—¡Chicos! ¡A comer! —gritó Bernarda desde la cocina.
Terminé de acomodar la última prenda de ropa justo en ese momento y suspiré aliviado de no tener que continuar limpiando luego de almorzar, porque solo querría dormir hasta el entrenamiento.
Bajé las escaleras y me topé con Irina que venía bajando las segundas escaleras. Me apresuré a llegar y vi que Augusto salió de su cuarto para seguirme.
—No, no entiendo —oí la voz de Cato desde la cocina y me pregunté que estaba sucediendo.
—Basta Cato, ya déjalo —habló Bernarda.
Irina se detuvo apenas entró en la cocina y choqué con ella. Augusto detrás de mi también chocó conmigo y los dos hicimos gruñidos en forma de queja.
—Irina —le reclamé haberse quedado quieta.
—¿Qué hace ella aquí? —preguntó Irina totalmente tiesa en su lugar. La rodeé para poder llegar a la cocina y ver por qué todos estaban tan molestos. Y entonces la vi.
Danali estaba sentada a la mesa, con las piernas cruzadas una sobre la otra en una silla y sus manos sobre su regazo. Sonreí al verla pero cuando Irina se giró a verme en esa mueca enfadada, la miré.
—Yo no la invité —me excusé automáticamente y ella frunció un poco el ceño para girarse hacia Cato.
—¿Crees que yo haría eso? —preguntó él, con el rostro cansado y revoleó los ojos.
—Basta ustedes, yo la invité —explicó Bernarda mientras me daba un golpe con el trapo de cocina en sus manos—. Danali es agradable con nosotros y es familia de Cato.
—De hecho... —intervino Cato y casi supuse que fue para negar eso. Como si quisiera decir "mm, no, yo no la considero mi familia".
—Vamos, todos a la mesa que la comida se va a enfriar —dijo y caminó hacia la encimera para poner una bandeja de lo que parecía pastel de papa sobre la mesa.
Irina resopló y me dio una mirada de fastidio. Me encogí de hombros mientras me sentaba junto a Danali, dándole a entender que no era mi culpa que ella estuviese allí. Yo sabía que ninguno de ellos se llevaba muy bien con Danali, así que evitaba a toda costa llevarla a la casa. Pero no podía hacer nada si Bernarda era quién la invitaba a comer.
Irina pareció procesar eso y me dio una pequeña sonrisa, queriendo disculparse por atacarme sin tener la culpa. Danali se acercó para besar mi mejilla y le di una pequeña sonrisa. Agradecí que no me besara en los labios porque seguramente eso sí podría desatar más furia.
Noté que Jade no dejaba de mirar a Danali y la miré durante unos segundos, queriendo entender qué le sucedía. Danali lo notó y la miró directamente. Sonrió algo divertida a pesar de que Jade no lo hizo.
—¿Por qué tu cabello es rojo? —preguntó ella, dudosa.
—Porque me gusta teñirlo de ese color —respondió Danali con una sonrisa suave, queriendo agradarle a Jade.
—Yo creo que te quieres parecer a Shakira —comentó la niña. Renata sonrió por lo bajo de la ocurrencia de la niña. Danali también, pero Jade no. —Pero no te pareces en nada a ella. Porque ella es hermosa y buena, no como tú.
—¡Jade! —le dijo Bernarda en forma de reprenda, abriendo los ojos sin poder creerlo.
Irina y Noel se rieron con ganas de la situación. Cato revoleó los ojos, cansado de tener que tener a Danali cerca de sus hermanos, al igual que yo. Renata bajó la cabeza y jugó con su comida, como si no hubiese dicho nada fuera de lugar. Ulises y Augusto se dieron una mirada y comieron en silencio, al igual que Reni.
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Controversia (Saga completa)
FantasyAlison Hock, arrastrada por su hermano a un pueblo desierto llamado Hills Town, comienza a vivir nuevas experiencias. Tras conocer a los hermanos Clarke, quienes despertarán una intriga en ella, se dispone a conocerlos mas de cerca. En el medio de t...