Controversia (Saga completa)

Cap.27 "¿No tienes un inhalador?".

Salimos de edificio detrás de Noel, buscando el auto de Cato que según el, sabía donde estaba. De igual manera, el apareció frente a nosotros y detuvo el automóvil para que nos subiéramos. Corrí y abrí la puerta de atrás cuando vi a Irina sentada detrás de Cato, desmayada sobre la ventanilla. Apoyé mi mano sobre su cuello y me relajé al ver que su pecho se movía cuando sentí su pulso. Escalofriante, si, pero tenía que cerciorarme. Una calma se instauró en mi en un segundo. Nathan abrió la puerta del copiloto pero Noel le dio un empujón.

—Oye, yo vine ahí. —Caprichoso, se sentó y Nathan revoleó los ojos.

—Yo voy con Alison —gritó la nena corriendo y sentándose a mi lado, en el último lugar disponible.

Me pregunté por qué me adoraba tanto y que diablos Nathan le había dicho de mi. Si, los niños me amaban y se prendían a mi como garrapatas sin que yo hiciera demasiado, pero ella no parecía saber que su hermano mayor y yo, lamentablemente, ya no estábamos juntos.

—Claro, y yo corro detrás del auto —Nathan dijo sarcástico, levantando el cuerpecito de la niña para sentarse en su lugar. Ella se acomodó en sus piernas y el cerró la puerta. Cato comenzó a conducir por Greenwood hacia la carretera que daba a Hills Town.

—¿Y que sentiste cuando supiste que Irina era tu hermana? —Apoyó el mentón en sus propias manos y parpadeó repetidas veces, interesada en mi historia.

Genial, hasta ella sabía eso cuando yo no.

—Thais —la reprochó Nathan con esa voz de advertencia que mi hermano usaba cuando decía "No empieces, Alison." Lo vi tocarse las muñecas y los brazos, como si le dolieran y estuviese chequeando no tener heridas. Tenía resguñones y sangre por algunos lados.

Sin embargo, no me molestaban las preguntas de Thais. Emanaba una energía alegre e inocente, totalmente diferente a la de Nathan cuando lo conocí. El era frío y distante, y por supuesto, inocente no entraba en sus características. Créanme, mis hormonas lo sabían.

—No, está bien. —Moví mi cabeza negando. —Fue... bastante que procesar. —Hablar con Thais era como si fuese una adulta en un cuerpo de niña. Era algo escalofriante pero increíble de ver.

—¿Y pudiste perdonar a este idiota? —Golpeó el hombro de su hermano y el abrió los ojos.

—Basta —le dijo enojado y ella le sacó la lengua, mostrándome que si tenía siete años y no nuestra edad, porque hablaba como nosotros.

—Detenla Nathan... —canturreó Cato como si supiera algo desde el asiento del piloto, saliendo del pueblo donde las luces de la carretera nos recibieron.

—Sh, no estoy hablando contigo. —Le frunció el ceño a su hermano y se transformó en una sonrisa cuando volvió a mi.

—Supongo. —Carraspeé mi garganta, pero no ella no tenía aún la habilidad de darse cuenta que no quería hablar de eso.

—¿Cuanto tiempo llevan ya? ¿Como un año, no? —preguntó mirando a Nathan con duda.

—Oh-oh —Noel canturreó divertido y miró el retrovisor, observando mi cara de póquer.

—Thais... —comenzó Nathan a mi lado y me moví incómoda en mi lugar. —No te he dicho algo... —Nuestros brazos se rozaban y sentí la necesidad de alejarme de ellos para tirarme sobre Irina.

—¿Que? —espetó ella, algo molesta. Ellos parecían ser los hermanos que no se ocultaban nada y eso la enfadó.

—Nosotros... —Dios, que incómodo. —...ya no estamos juntos —apenas susurró.

Decir que Thais se enfadó era un eufemismo. Su ceño se frunció, sus labios formaron una línea y apretó sus puños. Era exactamente la expresión de Nathan cuando se molestaba. El cielo se llenó de nubes en un segundo y comenzó a llover torrencialmente. ¿Pero qué mierda?