Me quedé observando un punto fijo por la ventanilla. Tenía que hacer algo, sabía que el viaje sería largo y no quería dormirme. Así que me dispuse a contar los árboles que veía por la carretera. ¿Súper interesante, verdad?
Uno... dos... tres...
Cerré los ojos y comencé a cabecear del sueño. Me reproché que yo era quien debía avisarle a Irina que Nathan bajaba del bus, así que no podía dormirme bajo ninguna circunstancia.
Una imagen apareció frente a mi y no me sorprendí cuando noté otra visión frente a mi.
Corría por un pasillo que desconocía, era frío y oscuro. Parecía no querer hacer mucho ruido.
Una niña corría delante de mi. Su cabello oscuro flotaba mientras sus pies descalzos daban pisadas. Tenía un vestido amarillo sucio y desgastado. Una de sus manos flotaba libre mientras corría y la otra parecía sostener algo.
—Sígueme. —Oí su voz que parecía divertida cuando volteó a verme sin dejar de moverse. Apenas pude ver un poco de su rostro, ya que si cabello me tapaba la visión.
Tenía unos ojos grises profundos, una naricita pequeña y unos labios en forma de corazón. Su cara tenía la misma inocencia y dulzura que la de Jade apenas la conocí. Su piel se veía tan suave que parecía de terciopelo.
Su rostro estaba un poco sucio al igual que su ropa pero eso no le impidió ver la belleza natural de la niña. Efectivamente, en su mano portaba un oso de peluche marrón todo sucio y sin una oreja. Parecía que corríamos en cámara lenta. Podía oír mi corazón bombeando y mis manos sudando. Sentía miedo sin ningún temor y me pregunté que había pasado antes para sentir esta adrenalina.
—Sígueme Alison —susurró y abrí los ojos.
La luz fría del bus me encandiló y lo primero que hice fue buscarlos con mi mirada. Nathan e Irina seguían sentados en sus respectivos lugares, mirando por cada ventanilla.
Cato me había dicho que no me desesperara luego de las visiones. Que yo podía estar viendo minutos pero sólo pasarían segundos para el resto del mundo. Negué con la cabeza, como si eso me ayudara a enfocarme en lo importante. Aún veía carretera y sabía que aún nos faltaba un tramo para llegar a Greenwood. Y era imposible no pensar en ello.
¿Quien era esa niña? ¿Por qué quería que la siguiera?
Intenté enfocarme en más detalles, pero ella pequeña había captado mi atención con sus ojos. Era de noche y había reconocido un pasillo oscuro y frío. Pero eso no me serviría para darme cuenta de más nada.
Nathan se movió en su lugar y me di cuenta que el bus estaba casi vacío, a excepción de nosotros y unas cinco personas más. No tuve tiempo de escribirle a Irina que se estaba por bajar, así que le dejé una llamada perdida.
—Greenwood. —El bus se detuvo y el chofer anunció.
Todos los que quedábamos nos levantamos y la carretera vacía nos recibió. Detrás de nosotros se abría un cartel sucio y algo roto que decía "Greenwood", no me sorprendería que fuese el mismo cartel de la película Silent Hill.
Como si fuese una ironía, Greenwood tenía muchos árboles en su entrada y una carretera que conectaba a una pequeña calle de un pueblo. Había algunas luces en la calle principal, y pude notar algún que otro local pero cerrado. Ya era tarde, entendía que esta gente trabajaba fuera del pueblo y volvía a casa para irse a dormir. Me quedé tan embobada observando el pueblo que me olvidé de lo que hacia allí. Irina tiró de mi brazo y corrimos escondiéndonos detrás de un árbol.
—¿A donde va? —pregunté intrigada. Me autogolpee mentalmente, porque si ella supiera ya me lo hubiese dicho.
—No lo sé pero no podemos perderlo. —Comenzó a caminar junto con toda la gente que caminaba hacia el mismo lugar.
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Controversia (Saga completa)
FantasyAlison Hock, arrastrada por su hermano a un pueblo desierto llamado Hills Town, comienza a vivir nuevas experiencias. Tras conocer a los hermanos Clarke, quienes despertarán una intriga en ella, se dispone a conocerlos mas de cerca. En el medio de t...