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–Es muy bonito ¿te gusta el mar?–el niño asintió.

–Quiero ser piloto de submarinos–ella río al igual que Daniel. Se disculpó por interrumpir y al intentar irse su hijo no quiso–No, quiero dormir, ya estoy cansado–miró el reloj, era un récord, su hijo debía estas exhausto eran las once y cuarto.

Ella quiso decirle a Daniel que se quedara allí mientras lo dormía, pero él ya había invadido su terreno por mucho tiempo, así que con una mirada le pidió que saliera de la habitación, él le devolvió una que gritaba a voces sin tener que abrir su boca.

Ese también es mi hijo.

Al salir de la habitación espero tener la casa ausente de extraños, pero no fue así, el seguí allí y ella se estaba cansando, quería que estuviera en su vida, pero no sabía cómo explicar él sentimientos que le atravesaba cada vez que pensaba que iba a tener que competir con el padre de su hijo por su atención cuando Danmark supiera que ese hombre era su padre.

–¿Me das unos momentos?–preguntó tomando su ante brazo.

–Tienes casi el día aquí, claro–dijo de mala gana zafándose.

Los padres de ella y la madre de él quedaron mirándoles expectante de una guerra allí, más no sucedió. Ella le miró mal, pero no abrió la boca hasta que salieron de la casa y ya en el frente le hablo.

–¿Qué diablos quieres?–preguntó desafiante.

–Me has quitado años de su vida, has mantenido a mi hijo lejos de mí, has pensado en no contarme nada, y actúas como la víctima, deja a decirte algo, Pía, sé que tengo que asimilar todo eso aún, créeme que no he salido del shock en el que estoy desde que me revelaste que tengo un hijo, lo veo y no me lo creo, nunca pensé en tal posibilidad, pero ya que existe, de que tengo mi hijo, de que le he visto, de que he hablado con el ser más maravilloso que pueda existir, escúchame bien, si crees que no estaré en su vida tanto como se me plazca, estas mal. No pongas más esa cara de asco y enojo que pusiste cuando llegaste a casa hace un rato. Me veras con frecuencia de eso no hay duda alguna.

–¿Qué, te mudaras aquí para molestarnos todo el tiempo?–dijo con burla y enojo–fue suficiente con tenerte aquí por...

–Cállate, Pía. Me tienes hastiado. No me mudaré a ninguna parte, no pienso amenazarte con nada legal, sé que no le tienes miedo y yo no quiero que el pequeño termine odiándome, se también que eres una buena madre, hubo un tiempo en el que te conocía lo bastante bien y si no has cambiado sé que ese niño es como una adoración para ti... Quiero que lleguemos a un acuerdo, porque yo quiero a mi hijo cerca.

–Sí, lo sé, por tu vehemencia en las palabras escupidas me doy cuenta de que es lo que quieres y no pararas hasta dar con ello, pero sinceramente hoy he tenido suficiente de ti...

–¿De verdad?–la pico mirándola de una manera, que si pudiera asesinarla, ella estaba segura de que lo habría hecho.

–Sí, ahora... Solo quiero ir allí y dormir, podemos hablar en otro momento.. Otro día.

Y aunque quería dormir no pudo. Para nada.

&

–¿Daniel?–Ciara respondió al quinto timbrazo de su móvil.

–¿Puedes hablar?–el caminaba por la habitación dando vueltas mientras recreaba la carita de ese niño que sin duda era un retrato suyo.

–Seguro ¿qué pasa? Te siento mal–el rogó por qué las lágrimas que retenía no salieran, estaba abrumado.

–Ferrys no ha respondido el móvil, tenía que hablar con alguien, no quiero que pienses que te tengo como una segunda opción, solo que pensé que como tienes que madrugar para ir a tu trabajo, pensé... Pensé dejarte dormir, pero...

–Esto es importante, Daniel, estoy aquí para ti ¿Que ha pasado?

–Yo... Estuve hablando con Pía... Sentía que se lo debía... Te lo dije... Pero... Ella hablaba de una forma que no entendía, me dijo que iba a terminar odiándola y la verdad creo que me conoce bien... La odio, en cierta forma lo hago... Me lo oculto, el niño ya está grande, es la cosa más hermosa que he podido ver, le conocí hoy y ya lo amo... Siento que lo es todo...

–¡Daniel! ¿El niño es tuyo? ¡Oh por Dios!–Ciara no pudo contener una exclamación fuerte y el asintió frenéticamente.

–Igual a mí... Es igual a mí, tiene mi cabello, mi color, mis ojos, mi boca... Es inteligente, a pesar de tener tres años tiene un vocabulario tan amplió, Ciara... Es la cosa más hermosa y significante que tendré jamás... Es mío... Ella...–y fue cuando se quebró.

Lloro como un bebe, con tanto sentimiento y dolor, mientras sus hombros y su pecho subían y bajaban, con sentimientos encontrados, lloraba y no sabía si era por el tiempo perdido o porque todo entre ellos había acabado por su culpa y no eso no había conocido antes a su hijo. Ella lo consoló, él quería desahogarse y ella lo escucho todo el tiempo que le hablo de cada momento vivido ese día con su pequeño.

–¿Qué piensas hacer?–preguntó la rubia un tiempo después, el sorbió su nariz.

–No me importa lo que tenga que hacer, ese bebe va a vivir conmigo, yo no pienso vivir lejos de mi hijo, no pienso pelear por su custodia y no pienso hacer un caos de todo esto no más de lo que siento que es. Pretendo decirle a Pía que se venga a vivir conmigo.

–¿Qué?–salió rápidamente de la boca de la platinada.

-Sé que es algo loco, pero es la única solución que yo encuentro favorable para todos, mientras ella no estaba y yo jugaba con él me di cuenta de que ama a su madre y yo no puedo quitársela para tenerle yo, no sé nada de bebés y como el habla de su mami... La ama y yo lo quiero a él conmigo y feliz... Supongo que tendré que hablar con Pía de ello, no querrá, pero la convencerse. Yo... Espero que acepte o al menos que lleguemos a un acuerdo.

–¿Por qué no ponen mejor un tiempo para verse y que disfrutes con tu hijo? ¿Has hecho el ADN? Puede que se parezca a ti pero...

–Ciara... Yo le creo, no pienso pedir una prueba, sé que ese niño es mío, solo basta con verlo para saberlo...

–¿Tienes una foto suya?–sonrió mientras pasaba el dorso de su mano por su nariz.

–La tengo... Ella... Tengo vídeos de cuando estaba embarazada, he visto el parto y todo, me he vuelto un completo llorón, Ciara, jamás pensé en la posibilidad de tener un hijo a esta edad tan temprana, yo solo estaba concentrado en el negocio familiar, no quería una familia... Cuando estaba con Pía si, con ella lo quería todo, pero con el tiempo eso se fue, pensar en Pía y en el bebe conmigo, no es que quiera volver con ella, pero quiero a mi hijo, y lo voy a tener conmigo...

Cliché y puntoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora