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La puerta de entraba se abrió y Pía entro, Valerie salió a recibirla viendo a la madre de su nieto con aquel peinado increíble, maquillada y casi lista para la celebración.

Había visto a su hijo momentos atrás hablar por teléfono con ella, había escuchado pocas cosas, mas como mujer de experiencia sabia que las cosas entre ellos aparentaban estar bien y ella presentía que podían ser mejor, esperaba que ella accediera a irse, quizás era algo drástico y poco usual, esas cosas rara vez se veían, pero sentía que con ellos ese cambio podía funcionar, Pía es una chica increíble, de un corazón hermoso y que en su tiempo amó locamente a su muchacho, si algo de ese amor quedaba, iba a irse con el más pronto que tarde.

–Señora Stone– sonrió y la abrazó, la madre de su nieto olía a algo delicioso y dulce.

–Pía, cariño... no sabes lo emocionada que estoy, este día ha sido increíble, me alegra que estés aquí. ¡Oh! Danmark es... no tengo palabras...

Y hablaron solo un momento, el niño bajo con Ferrys ya que Daniel estaba arreglándose.

–Pía, este es Ferrys– la chica abrió los ojos y rió.

–Ferrys un placer, creo que te he visto...– el asintió y el bebe que dormitaba se fue con ella.

–Sí, nos vimos mientras coqueteaba con tu amiga, un placer al fin conocerte, soy amigo de Daniel.

Más tarde Pía se retiro, justo cuando Ciara bajaba las escaleras con una sonrisa brillante y un hermoso vestido azul claro.

&

–Coopera, Danmark– le dijo a su hijo mientras este corría lejos de ella.

No quería para nada ponerse aquel trajecito que le tenía comprado para la boda de la cual era invitada. No conocía mucho a los novios, pasó una velada agradable con la novia, Lin, la cual conoció en la boda del hermano de su jefe y su amiga; esa era una de las tantas bodas a la cual fue invitada. No fue a la despedida de soltera porque no habían celebrado ninguna, ellos no tenían tiempo según escuchó decir eso a Sally, quien era la encargada, raramente, de la sección fotográfica de la celebración.

–No, mami– dijo su hijo a lo lejos.

El reloj marcaba las seis cincuenta y nueve... las siete y ella aun no se alistaba, gracias a Dios fue sensata y dejo que Isa la maquillara luego de que la peinara. Solo le restaba cambiar a su hijo, ya que le había dado algo de comer y había preparado un pequeño equipaje por si se ensuciaba en la velada, de igual forma tenía que ponerse ella el vestido, los zapatos, los accesorios, que no eran muchos, pero se tomaría su tiempo de todas maneras.

Unos quince minutos más tarde y luego de convencer a su hijo de que se veía hermoso y que tenían que salir porque su mami iba a llegar muy tarde, al fin le pudo poner las medias, los zapatos y el pantalón, para que el chiquillo travieso, saliera corriendo alegando que no pretendía ir a ningún lugar vestido así. Otra vez le tuvo que dar otro sermón, esta vez más firme, el niño quedo callado, pero con un pequeño puchero que le provocó morderle los cachetes.

–Mama te ama.

Y aunque el bebe no respondió en ese momento, ella sabía que lo haría luego.

Y entonces logro arreglarse, mientras el niño la veía y balanceaba los piecitos.

–Estas linda, mami– le dijo sonriente, se le pasó la incomodidad.

Miró su vestido en el espejo mientras con sus manos quitaba arrugas invisibles. Era hermoso y sabia que le quedaba excelente. Había visto el vestido y al ver el precio pensó que no podría comprarlo, más sabia que luego del proyecto tendría para pagarle así que dando un

Tarjeta-so, en aquella tienda pomposa, se lo llevo junto con los zapatos y todo el atuendo de su hijo. Era un vestido hermoso en seda, en color rosa palo, con cuello semi-redondo, con las mangas en pedrería, que bajaban por su espalda creando una curva y dejando esta descubierta sin ser vulgar.

Vio por el espejo como su hijo tomaba la pequeña carterita de mano y sacaba el labial, corrió como pudo hacia él y se lo quitó amablemente.

–Ya estamos listos, amor, no hagas que mami tenga más trabajo.

– ¿Cómo estoy? – pregunto mientras se tocaba el corbatín, que mas tierno no podía ser.

–Hermoso...

El bebe se arrojo de la cama, corrió hasta el espejo y se miró mientras hacía caras raras, ella soltó una carcajada.

–Yo creo que parezco un pingüino, Un pingüino, mami– y Pía riendo a más no poder asintió.

–Un hermoso y bello pingüino de mami.

El bebe estaba que no cavia en el, emocionado porque parecía un pingüino.

–Ahora bien, Danmark, mami quiere que repasemos las reglas de lo que se debe y no se debe hacer.

–Está bien, mami.

&

Para su sorpresa antes de que si quiera pensara en llamar un taxi, Sally le llamó y le recordó lo que le había dicho cuando la citó para que fuera a buscarla, y dijo que pasaría por ella y que iba en camino, y cuando la bocina del auto que fue por ellos sonó y luego un grito loco se escuchó ella rió, mas quedo sorprendida al ver aquella limosina negra esperando fuera de su casa.

– ¡Oh! – dijo asombrada.

–Ven, hay champaña y caviar, ven a comer.

– ¿Qué es eso mami? – pregunto su hijo.

–Huevos de pez– entonces abrió los ojos y miró a su hijo y este la miraba asombrado.

Y antes de que si quiera llegara a retractarse su hijo estaba gritando por aquellos hijos que sus papas no iba a ver jamás.

Lo calmo poniéndole en su móvil un poco de dibujos animados, no le gustaba, pero era algo necesario en ese momento. Sally no dijo nada cuando se montaron, mas luego dijo.

–Psst... ¿Quieres algo de tomar? – dijo con cautela.

–Una sola, tengo a este chiquitín y tengo que cuidar de él y estar sobria por completo.

–Pues no deberías, habrá mucho vino y champan allí en la celebración, y no querrás perderte de esas, están mejor.

– ¿Qué haces aquí? No se supone que tú tienes que estar ahí y ¿Cómo es que rentaste una limosina?

–Eso aun no empieza, una de las condiciones mías para cubrir el evento fue esta, dije que iba a tener una invitada.

– ¿Y ellos te iban a permitir llevar alguien? – asintió la pelirroja despreocupada.

–Te iba a llevar a ti ¿Crees que te dejaría? Es una excelente oportunidad para conseguir compañía.

–Daniel estará allí.

–Me lleva...

–Sally– le reclamo.

–No he dicho nada malo...

–No,... aun.


Hola, hola... estoy tentada a seguir publicando...


Cliché y puntoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora