial de Halloween

31 de octubre, 2019.

Revolví sobre la cama de Irina varias prendas buscando que ponerme esta jodida noche que jamás había celebrado en mi vida. El clima era perfecto, aún hacía un poco de calor pero el viento de la noche podía ser frío. Desde la ventana del cuarto veía como algunos que otros niños caminaban por la calle disfrazados.

Tessa se miraba en el espejo, no muy convencida de su disfraz de novia muerta. Un vestido blanco con unas medias hasta la rodilla, el cual no dejaba de jalar hacia abajo, esperando que la tela cediera.

—Que porno este disfraz —se quejó ella mirando lo corto que le quedaban todos los disfraces de Irina, porque ya era el tercero que se probaba.

—Te queda bien, ya deja de quejarte.

La rubia se rio a su lado mientras se pintaba los labios de rojo. Tenía un vestido blanco ceñido al cuerpo, algo sucio de tierra en algunos sectores a propósito y un gorro de enfermera torcido en la cabeza. Ya nos había dicho que desde que vio Silent Hill había querido disfrazarse de sus enfermeras, pero no había tenido la suficiente autoestima para mostrar tanto su cuerpo.

—¿Cuál vas a usar tú, Ali? —me preguntó Tessa, acercándose la cama mientras yo continuaba revolviendo las prendas.

—No sé, prefiero usar un costal de papas y decir que soy parte de la decoración —bromeé un poco fastidiada pero Tessa se rio.

—Mierda —masculló Irina mirándome por el espejo—. Tengo el disfraz perfecto para ti —dijo con una sonrisa gigante y los ojos abiertos de par en par en una expresión totalmente espeluznante.

Tessa y yo la miramos mientras buscaba algo dentro de unos cajones. Me tiró a la cama un vestido rojo que parecía ceñido al cuerpo y tenía algunas manchas de otro rojo más oscuro, como si fuese sangre.

Tessa atajó en el aire una pequeña cajita y la abrió para mostrarme los lentes de contactos rojos. Cuando entendí me levanté de la cama y me acerqué a Irina.

—Ah, no —le dije captando su idea.

—Ah, si —respondió, volteándose a mi con unos colmillos falsos en los dedos.

—Sabes que Nathan odia los vampiros. Me matará si me ve disfrazada así —le expliqué tomando el vestido junto a los lentes y guardándolos en el cajón de donde los sacó.

—Vamos —intentó animarme—, será algo irónico y sarcástico. Además es solo un disfraz, no va a enojarse contigo.

Me mordí el labio pensando. Dirigí mi mirada a Tessa que me asentía con la cabeza. Me volvi a Irina y ella me extendió el vestido con los accesorios.

—Está bien —dije de mala gana, tomándolos para vestirme.

Después de cinco minutos en los que casi muero cuando intentaron ponerme los lentes de contacto y me negué otra vez porque el vestido era aún más corto que el de Tessa, ya estaba lista.

Me pusieron sangre falsa sobre los hombros y brazos desnudos y un poco sobre las piernas. Ya había aceptado a usar el vestido, así que no había forma de que me sacaran mis zapatillas.

—Perfecta —dijo la rubia sonriendo frente a mi.

Se movió para que me mirara en el espejo y abrí los ojos al ver lo real que se veía el disfraz. La sangre era muy real y parecían mis ojos.

—¿La sangre es falsa, verdad? —preguntó Tessa, observando la tela de cerca.

La miré espantada para verla mirarme con la misma expresión.